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MúsicaBiografía

Zawinul, Josef Joe (1932-VVVV).

Músico austriaco, nacido en Viena el 7 de julio de 1932. Pianista, teclista, organista, clarinetista, guitarrista, vibrafonista, percusionista y compositor, fue uno de los pioneros de la utilización del sintetizador en la música jazz y destacó por su innovadora aportación a este instrumento.

Zawinul nació en la capital austriaca, aunque se crió en una granja en las inmediaciones de la ciudad. Su primer instrumento fue el clarinete y, poco después, apenas cumplidos los seis años, le regalaron un acordeón, que aprendió a tocar de forma autodidacta. Un año más tarde, comenzó su formación musical clásica en el Conservatorio de Viena donde alternaba estudios de piano y violín, sin abandonar el clarinete, y, además, practicaba la percusión y el vibráfono; instrumento que le tentaba en exceso dadas sus condiciones de pianista.

En plena Segunda Guerra Mundial y huyendo de los bombardeos alemanes, la familia de Zawinul buscó un lugar seguro donde refugiarse y se trasladó a Checoslovaquia, donde permaneció hasta la conclusión del conflicto. Durante el forzado exilio, el joven músico intentó continuar con sus prácticas al piano casi todos los días hasta que, finalizada la guerra, la familia pudo regresar a Viena. En una ciudad devastada por las bombas, Zawinul buscó consuelo en la música y, en aquellos años, nació una gran afición por el jazz después de que, según su propia confesión, acudiera a ver la película Stormy Weather, que recreaba el mundo jazzístico. Zawinul, que por entonces tocaba en una pequeña orquesta popular en la que alternaba el piano y el acordeón, y se había convertido en un habitual del Hot Club de Viena, se incorporó como pianista a la orquesta de Hans Koller. Corría 1952 y el joven músico debutaba en el jazz profesional. También en aquel tiempo conoció personalmente a Friedrich Gulda, quien poco después le ayudaría en su camino hacia la internacionalidad.

Son años, estos que siguen, plagados de cambios, en los que Zawinul transitó de grupo en grupo. Estuvo, por ejemplo, con Horst Winter (1954), Johannes Fehring (1954-56) y en la Fatty George Two-Sound Band (1957-68), donde tocaba el piano, la trompeta baja, el vibráfono y arreglaba los temas. Además, en 1956, el pianista austriaco formó su primer grupo, en el que compartía liderazgo con el saxofonista y pianista Karl Drevo. Como él mismo confesó, fue en este tiempo cuando descubrió el Hammond B.-3, un teclado pionero en sintetizar sonidos.

La vida musical de Joe Zawinul dio un giro radical en 1959 cuando le concedieron una beca de estudios en la Berklee School of Music de Boston y ganó, con ello, la posibilidad de introducirse en los ambientes jazzísticos de la ciudad. En Boston, donde descubrió un mundo totalmente distinto, pasaba las noches enteras de un local a otro, bien para escuchar buen jazz, o bien para participar en algunas sesiones. Con su inmediata integración en la escuela donde estudiaba había logrado que algunos de sus profesores y músicos cercanos se fijaran en él -caso del gran Charlie Mariano o de Jimmy Ziro- y, amablemente, le invitaran a tocar con ellos en las jam sessions de la ciudad. Precisamente en uno de esos clubes donde el pianista blanco acudía cada noche, sucedió un hecho determinante para su futuro como profesional. El club Storville anunciaba la actuación de la cantante Ella Fitzgerald en trío, junto con Jake Hanna y Gene Cherico, y el pianista estaba enfermo. El dueño del local llamó entonces a Zawinul para que le sustituyera y el músico austriaco aprovechó una oportunidad que se presentaba inmejorable para dar el gran salto a la profesionalidad.

