Kostunica, Vojislav (1944-VVVV).
Político serbio, nacido en Belgrado el 24 de abril de 1944. Líder de la Oposición Democrática de Serbia (DOS), fue primer ministro de su país desde el 3 de marzo de 2004 hasta el 13 de abril de 2008, que presentó su dimisión.
Fue profesor de Derecho en la Universidad hasta 1974, año en que fue expulsado por haber apoyado a un profesor que había criticado la Constitución de Tito. En 1992 fundó el Partido Democrático de Serbia (DSS). Ha sido vicepresidente de la Dieta serbia entre 1990 y 1997. El 7 de agosto de 2000 aceptó ser el candidato de la Alianza para el Cambio, una coalición de 18 pequeñas y medianas formaciones liberales y nacionalistas que concurrieron a las elecciones de septiembre de 2000 con el nombre de Oposición Democrática de Serbia (DOS).
En su discurso criticó a Occidente por haber arrebatado a Serbia el Kosovo de mayoría albanesa, tras los bombardeos de la primavera de 1999. Estuvo en contra de Milosevic, al que acusó de ser el gran perdedor del nacionalismo serbio. El 30 de agosto inició su campaña en la ciudad de Petrovacna Mlavi, a 110 km al sureste de Belgrado, en el que prometió “una vida normal y mejor, la paz y el bienestar”, además de abogar por la apertura hacia el mundo.
Dos días después de los comicios del día 24 de septiembre, la Comisión electoral comunicó que, según el escrutinio de la mayor parte de los votos emitidos, Kostunica había obtenido el 48,22% de los sufragios, y Milosevic el 40,23%. Sin embargo, la Comisión anuló totalmente la elección de Kostunica y Milosevic no aceptó la derrota y su marcha de la presidencia. En los días siguientes se produjeron múltiples actos de protesta contra de Milosevic que tuvieron su punto culminante el 5 de octubre de ese año, día en el que cerca de medio millón de serbios se lanzaron a la calle para poner fin el régimen despótico de Milosevic y para que se reconociese la victoria en la primera vuelta del candidato opositor Vojislav Kostunica.
Finalmente, Slobodan Milosevic cedió a las presiones del pueblo y el 6 de octubre reconoció a Kostunica como nuevo presidente de Yugoslavia, quien juró el cargo al día siguiente. Las elecciones legislativas del 23 de diciembre significaron el espaldarazo definitivo para la transición política en el país. La coalición Oposición Democrática de Serbia (DOS) del presidente Kostunica consiguió un triunfo arrollador con casi dos tercios de los votos emitidos y 177 de los 250 escaños del Parlamento, frente a los 37 obtenidos por el SPS del ex presidente Slobodan Milosevic. Tras la victoria, Kostunica anunció el restablecimiento del orden democrático en Serbia y la formación de un Gobierno, dirigido por el primer ministro Zoran Djindjic, que impulsaría las reformas necesarias para desmantelar de forma definitiva el régimen de Milosevic.
Pero el nuevo ejecutivo recibió del ex presidente una pesada herencia con un amplio abanico de conflictos abiertos en el país. La guerrilla albanokosovar volvió a rearmarse para exigir la independencia e inició un nuevo foco de lucha en la región de Presevo, situada al sur de Serbia, cerca de la frontera con Macedonia. Por su parte, Montenegro, la menor de las dos repúblicas del país, amenazaba con someter a referéndum su separación de Serbia, iniciativa que implicaba romper definitivamente la federación y liquidar Yugoslavia.
Para controlar el hostigamiento de la guerrilla albanesa en Presevo, la Kfor (fuerza internacional de paz en Kosovo) permitió que el ejército yugoslavo, expulsado de la región tras perder la guerra contra las fuerzas de la OTAN, recuperara el control de la frontera kosovar y frenara la ofensiva de los radicales albaneses. La secesión de Montenegro también quedó temporalmente aplazada tras las elecciones celebradas el 22 de abril de 2001 en la República yugoslava. La coalición 'Victoria para Montenegro', liderada por el presidente montenegrino Milo Djukanovic y favorable a la opción secesionista para promover la creación de un pequeño estado soberano obtuvo un ajustado triunfo. Sólo 5.000 votos dieron la victoria a los independentistas frente al bloque proyugoslavo, partidario de permanecer en la federación presidida por Vojislav Kostunica, y los 35 escaños obtenidos se mostraron insuficientes para reunir en el Parlamento los dos tercios exigidos por la Constitución para poder convocar un referéndum por la independencia.
Aplazados, más que solucionados, los principales problemas de su mandato, Kostunica tuvo que afrontar una situación aún más incómoda desde la primavera de 2001. En la madrugada del 1 de abril de 2001, Slobodan Milosevic ingresó por orden del juez en la prisión central de Belgrado para responder a las acusaciones de malversación de fondos y abuso de poder durante su etapa al frente del país. El presidente yugoslavo anunció que Milosevic sería juzgado en su país por los delitos económicos que le imputaba la justicia serbia pero que no lo extraditarían a La Haya, como exigían la Unión Europea y EE.UU, para someterse a juicio por los crímenes contra la humanidad cometidos durante su campaña de limpieza étnica en la provincia de Kosovo.
El Ejecutivo yugoslavo mantuvo durante algunos meses su negativa a extraditar a Milosevic pero la maltrecha economía del país necesitaba con urgencia la ayuda internacional y Washington había condicionado su aportación a la colaboración de Belgrado con el Tribunal Penal Internacional (TPI). Finalmente, el Gobierno serbio, dirigido por el primer ministro Zoran Djindjic, decidió aprobar por decreto el mecanismo de cooperación con el TPI para entregar al ex dictador y el 28 de junio de 2001 las autoridades de la ONU trasladaron al recluso Solobodan Milosevic a La Haya, para comparecer ante el Tribunal por su responsabilidad en los crímenes de guerra cometidos en Kosovo. La decisión de extraditar a Milosevic se adoptó en contra del criterio del Tribunal Constitucional yugoslavo, que había ordenado congelar el proceso, y del presidente del país, Vojislav Kostunica, que no fue consultado y calificó la entrega de ilegal.
