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PinturaBiografía

Mateo, Jesús (1971-VVVV).

Pintor español nacido en 1971 en Cuenca.

Artista autodidacto, Mateo se formó bajo la sombra del Museo Abstracto Español de Cuenca. Desde muy temprana edad se decantó por una pintura en la que prevalece el color y la forma, la cual compaginó con sus estudios. Con tan sólo diecisiete años realizó una exposición individual, además de participar en varias colectivas. Ya en ellas pudo comprobarse el alejamiento que su obra tenía de las fórmulas expositivas habituales. De hecho, Mateo renunció progresivamente a los formatos convencionales y a los usos de comunicación tradicionales entre el artista y el público.

En 1993 se licenció en Derecho por la Universidad de Castilla La Mancha. Poco después comenzó su relación con un edificio que desde ese momento fue el objetivo fundamental de su obra pictórica y, en definitiva, de su experiencia vital: la iglesia de San Juan Bautista, situada en la Plaza Mayor de la localidad conquense de Alarcón, construida en el siglo XVI en estilo herreriano. Dicha iglesia fue desacralizada, como otros muchas, con la Desamortización de Mendizabal. En 1970 se le cubrió con bóvedas y tejado, lo que frenó su inminente pérdida.

Cuando Mateo lo visitó por primera vez, el edificio se encontraba prácticamente en ruinas, con un evidente estado de abandono. A partir de 1994 comenzó a lucubrar las posibilidades que ofrecían los 1.500m2 de sus paredes para desarrollar su arte. Así, estudió las proporciones, las dificultades técnicas y la complejidad formal para poder desarrollar una obra de grandes proporciones que necesitara de un espacio semejante para desarrollarse. Quiso entonces convertir San Juan Bautista en el receptáculo de una propuesta contemporánea y radical, una instalación permanente que diera al edificio una dimensión distinta y única en el panorama artístico de la actualidad. Para ello, Mateo comenzó a realizar bocetos y a tomar todas las medidas necesarias, así como a ir preparando el terreno para la posterior ejecución de la obra, preparación que le llevó seis años.

Sin embargo, la realización de semejante obra necesitaba por fuerza de una financiación que solventara los enormes problemas económicos que supondrían llevarla a cabo. Mateo comenzó a mover todos los hilos que pudo, convenciendo a instituciones y personalidades de la cultura para que apoyaran su proyecto, así como al público en general que quisiera participar en el proyecto. Nació, así, en 1995 una Asociación Cultural de apoyo en la que participaron 1.500 personas de toda España en un nuevo e insólito modo de entender el mecenazgo artístico. El apoyo fue tal que desde el 3 de septiembre de 1997 la propia UNESCO se unió al proyecto, lo que provocó una gran cantidad de actividades culturales y artísticas relacionadas con los ya llamados "murales de Alarcón". Incluso el Ministerio de Cultura y Fomento se unió, a través del programa 1% Cultural, sufragando los gastos pertinentes para la rehabilitación integral del edificio y la dotación de todos los servicios necesarios para la seguridad de la obra y la posterior gestión de visitantes.

Con todo ello, Mateo se puso manos a la obra, y fue poco a poco creando su particular universo pictórico en la iglesia conquense. En un principio tuvo la idea de plasmar los hitos de la vida del santo al que había estado consagrado el edificio, pero con el tiempo la propia evolución del artista y la maduración del proyecto fue convirtiendo la idea primigenia en algo completamente distinto. Mateo pobló así las paredes de imágenes directamente sacadas de la naturaleza y de la visión que de ella tiene el hombre. Creó para ello una fauna mítica, surrealista, a medio camino entre la célula primigenia y un universo de seres oníricos donde los colores relampaguean. Su visión retrotrae al observador a edades anteriores del hombre, a sus primeras manifestaciones sociales y artísticas, en un viaje que nos lleva desde las primeras pinturas cavernícolas de Atapuerca o Altamira, continúa por los artistas de la antigüedad y el Medievo (con especial atención a El Bosco, o los muralistas bizantinos), pasando por los grandes nombres del Renacimiento, como el Giotto de Asís, hasta conceptos artísticos mucho más modernos, como Kandinsky, Picasso, Klee, Miró, Pollock, Klimt o incluso grandes genios de la pintura contemporánea, como Barceló. Fue una ardua labor que le llevó algo más de cuatro años realizarla y que concluyó el 15 de julio de 2004, cuando se abrieron las puertas del recinto.

La UNESCO, así como su ex director general, Federico Mayor Zaragoza, inauguraron "oficialmente" la obra el 11 de junio de 2005. A su inauguración se sumaron grandes nombres de la cultura iberomericana, como José Saramago, Ernesto Sábato, Fernando Arrabal, Luis Mateo Díez, Francisco Brines, Gustavo Bueno, Francisco Nieva, Rosa Montero o Antonio López, quienes no escatimaron palabras de elogio para la obra de Mateo. Como muestra, las palabras de Saramago dan una idea de la expectación que crearon sus pinturas: "No sé si la iglesia de San Juan Bautista de Alarcón acabará siendo mirada como la Capilla Sixtina de nuestro tiempo, pero sé, tanto por ciencia que creo cierta como por intuición adivinatoria, que el pintor Jesús Mateo nació del mismo árbol genealógico que dio sus mejores frutos en El Bosco y en Bruegel el Viejo. Como ellos Jesús Mateo explica el hombre. Por lo visible y lo invisible."

Enlaces en Internet

http://www.muralalarcon.org; Página oficial de los murales de Alarcón.

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  • 0601 FDS