Su actuación con Ella -con la que permaneció unos meses de gira- fue un éxito rotundo, hasta el punto de que Hanna propuso su nombre al trompetista Maynard Fergurson, quien en ese tiempo poseía una orquesta de jazz muy importante, donde se encontraban el trombonetista y arreglista Slide Hampon, el saxofonista Wayne Shorter o el trompetista Bill Chase. Tras unos meses de intensa gira como teclista y arreglista de la compañía de Ferguson, Zawinul abandonó la orquesta y se unió a la cantante Dinah Washinton para ofrecer un concierto en el Village Vanguard, uno de los escaparates máximos del jazz de Nueva York. Prolongó sus actuaciones con Washington hasta 1961; momento en el que Joe Zawinul comenzaba a abandonar su estela de promesa y se adivinaba ya como uno de los pianistas -no norteamericanos- con mayor proyección. En torno a 1959, el propio Miles Davis le ofreció entrar en su quinteto; oferta que, incomprensiblemente, el pianista declinó.

Tras una corta colaboración con el brillantísimo trompetista Harry “Sweets” Edison, Zawinul puso en marcha su verdadero periplo musical como integrante del grupo de Julian Cannonball Adderley, con quien colaboró profusamente hasta 1970, a pesar de que su figura era constantemente requerida por muchos de los solistas de la escena jazzista norteamericana, caso de Beb Webster, Coleman Hawkins, Clark Terry, Charlie Rouse, Victor Felman, J. J. Johnson, Oliver Nelson, Thad Jones y Curtis Fuller o de los baterías Roy Hines y Philly Joe Jones. Entre los discos que grabó con estos músicos, destaca el trabajo realizado junto a Ben Wester, Soulmates, editado en 1964, u otro titulado Trav’lin Light, inédito hasta los años ochenta.

Con el citado Cannonball Adderley, genial saxofonista alto, grabó algunos buenos discos, entre los que destacó, sin ningún género de duda, el elepé Mercy, Mercy, Mercy (1966), con un quinteto en el que participaron además, Nat Adderley (corneta), Victor Gaskin (contrabajo) y Roy McCurdy (batería). El disco, de seis cortes, incluía una composición extraordinaria del propio Zawinul: “Mercy, Mercy, Mercy”, en cuya interpretación se escuchaba el piano eléctrico (Bill Evans era otro de los músicos que lo usaba en este tiempo) de Joe, lo que dio popularidad al tema, y al disco, que se convirtió en un hit ese año, y que figura, sin duda, entre las composiciones más memorables del músico austriaco.

Zawinul sacó a la luz sus dos primeros trabajos en solitario en 1966 y 1967. El primero fue Money in the Pocket, muy poco conocido en su tiempo; mientras, el segundo, The Rise and the Fall of the 3rd Stream, fue un disco más maduro -con arreglos de William Fischer-, que tuvo, igualmente, muy poca repercusión en el ambiente jazzístico. Por otro lado, en 1966, durante una visita a su ciudad natal, Viena, donde había sido convocado como jurado de un concurso musical, aprovechó para grabar un concierto clásico: Concierto para dos pianos y orquesta, en cuya interpretación también colaboró el pianista Gulda, autor precisamente de la obra.

En noviembre de 1968 inició una corta pero determinante colaboración con Miles Davis. Fue en esa fecha cuando entró en los estudios para grabar el tema “Splash”, que quedaría incluido en el disco Circle in the Round. Dos meses después, en febrero de 1969, se producía otro de los hitos en la carrera de este singular pianista, tras recibir la invitación para participar en la grabación de un disco mítico: In a Silent Way, que, a la postre, se convertiría en inductor del jazz en su faceta eléctrica. La convocatoria de Zawinul, además, era doble. Por un lado, tocaba en las tres piezas del disco -en el que también participaron otros dos pianistas: Chic Corea y Herbie Hancock- y, por otro, se erigía en compositor del tema más carismático del álbum: “In a Silent Way”, una pieza de 17 minutos dividida en dos partes: “In a Silent Way” y “It’s About That Time”. El inicio, de carácter envolvente, viene mediatizado por los acordes de Zawinul, recreando un ambiente sin ritmo y muy cadencioso, al tiempo que se introduce una melodía, igualmente sinuosa, interpretada por el guitarrista John McLaughlin, a la que se añade, con posterioridad, el saxo tenor de Wayne Shorter. El tema figurará mucho tiempo en el repertorio de Miles en directo, y, de igual manera, en el de Zawinul en solitario.

