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PolíticaBiografía

Solana Madariaga, Javier (1942-VVVV).

Javier Solana.

Político español, nacido en Madrid el 14 de julio de 1942, de larga trayectoria en la vida pública. Inició la carrera política como diputado en las Cortes Constituyentes españolas de 1977 y, en los años siguientes, ocupó varias carteras ministeriales en los Gabinetes socialistas presididos por Felipe González. En 1995 fue nombrado secretario general de la OTAN y, desde 1999, ocupa los cargos de representante para la política exterior y de seguridad de la Unión Europea, secretario general del Consejo de Ministros de la UE y secretario general de la UEO (Unión Europea Occidental).

Sobrino nieto del erudito español Salvador de Madariaga, Javier Solana cursó el bachillerato en el Colegio de El Pilar y, entre 1959 y 1965, la licenciatura en Ciencias Físicas en la Universidad Complutense de Madrid. Sus posicionamientos políticos empezaron a fraguarse en aquellos años universitarios en los que comenzó a destacar su compromiso con idearios izquierdistas. Su implicación en un foro de participación estudiantil llamado "Semana de Renovación Universitaria" fue sancionada en 1963 con la apertura de un expediente disciplinario que le costó la expulsión temporal de la Facultad. Aprovechó este tiempo de suspensión para ampliar estudios en el Reino Unido y, tras su regreso a España, concluyó la carrera y comenzó a trabajar como ayudante en el equipo del profesor Salvador Velayos.

Logró una beca de la Fundación Fulbright y continuó su formación en los Estados Unidos donde, después de doctorarse en 1968, trabajó durante tres años como investigador en el Departamento de Física, dirigido por Nicolás Cabrera, de la Universidad de Virginia. Juntos regresaron a Madrid en 1971 y continuaron colaborando en la Universidad Autónoma aunque, la adscripción política de Solana, le costó de nuevo la expulsión de la institución académica. Finalmente en 1975 ganó la cátedra de Física de Sólidos en la Universidad Complutense.

Desde que en 1964 ingresara en las Juventudes Socialistas, la proyección de la figura política de Javier Solana en el partido, primero en la clandestinidad y después en la legalidad, fue permanente durante las dos décadas siguientes. Desde su cargo de secretario de Relaciones Políticas de la Agrupación Socialista Madrileña jugó un papel relevante en la constitución de la Coordinadora Democrática de la capital y entre 1974 y 1976 fue miembro del Comité Provincial del PSOE de Madrid. Celebrado el XXVII Congreso Socialista en diciembre de 1976, el primero que se convocaba en España tras la Guerra Civil, fue elegido secretario de Información y Prensa en la nueva Comisión Ejecutiva Federal.

Un año después ganó un escaño de diputado por Madrid en Congreso Constituyente tras las primeras elecciones democráticas, celebradas en España el 15 de junio de 1977. Logró la reelección en los comicios generales de marzo de 1979 y en esta I Legislatura fue miembro de la Diputación Permanente de la Cámara Baja. También en 1979, Solana ocupó nuevamente un puesto en el Comité Ejecutivo socialista en calidad de secretario de Estudios y Programas, tras la celebración del nuevo Congreso del PSOE. Dos años después, en la XXIX cita congresual del partido, fue elegido secretario ejecutivo de la Comisión Federal.

Las elecciones generales de octubre de 1982 significaron la rotunda victoria del PSOE y, de nuevo, la reelección de Javier Solana como diputado por Madrid en el Congreso. En diciembre de ese mismo año, fue elegido para ocupar el ministerio de Cultura en el primer Gabinete de Gobierno de Felipe González. Las iniciativas más relevantes de su gestión fueron, entre otras, la elaboración de las leyes de Patrimonio Histórico y Propiedad Intelectual, la privatización de la prensa estatal, el esbozo normativo para regular las televisiones privadas, la conversión en entidades autónomas de las antiguas Direcciones Generales de Cine, Música y Teatro, así como del Museo del Prado, y la estructuración de las Direcciones Generales de Bellas Artes y del Libro y Bibliotecas. A partir de julio de 1985, compatibilizó la cartera de Cultura con su nueva responsabilidad como Portavoz del Gobierno y, tras las elecciones de 1986 y la reedición del triunfo socialista, Felipe González le ratificó en el cargo ministerial.

En el reajuste gubernamental de julio de 1988, fue nombrado ministro de Educación y Ciencia, en sustitución de José María Maravall, para abordar definitivamente la reforma de la educación española con el desarrollo de la nueva Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE). Celebradas elecciones adelantadas el 29 de octubre de 1989, el PSOE renovó la victoria y Javier Solana fue confirmado en su puesto de titular de Educación y Ciencia. Abandonó el cargo en junio de 1992 para ocupar la cartera de Asuntos Exteriores, poco antes de la muerte de su antecesor Francisco Fernández Ordóñez, y fue relevado en Educación por Alfredo Pérez Rubalcaba.

