Giorgi, Bruno (1905-VVVV).
Escultor brasileño nacido en Mococa, en el estado de Sâo Paulo, el 13 de agosto de 1905 y fallecido el 7 de septiembre de 1993 en Río de Janeiro.
Fue hijo de inmigrantes italianos. Su padre, de nombre Fernando, trabajaba en el comercio del café, y su madre se llamaba Pía. En 1911 se trasladó, junto con su familia, a Italia, donde pasó el resto de su infancia, adolescencia y juventud. Mostró muy pronto sus dotes para el diseño, por lo que su madre quiso que estudiara pintura. No obstante, fue matriculado en la escuela del escultor Loss en Roma. Por esta causa, comentó en una ocasión: “fui escultor por engaño”.
Bruno Giorgi no tomó muy en serio las clases, ya que prefería trabajar con su padre en el negocio del café. En esa etapa comenzó también sus actividades políticas, que le llevaron en 1931 a la cárcel, condenado por conspirar contra el régimen fascista de Mussolini. Pasó cuatro años en prisión, en Nápoles, hasta que por la mediación del gobierno de Getulio Vargas consiguió la extradición. Al estallar la Guerra Civil Española en 1936, Giorgi decidió volver a Europa y se instaló en París. Su objetivo fue doble: mantener contacto con la resistencia antifascista y perfeccionar su arte, para lo cual frecuentó las academias Ranson y Grande-Chaumiere, y completó sus estudios bajo la dirección del escultor Aristide Maillol.
Tras regresar a Brasil, en 1939, fijó su residencia en Sâo Paulo y se dedicó enteramente a la escultura. Compartió taller con el también escultor Joaquin Figueira, y se integró en el movimiento modernista junto a otras figuras, como el escritor Mario de Andrade y el escultor Victor Brecheret. Sin embargo, nunca se unió a ninguna escuela o movimiento y optó por un camino solitario en su arte.
Paradójicamente, en esta época de renovación Giorgi fue sensible a las tendencias renovadoras de la arquitectura brasileña, impulsada por el arquitecto Oscar Niemeyer y el urbanista Lucio Costa, dos de las figuras claves que hicieron posible la nueva ciudad de Brasilia, a las que contribuyó con algunas de sus piezas más importantes al integrar las artes plásticas y la arquitectura.
La primera de sus esculturas que formó parte de un edificio moderno en Brasil fue Monumento a la juventud brasileña, realizado en granito de Petrópolis, que esculpió personalmente para los jardines del Ministerio de Educación y Salud en Río de Janeiro. Recibió el encargo de este monumento en 1942, y para realizarlo se trasladó a Río de Janeiro; logró finalizarlo en 1946. Otros ejemplos de esta colaboración fueron Meteoro, que se halla en el lago del Palacio de los Arcos del Ministerio de Relaciones Exteriores en Brasilia y Os Guerreiros, una pieza en bronce, conocida popularmente como los Candangos, realizada en 1960, con una altura de 9 metros hasta la punta de las lanzas; se encuentra en la plaza de los Tres Poderes, en Brasilia.
Meteoro es una pieza abstracta, de forma esférica, realizada en mármol de Carrara, en 1964. Bruno Giorgi esculpió la obra íntegramente en esa misma ciudad italiana y tardó catorce meses en finalizarla. Cuando fue trasladada a Brasil, y a pesar de su aspecto ligero, uno de los soportes no aguantó todo su peso, de varias toneladas, y en su caída pasó a unos 20 cm. de Giorgi, que sufrió una profunda conmoción.
Otras esculturas importantes de esta etapa son el monumento a Dante Alighieri en Sâo Paulo, hecho en 1954, que hoy se encuentra en la plaza Don Jose Gaspar Dutra; Anchieta, de 1960, que está en Santa Cruz de Tenerife, y Ritual, realizada en mármol en 1970 para el Instituto Weizmann de Tel-Aviv.
Giorgi participó en numerosas exposiciones y eventos, como el Salón de Otoño de París en 1938, el Salón de las Tullerías de la misma ciudad, en 1938 y 1939, y la Bienal de Venecia de 1950 y 1952. Al año siguiente, recibió el premio al mejor escultor nacional en la II Bienal de Sâo Paulo. Con motivo de ese acontecimiento, comentó: “En aquella bienal, fueron los jurados internacionales los que me concedieron el premio”. En 1967,tuvo en ella una sala especial. Además, con motivo de la conmemoración de sus 80 años, se expuso una recopilación de su obra en el Ministerio de Educación y Salud, en Río de Janeiro, y en la Galería Skultura de Sâo Paulo.
El estilo de Giorgi fue principalmente figurativo, con un gran interés en las figuras humanas estilizadas, como mujeres, flautistas, o adolescentes. También trabajó, en la década de los años 60, las formas abstractas. Demostró ser un verdadero maestro, tanto desde sus primeras exposiciones como en su evolución vital. Se definía a sí mismo como un artista rápido, con técnica firme y nada vacilante, y demostró un gran amor por la vida. Sus materiales fueron el mármol, granito, bronce y terracota. Su trabajo fue y continúa siendo de fácil comprensión para cualquier tipo de personas y transmite una gran sencillez al tiempo que una enorme complejidad. Sus esculturas gozan de un gran ritmo de volúmenes, tanto en las figuras humanas, presentes siempre en su obra, como en las abstractas.
Se casó tardíamente, en 1970, con una portuguesa, Leontina Ribeiro Rodríguez, y tuvo su primer hijo a la edad de 78 años. Leontina puso orden en su casa, abarrotada con pinturas y obras de arte de sus amigos más próximos, y también se dedicó a buscar las obras de su marido y a catalogarlas. Ella dijo de él: “era anarquista en todo lo que pensaba y anárquico en todo lo que hacía y llevó estas ideas hasta su trabajo [...] no tenia la menor organización”. Vivió con él durante 23 años, hasta que Giorgi falleció, a la edad de 88 años, de una parada cardíaca en Río de Janeiro.
Bruno Giorgi dejó cinco de sus obras en la ciudad que le vio nacer, que llamaba la “ciudad encanto”. Dos de estas piezas, Os Fundadores y A Mulher de Mococa, se encuentran en plazas públicas. Las otras, A Mulher dos Triangulos, Sâo Francisco e l Lobo de Gubio y Torso, están expuestas permanentemente en el Museo de Artes Plásticas “Quirino da Silva”.
Bibliografía
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MILANO, Dante: Bruno Giorgi, (MEC, Brasil, 1959)
T. Bandrés Sierra