En el mismo año 1969, Miles Davis produjo otros de los hitos del jazz contemporáneo, con la grabación -iniciada en agosto- del elepé Bitches Brew, cuyo estigma fue el detonante del llamado jazz rock, tal y como lo desarrollaron muchos grupos y solistas desde entonces. Bitches Brew fue, en principio, un disco doble, que contenía siete temas de extensa duración. Precisamente, la pieza que abría el disco -“Pharaoh’s Dance (20:05 minutos)-, era del propio Zawinul. Desde el comienzo quedó claro que Davis pretendía crear algo similar a una improvisación colectiva partiendo de un ritmo binario (con dos bateristas: Lenny White y Jack DeJonnete). El teclado eléctrico también cumplía su función en esa amalgama de sonido y efectos, como se percibía en el inicio del número. Se entrecruzaban los pianos de Zawinul y Chic Corea, cuyos efectos sonoros conformaban cierta estereofonía, ya que ambos se situaban a izquierda y derecha del oyente. Zawinul participó también en el resto de los temas del disco -como “Bitches Brew”, “Spanish Key”, “Santuary” o “Feio”-, que se grabaron en dos fechas: agosto de 1969 y enero de 1970.

Finalmente, llegaron los dos últimos trabajos del pianista austriaco con Miles: Live Evil y Big Fun. El primero, Live Evil, fue de nuevo otro disco doble lleno de fusión, muy cerca del rock progresivo, formalizado por un “working band”, como le gustaba llamar a Davis a estos supergrupos de tres baterías, dos contrabajos, tres pianos, etc. Zawinul sólo tocaba en dos temas del álbum: “Gemini” y “Double Image”, grabados ambos en febrero de 1970, con la participación de una decena de músicos. El resultado fue un disco donde, en general, prevalecía una base musical funky, con baterías que recordaban mucho la percusión del rock sinfónico de los setenta. El segundo álbum, Big Fun, fue nuevamente un disco con una base fuerte de funk y Zawinul participó en la sesión de grabación de enero de 1970, para editar los temas “Guinnevere” y “Lonely Fire”, donde también se escuchaba a Chic Corea, Wayne Shorter, Dave Holland, Billy Cobham o Airto Moreira.

Ya en 1971, Zawinul compartía estudio con Herbie Hancock (en su periodo más eléctrico) y Jack DeJohnette en la ejecución de algunos trabajos que le hicieron concebir la idea de fundar un grupo eléctrico propio que aunara varias características implícitas en la trayectoria del pianista: sonidos eléctricos, música sinuosa y ecléctica y cierta predisposición al exhibicionismo musical.

Efectivamente, Zawinul convenció a Shorter, quien también dejó de colaborar con Miles Davis, para fundar Weather Report, la banda más importante de jazz rock, y pionera, tras el Bitches Brew de Miles, del jazz eléctrico más alejado del swing y la armonía jazzista en su sentido clásico. Corría 1971 y nacía WR, grupo llamado a convertirse en uno de los más carismáticos del jazz rock y conjunto mítico de larga trayectoria que mantuvo su actividad hasta 1984; un auténtico ejemplo de perdurabilidad para este tipo de formaciones. El primer disco del grupo se tituló precisamente Weather Report (1971) y lo grabaron, junto a Zawinul y Shorter, Miroslav Vitous (bajo), Alphonse Mouzon (batería) y Airto Moreira (percusión). El álbum fue una grata sorpresa, ya que lograba unir cierto concepto ecléctico del jazz con un dominio virtuosístico de la técnica musical, al margen de su asimilación de parte de la música africana; una tendencia que mucho tiempo después vendrá a llamarse ”World Music”. Temas como ”Milky Way”, “Orange Lady” o “Waterfall” (todas composiciones de Zawinul) daban la medida precisa de este grupo pionero del nuevo estilo jazz rock.