De inmediato estalló la crisis política en Belgrado. Kostunica anunció que su formación política (DSS Partido Democrático de Serbia) abandonaba la coalición gobernante DOS para formar un grupo parlamentario propio y el primer ministro del Gobierno Federal yugoslavo, Zoran Zizic, presentó su dimisión en protesta por la extradición ordenada por su homólogo en el Ejecutivo serbio, Zoran Djindjic. Las relaciones entre las dos figuras más relevantes de la transición yugoslava, Kostunica y Djindjic, que nunca habían sido buenas, quedaron definitivamente tocadas. El presidente yugoslavo incrementó la tensión entre ambos mandatarios en el mes de agosto cuando decidió retirar del Gobierno serbio de coalición (DOS) a los ministros y viceministros de su partido, el DSS. Kostunica denunció además el fracaso del Ejecutivo comandado por Djindjic para acabar con la delincuencia organizada en Serbia.
En marzo de 2002 y con el auspicio del máximo responsable de la política exterior europea, Javier Solana, el presidente yugoslavo y el montenegrino, Milo Djukanovic, alcanzaron un acuerdo histórico para dar paso al nacimiento de un nuevo Estado, bautizado con el nombre de "Serbia y Montenegro" y que significaba, en la práctica, la desaparición definitiva de la antigua Yugoslavia. El pacto establecía la dotación de una Constitución única, un solo Parlamento y un presidente elegido por la Cámara, además de un Ejército común y una armonización de las políticas económicas de las dos Federaciones, con vistas a la futura incorporación del nuevo Estado a la Unión Europea. La vigencia del acuerdo, ratificado en el Parlamento Federal el 31 de mayo de 2002, se estableció para un periodo de tres años y exigía el compromiso de las partes de no plantear en este tiempo ninguna iniciativa, referérendum o consulta popular para promover la secesión. Después de nueve meses de negociaciones, el 3 de diciembre de 2002 quedó aprobada la Carta Constitucional de la futura confederación de Serbia y Montenegro.
El 29 de septiembre de 2002, los serbios acudieron a las urnas para elegir al sucesor del presidente Milan Milutinovic. Vojislav Kostunica fue el candidato más votado con el 30,4% de los sufragios, por delante del viceprimer ministro, Miroljub Labus, respaldado por Djindjic, que logró el apoyo del 29,2% de los votantes pero, como ninguno de los candidatos alcanzó la mayoría absoluta, ambos políticos midieron nuevamente sus fuerzas en la segunda vuelta, celebrada el 13 de octubre. Kostunica obtuvo de nuevo el respaldo mayoritario de los votos (66,46%) pero la participación electoral no alcanzó el quórum del 50%, exigido por la ley para validar la consulta, y los comicios presidenciales quedaron anulados.
La elección quedó pospuesta hasta el mes de diciembre y en previsión de que la participación de los electores fuera de nuevo inferior al 50%, el Parlamento acordó mantener la obligatoriedad de alcanzar este quórum en la primera vuelta pero no en la segunda. Así, los serbios acudieron nuevamente a las urnas el 8 de diciembre para elegir presidente y Kostunica, con el 58% de los votos, volvió a imponerse a sus nuevos rivales, los candidatos ultranacionalistas Vojislav Seselj y Borislav Pelevic. Pero, tal y como vaticinaban los peores pronósticos, la abstención volvió a ser mayoritaria y los comicios no fueron válidos. El presidente yugoslavo no estaba dispuesto a aceptar nuevamente una victoria inútil y anunció que impugnaría la anulación ante el Tribunal Supremo por falsificación del censo, argumentando que los listados incluían los nombres de 400.000 electores inexistentes.
Tras el asesinato del primer ministro serbio Zoran Djindjic en marzo de 2003, Kostunica volcó todos sus esfuerzos políticos en las elecciones parlamentarias con el objetivo de arrebatar la hegemonía al Partido Demócrata del malogrado Djindjic. Hizo un llamamiento a la abstención en el tercer intento de elección presidencial, convocada para el mes de noviembre, y su boicoteo surtió efecto: el ultranacionalista Tomislav Nikolic fue el candidato más votado (46,5% del escrutinio), seguido de Dragoljub Micunovic, presidente del Parlamento federal de Serbia y Montenegro (38,3%), pero los comicios fueron anulados nuevamente por la alta abstención. Un mes más tarde se celebraron las elecciones legislativas y la victoria volvió a posicionarse del lado de los ultranacionalistas. Los resultados obligaron a los partidos reformistas a pactar para evitar el gobierno radical de Nikolic y, tras varias semanas de negociaciones, Kostunica recibió el encargo de formar Gobierno.
El 11 de febrero de 2008 el presidente serbio, Boris Tadic junto a su primer ministro Kostunica, anunciaron que se opondrán a la independencia "unilateral" de Kosovo y declararon que Serbia no reconocerá la autonomía de esa provincia, que luego se autoproclamó independiente el 17 de febrero. Ese mismo día, miles de personas se manifiestaron en Belgrado, capital de Serbia, para exigir al primer ministro el ingreso de su país en la UE.
El 8 de marzo Vojislav Kostunica dimitió del cargo de primer ministro serbio, y anunció que convocará a elecciones parlamentarias anticipadas, atribuyendo su decisión a la falta de unidad en la coalición de Gobierno sobre el acercamiento a la UE y la independencia de Kosovo.