Bustamante y Ballivián, Enrique (1883-1937).

Poeta, narrador, periodista, crítico literario y promotor cultural peruano, nacido en Lima en 1883 y fallecido en su ciudad natal en 1937. Autor de una notable producción poética caracterizada por su aprovechamiento de las corrientes europeas que nutrieron el Modernismo (como el Parnasianismo y el Simbolismo franceses), en la actualidad es más recordado por la importante labor que desarrolló en la promoción y difusión de algunos de los jóvenes valores literarios de su tiempo, como José María Eguren y Abraham Valdelomar.

Inclinado desde su juventud al cultivo de la literatura y al estudio de las tendencias poéticas que estaban en boga en su tiempo, adoptó desde sus primeros pasos creativos un talante ecléctico que quedó bien patente en sus versos a lo largo de toda su trayectoria literaria. Así, en sus primeros poemarios, publicados bajo los títulos de Jardines (1909), Elogios (1910) y Arias de silencio (1915), resulta manifiesta la influencia del simbolismo postulado por Mallarmé, de la originalidad de Rimbaud y de los aires renovadores introducidos en la lírica hispanoamericana por la poesía de Rubén Darío. Posteriormente, su asombrosa asimilación de las estéticas más variadas le llevó a ocuparse de sus propias raíces (así, en los poemarios titulados Autóctonos, de 1920, Epopeya del trópico, de 1926, y Junín, de 1930), al tiempo que se interesaba por las nuevas propuestas vanguardistas que, durante la segunda y la tercera década del siglo XX, hicieron furor en Europa y en América. Pero, frente al clamor anárquico, individualista y -en no pocas ocasiones- artificioso de los diversos movimientos de Vanguardia, Enrique Bustamante defendió una poesía volcada hacia la desnudez formal y la sinceridad expresiva, ajena a la pirotecnia retórica de la poesía tradicional y, simultáneamente, contraria a los excesos de quienes postulaban, desde la radical innovación de la Vanguardia, la deshumanización del Arte. En esta línea de trabajo, sus poemas novedosos pero humanizados preludian, con inspirada anticipación, los "antipoemas" que pronto elevaría a las más altas cotas de dignidad literaria el chileno Nicanor Parra, e incluso a las odas que, centradas en lo cotidiano, constituirían una de las partes más substanciosas de la producción lírica del también chileno Pablo Neruda. Ambas anticipaciones de la poesía de Enrique Bustamante quedaron manifiestas en sus colecciones de versos tituladas Antipoemas (1927) y Odas vulgares (1927).

Esta asimilación de las tendencias poéticas innovadoras dejó su impronta también en la obra en prosa de Enrique Bustamante y Ballivián, cuya novela La evocadora (1913) -que el propio autor denominó "divagación ideológica"- no es sino una prosificación de los postulados modernistas, entreverados de nítidas influencias de las obras del italiano Gabriele D'Annunzio y el belga Maeterlinck. Tanto esta novela como los poemarios citados en el parágrafo anterior quedaron recogidos en la edición póstuma de sus Obras completas (Lima: Compañía de Impresiones y Publicidad, 1955-1958), impresa en cuatro volúmenes.

La suma de esta relevante producción literaria permite situar a Enrique Bustamante y Ballivián en la denominada "corriente d'annunziana" que se extendió por las Letras del Perú en el primer tercio del siglo XX, y en la que figuran otros compañeros de andadura literaria tan destacados como José Lora y Lora (1883-1937), Alberto Hidalgo, Felipe Sassone, Carlos Pezoa Véliz y Raimundo Morales de la Torre (1885 1936), junto al ya citado Abraham Valdelomar. Entre todos ellos, fue Bustamante el que desempeñó el papel más destacado en la consolidación de la moderna literatura peruana, merced a sus brillantes labores en los campos de la edición y la crítica literaria.

En efecto, el poeta y humanista limeño sobresalió en su tiempo, más que por su obra estrictamente literaria, por su trabajo como director al frente de dos de las más prestigiosas revistas culturales del Perú de comienzos de siglo: Contemporáneos y La Cultura. Además, estuvo vinculado a otra importante publicación, Colónida, y cimentó su preponderancia en la gestión y promoción de la literatura peruana por medio de la fundación, en 1930, de una de las empresas editoras más activas y fecundas del país, Compañía de Impresiones y Publicidad, en la que tuvieron cabida las propuestas novedosas de los jóvenes autores más innovadores.

En su faceta de crítico literario, se apuntó en su haber la difusión de la corriente simbolista, a la que abordó -antes que la mayor parte de sus colegas- en un estudio sobre el poemario de José María Eguren titulado Simbólicas. Posteriormente, supo entrever con asombrosa intuición la decadencia del Modernismo en beneficio de las nuevas tendencias postmodernistas (encarnadas, en Perú, por su amigo Valdelomar y el grupo de poetas congregados en torno a la ya citada revista Colónida), y alcanzó también a apoyar el nacimiento de la corriente indigenista (que, en 1917, en compañía del músico Daniel Alomía Robles, le llevó a difundir los valores de la cultura andina en una larga gira por varias naciones de Hispanoamérica). A todas estas valiosas aportaciones de Enrique Bustamante al desarrollo de la literatura peruana -y a su subsiguiente equiparación con los panoramas literarios de los países más avanzados del mundo-, cabe añadir su entusiasta y vertiginoso aprendizaje de las fórmulas y los contenidos vanguardistas, lo que le consagró definitivamente como uno de los pioneros de la modernidad en las Letras de su pueblo.

Bibliografía

• NÚÑEZ, Estuardo: "La poesía de Enrique Bustamante y Ballivián", en Letras (Lima), nº 6 (1937), pp. 79-109.

• SÁNCHEZ, Luis Alberto: La literatura peruana, vol. IV, Lima: EMISA, 1989, pp. 1571-1572.

• TAMAYO VARGAS, Augusto: Literatura peruana, vol. II, Lima: Librería Studium, 1976, pp. 313-319.

• XAMMAR, Luis Fabio: "La poesía de Enrique Bustamante y Ballivián", en Letras (Lima), nº 30 (1945), pp. 57-95.

J. R. Fernández de Cano.

Autor

• J. R. Fernández de Cano.