Tras I Sing the Body Eléctric, Live in Tokio y Sweetnighter (grabados con la misma base de músicos que el primer trabajo), Weather Report publicó Mysterious Traveller (1974), uno de sus discos más originales y en el que Vitous, aunque tocaba en un corte, se despedía de la banda y dejaba paso a Alphonso Johnson. Significó, además, el aldabonazo que les concedió reconocimiento internacional. El álbum, de siete cortes, llevaba la firma de Zawinul en dos temas (“Nubian Sundance” y “Jungle Book”), más los compartidos con otros de los músicos del grupo (“American Tango”, “Cumbre Slumber” y “Scarlet Woman”) y fue un disco, sin duda, excepcional. Aún esta misma formación grabó un trabajo más: Tale Spinnin (1975), en el que Zawinul ya equiparaba casi la totalidad de las composiciones del disco, como “Man in the Green Shirt” o “Badia”.

El siguiente paso en la evolución del grupo llegó con Black Market (1976), disco de arranque de su segundo periodo y con el que WR se hizo popularísimo en todo el mundo, sobre todo en Europa y Japón, donde eran requeridos de continuo. El sonido del grupo abandonó ese halo de misterio que cubría sus composiciones anteriores y tomó con paso firme el camino hacia un jazz más eléctrico y con base funky rock, dada la abundancia de temas de estructura binaria. Lo más novedoso del disco fue la incorporación al grupo del joven bajista Jaco Pastorius, que tocó en dos temas, compuso uno (“Barbary Coast”) y aportó a la banda una mayor proyección virtuosística. Pastorius, por ejemplo, innovó en el uso del bajo eléctrico (tocaba con un Fender), tendencia que muy pronto seguirán muchísimos músicos con una estética similar a la de Jaco. Zawinul, por otro lado, compuso casi la totalidad de los temas del disco, con desigual resultado: fue magnífico “Cannon Ball” y, algo inferior, “Gibraltar”, aunque Pastorius aparecía siempre en plan estelar con su bajo eléctrico y dotaba de cierta preciosidad el sonido del conjunto.

El siguiente paso del grupo de Zawinul y Shorter fue Heavy Weather (1977), tal vez, el disco más conocido de la banda. En este trabajo, el bajista Jaco Pastorius ya estaba totalmente integrado, tocó en todos los temas y compuso, además, los números “Teen Town” y “Havona”. Zawinul aportó, por su parte, uno de los temas más conocidos de la historia de la banda y por el que será siempre recordada: “Birdland” (memorable fue el remake de Manhattan Transfer), y también otras composiciones menores como ”A Remark You Made” y “The Juggler”. El aire festivo y vistuosístico, hasta la exhibición, del trabajo anterior se duplicó en Mr Gone (1978), un elepé realizado para gusto del oyente-seguidor del sonido “weather report”, plagado de guiños funkys, abrasivos y galácticos, y con un Zawinul ejerciendo de maestro en el uso del sintetizador (como se observa en los temas “Young and Fine” o “Mr Gone”). Sin duda, el elepé fue el más exitoso de la carrera de este grupo, aunque algunos devotos de la banda quizá prefirieran los trabajos de su primera época. Desde luego, Zawinul había conseguido formar el grupo con mayor proyección de la escena jazzística de su tiempo y, desde luego, el más celebrado.

Tras Mr. Gone, sin embargo, nada volvió a ser igual. No obstante, en 1979 el álbum directo 8:30 dio cuenta expresa de las cualidades sonoras de este magnífico grupo. El disco recuperaba una antigua composición de Zawinul de la época de Miles: “A Silent Way”. Después llegó Night Pasaje (1980), nuevo trabajo grabado tras el fichaje del baterista Peter Erskine, quien formaría con Pastorius una de las parejas rítmicas (bajo y batería) más sólidas del panorama jazzístico de la modernidad. El disco, muy al contrario de lo que pudiera preverse, fue en extremo vanguardista y anticomercial, lo que mermó su proyección internacional pero gratificó, por cuanto significaba de guiño, a sus seguidores más auténticos. Llama la atención del disco el tema “Rockin’ in Rythm”, número inspirado en la orquesta de Ellington en el que Zawinul emula a "Duke" en la dirección orquestal de la pieza. Weather Report (1982) fue el último trabajo de la “era Pastorius”, un trabajo desigual con el que Jaco daba portazo a sus compañeros de formación.

Con Procession (1983) se inauguró la tercera y última etapa del grupo. Tras la fuga de Pastorius, ingresaron en el grupo Victor Bailey, otro sensacional bajista de la escuela de Jaco, y Omar Hakim (batería). La banda se comercializaba de nuevo, mientras Zawinul retomaba con fuerza las riendas del grupo y componía gran parte del material, conformándose en dueño y señor de la marca “weather report”. Después llegaron los discos Domino Theory (1984) y Sportin’ Life (1985), este último con la colaboración del cantante Bobby McFerrin, entre otras voces de renombre.

This is This fue el último disco de la banda que quedó disuelta en 1984 por el abandono de uno de los co-líderes: Wayne Shorter. El álbum se publicaría casi dos años después, cuando el grupo ya había desaparecido. Ciertamente Zawinul, que componía la mayoría de los temas de los discos, se había adueñado en exceso del control del grupo y el proyecto conjunto que ideó junto a Shorter había perdido identidad. Weather Report era una banda archiconocida en todo el mundo, pero carecía de la frescura original. No tenía ya la misma repercusión y había llegado la hora de pensar en otra fórmula menos gastada.

Tras la desaparición de Weather Report en 1984, Zawinul intentó, equivocadamente según los críticos, poner en pie un grupo sucedáneo: Weather Update, cuya repercusión en el mundo musical fue prácticamente nula. Integraron la banda los músicos Peter Erskine y Victor Bailey (ambos ex Weather Report), más el guitarrista Steve Kahn y el percusionista Robert Thomas Jr. Tras esta experiencia fallida, Zawinul se retiró un tiempo de la escena musical. Su ausencia fue sin embargo breve y su extraordinario empeño innovador le llevó a concebir un nuevo proyecto multirracial, en el que convocó a músicos de distintos continentes, y, por ende, de distintas culturas musicales, para fundar Zawinul Syndicate, la banda que instauraría una nueva etiqueta en el mercado: Word Music.

The Inmigrants (1988) fue el primer trabajo de esta nueva apuesta del teclista austriaco, en la que participaron los músicos Scott Henderson (saxo), Alex Acuña (batería), Abraham Laboriel (bajo), Cornell Rochester (batería) más los vocalistas Mr. Mister y Perri Sisters. Este trabajo volvió a situar a Zawinul en la actualidad musical, lanzando un nuevo desafío a aquellos que desterraban el jazz eléctrico en pos de un naciente neobop. El estilo por el que transitaba ahora Zawinul era conocido como “World Fusion”, una fórmula donde predominaba el ritmo sobre todo lo demás. Las piezas más interesantes del disco fueron “Shadow and Light”, “No Mercy For Me (Mercy, Mercy, Mercy)” y “From Venice To Viena”, interpretadas por una veintena de músicos, entre ellos, los citados Alex Acuña, Scott Henderson o Abraham Laboriel.

Tras este trabajo, llegaron dos nuevos discos bajo el paraguas de Zawinul Syndicate, formación que garantizaba un predominio de ritmos afrolatinos, no ajenos a bases de rock rítmicas. En el primero, Black Water (1989), destacaron los temas “Carnivalito”, “Monk’s Mood” o “Little Rootie Tootie”. El disco contaba además con una sección vocal importante: Carl Anderson, Kevin Dorsey o Dorian Holley, más la guitarra de Scott Henderson (impertérrito en las formaciones del teclista); base armónica y rítmica de la música que Zawinul trataba de expandir. En el segundo disco, titulado Lost Tribes (1992), ganan fuerza las músicas africana e hindú en el conjunto de la composición, y los temas con claros ribetes reivindicativos, caso de “Soldiers”, inspirado en un soldado norteamericano que marchó a la Guerra del Golfo Pérsico. “San Sebastián” tenía cierto color flamenco, mientras que “South Africa” reivindicaba sin ambages el espíritu africano. El disco dejo nuevas evidencias de la habilidad de Zawinul para tocar muy distintos instrumentos: el saxofón, el acordeón, la guitarra, la kalimba y la percusión. Llamativa fue igualmente la colaboración en el álbum del guitarrista Randy Bernsen. Con todo, y hasta ese momento, Lost Tribes se convertía en el trabajo más conseguido de Zawinul Syndicate, un disco que explotaba al máximo la nueva estética de la “Word Music”, cuyo origen se encontraba en la fusión de elementos africanos (percusivos, sobre todo) con armonías contemporáneas.

Al margen de la experiencia con su grupo Syndicate, Zawinul participó durante estos años en otras empresas musicales y, entre todas ellas, merece mención especial su colaboración en Amen (1991), trabajo del africano Salif Keita, que además produjo.

Tras algunos años de silencio discográfico, el pianista austriaco regresó al mercado en 1996 con Stories of the Danube, un claro homenaje a su tierra natal. Ese mismo año publicó My people (1996), un nuevo proyecto multirracial y multiinstrumental en extremo cuyas pautas musicales aunaban a músicos de muy distintas tendencias y nacionalidades, de nuevo bajo su nombre: Joe Zawinul. Por un lado, el disco recuperó a algunos miembros del antiguo Syndicate (Paco Sery, Matthew Garrison, Arto Tuncboyaciyan y Gary Poulson) y por otro, sirvió para marcar un claro alejamiento del jazz más ortodoxo e, incluso, del concepto de jazz más general por el que transitaba el pianista en sus últimos trabajos. En este sentido, se entiende su franca comunión con un cantante africano, como el citado Salif Keita, u otras colaboraciones, como las de Thania Sánchez o Trilok Gurtu (con quien, por cierto, en 1993 había participado en uno de sus discos: Crazy Saints). El grupo, cómo no, salió de gira por los EE.UU. y Europa (llegaron a España) y la experiencia quedó recogida en un disco grabado en directo y titulado World Tour.

Zawinul regresó, después de un silencio de seis años, con Faces & Places (2002), un trabajo más multirracial que el anterior, si cabe. El álbum se aproximaba a un concepto pop de manera mucho más clara que en anteriores ocasiones, como también a la música africana, sin duda, unas de las grandes novedades del jazz de principios de siglo. La lista de músicos que participaron en el disco no fue menos importante: Richard Bona (Camerún), Paco Sery (Costa de Marfil), Amit Chetterjee y Zakir Hussin (India), Maria Joao (Brasil), los latinoamericanos Alex Acuña, Rudy Delgado y Manolo Badrena, más los incondicionales de sus grupos: Victor Bailey (ex Weather Report) o Dean Brown. Del cedé destacó, sobre todo, el tema “Borges Buenos Aires” -de aire bonaerense-. En definitiva, con Faces & Places Zawinul se aleja un tanto de su trabajo con Syndicate, aunque la base de los músicos proviniese de allí.

Joe Zawinul pertenece a esa estirpe de músico que ha trabajado desde sus inicios en pos de una libertad creadora, cuyo límite nunca ha cesado de crecer, evolucionar o alcanzar objetivos. Pese a sus caídas evidentes, el pianista nunca se ha detenido. Ha sido, qué duda cabe, un luchador nato, al que muy poco le han regalado en su periplo musical, pues su camino se ha convertido en una búsqueda imposible al carecer de meta final. De ahí, como le ocurría a Miles Davis, que una meta, pese a conquistada, le llevara hacia otra, y ésta hacia otra, incansablemente.

Zawinul se inició en el jazz más evolucionado de los primeros sesenta, donde fue un pianista más que eficiente. No obstante, sus pasos más decisivos se enfocaron rápidamente hacia el uso de instrumentos eléctricos. Así, fue de los primeros en llevar al jazz el piano eléctrico, aunque otros (Bill Evans o Paul Bley), poco antes, ya lo utilizaban.

En lo que sí fue Zawinul un claro innovador es en el uso del sintetizador, al cual accedió desde el piano Yamaha eléctrico. El sintetizador, cuya utilización anticiparon algunos músicos como Paul Bley, Sun Ra o Wolfganf Dauner, fue para Zawinul el gran territorio donde experimentar hacia finales de los sesenta, como ocurrió con su contribución al éxito del álbum Bitches Brew, de Miles Davis. Para muchos críticos (como Joaquim E. Berendt), Zawinul ha sido al sintetizador lo que Jimmy Smith al órgano: un revolucionario, un impulsor del instrumento en el ámbito del jazz.

Lo más importante de su aportación al uso del sintetizador es la humanización a la que somete a este instrumento electrónico, y con la que, según se ha comentado más de un vez, consigue hacerlo ‘hablar’. Su técnica reside en la búsqueda constante de efectos y matices más que en la exposición virtuosa de sus conocimientos musicales, como hacen otros tecladistas conocidos. A Zawinul no le interesa demasiado demostrar que es un virtuoso del teclado, aunque de sobra lo sea, como ha demostrado en la ejecución de conciertos clásicos. En Zawinul importa lo que se ha venido llamando, desde los años setenta, ‘efectismo’.

Su labor en Weather Report le sirvió para exponer su método de trabajo: interpretación y composición, convirtiéndose, desde los primeros años setenta, en uno de los innovadores del jazz eléctrico y, más concretamente, del sintetizador. Tras Weather Report, su labor musical y compositiva se acercó al concepto “World Music”, cuyos primeros pasos ya se dieron en la banda que fundó con Wayne Shorter.

Citados ya los inductores del uso del sintetizador, resulta más representativo mencionar alguno de los seguidores de Zawinul, entre lo que destacan Chic Corea, Jam Hammer, Bob James, George Duke o Barry Miles.

Discografía

Como acompañante:

Mercy, Mercy, Mercy (con Cannonball Adderley), Capitol, 1966.
In a Silent Way (con Miles Davis), CBS/Sony, 1969.
Bitches Brew (con Miles Davis), Sony, 1969.
Big Fun (con Miles Davis), 1970.
Amen (con Salif Keita), Mango/Island, 1991.
Crazy Saints (con Trilok Gurtu), CMP Records, 1993.

Con Weather Report:

Weather Report, CBS/Columbia, 1971.
I Sing the Body Electric, CBS/Columbia, 1972.
Live in Tokyo, Sony, 1972.
Sweetnighter, CBS/Columbia, 1973.
Mysterious Traveller, CBS/Columbia, 1974.
Tale Spinnin, CBS/Columbia, 1975.
Black Market, CBS/Columbia, 1976.
Heavy Weather, CBS/Columbia, 1977.
Mr. Gone, CBS/Columbia, 1978.
8:30, CBS/Columbia, 1979.
Night Passage, CBS/Columbia, 1980.
Weather Report, CBS/Columbia, 1982.
Procession, CBS/Columbia, 1983.
Domino Theory, CBS/Columbia, 1984.
Dialects, CBS/Columbia, 1985.
Sportin’ Life, CBS/Columbia, 1985.
This is This, CBS/Columbia, 1986.

Como solista:

Money in the Pocket, Atlantic, 1966.
The Rise and Fall of the 3rd Stream, Columbia, 1967.
Zawinul, Atlantic, 1970.
Concerto, Atlantic, 1976.
Dialect, Columbia, 1986.
The Inmigrants, Columbia, 1988.
Black Water, Columbia, 1989.
Lost Tribes, Columbia, 1992.
Stories of the Danube, Phillips, 1996.
My People, Escapade, 1996.
Faces & Places, Scape Music, 2002.

Ricardo P. Virtanen

Autor

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