Con fama de político dialogante y discreto, el nuevo jefe de la diplomacia española cumplió en los años siguientes con una frenética agenda internacional desde que realizara su primer viaje oficial a Marruecos. Las cumbres europeas, las reuniones bilaterales y las relaciones con los países Iberoamericanos y el Magreb conformaron los frentes prioritarios del ministerio durante su gestión. Fue confirmado en el cargo después de las elecciones generales de 1993 y su nombre comenzó a sonar con fuerza en las quinielas para elegir al sucesor de Felipe González al frente de la casa socialista, de cara a los comicios de 1996. Sin embargo, antes del final de la legislatura, abandonó su responsabilidad en el Gobierno y también la política nacional para asumir la Secretaría General de la OTAN, vacante tras la dimisión de Willy Claes.

Candidato de consenso de los países miembros de la Organización, Solana fue propuesto al cargo en la reunión de embajadores del Consejo Atlántico celebrada el 1 diciembre de 1995 y, cuatro días más tarde, fue designado formalmente nuevo secretario general de la Alianza y presidente del Consejo en la reunión de los ministros de Exteriores aliados. El 18 de diciembre cesó como titular de Asuntos Exteriores del Gobierno español, cargo en el que fue sustituido por Carlos Westendorp, y al día siguiente tomó posesión en Bruselas como máximo representante de la OTAN para un periodo de cuatro años. Solana fue el noveno secretario general de la Alianza y el primero procedente de un país que aún no estaba integrado en la estructura militar de la Organización.

Su gestión coincidió con una etapa especialmente crucial en la historia de la OTAN, empleada a fondo en elaborar nuevas nociones estratégicas y operativas para redefinir el marco de cooperación con Rusia, tras la desintegración del bloque soviético, y en cumplir con su misión de pacificación en Bosnia-Herzegovina. Partidario del consenso y la negociación, Solana se apuntó el primer éxito importante de su nuevo compromiso profesional el 27 de mayo de 1997, fecha en la que Rusia y los países OTAN firmaron un acuerdo histórico que dio carpetazo definitivo a la época de la "guerra fría" e inauguró una nueva etapa en las relaciones internacionales.

La voluntad negociadora de Solana no consiguió, sin embargo, terminar con los focos de conflicto en la antigua Yugoslavia y la escalada de represión del presidente Slobodan Milosevic contra la mayoría albanesa en Kosovo determinó la intervención militar de la OTAN. El 24 de marzo de 1999, Solana ordenó el inicio de una operación bélica contra objetivos yugoslavos para exigir a Belgrado la retirada incondicional de la provincia autónoma de Kosovo. Los ataques se prolongaron durante dos mes y, aunque existía consenso internacional prácticamente unánime para detener el expansionismo serbio, los bombardeos tuvieron un alto coste político para la Alianza y para su secretario general por el elevado número de víctimas civiles. A pesar de la intervención armada, durante la cumbre de Washington celebrada en abril de 1999 para conmemorar el quincuagésimo aniversario de la OTAN, los aliados saludaron positivamente las reformas internas introducidas en la Organización durante la gestión de Javier Solana.

La cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, reunida en Colonia en junio de 1999, eligió a Solana alto responsable de la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europa, un cargo de nueva creación -conocido de modo informal como "mister Pesc"- que estaba previsto en el Tratado de Amsterdam, suscrito en octubre de 1997 y en vigor desde mayo de 1999.

El británico George Robertson sustituyó a Solana en la Secretaría General de la OTAN el 6 de octubre de 1999 y el día 18 de ese mismo mes el político español tomó posesión de su nuevo cargo por un periodo de cinco años que, además, llevaba aparejado, el puesto de secretario general del Consejo de Ministros de la Unión Europea. El 25 de noviembre, "mister Pesc" asumió también la Secretaría General de la UEO (Unión Europea Occidental), la única organización militar estrictamente europea, conforme a la idea de los Quince de hacer coincidir en la misma persona la representación europea en política exterior y de seguridad.

Uno de sus mayores éxitos como responsable principal de la diplomacia europea llegó en marzo de 2002 cuando logró que los presidentes de Yugoslavia y Montenegro alcanzaran un acuerdo para poner en marcha un nuevo Estado "Serbia y Montenegro" con vigencia de tres años y el compromiso común de no plantear, en este tiempo, consultas ni proyectos de secesión.

El 18 de junio de 2004, los líderes de los 25 países miembros de la Unión aprobaron el texto de la Constitución europea que, tras el correspondiente proceso de ratificación en cada uno de los Estados, debería convertirse en Carta Magna para 455 millones de habitantes. En esta fecha histórica, los jefes de Estado y de Gobierno también consensuaron la renovación del mandato de Javier Solana como Alto Representante para la Política Exterior y Seguridad Común (PESC) de la UE con el objetivo de designarle ministro europeo de Exteriores [y vicepresidente de la Comisión] en el momento de la entrada en vigor de la Constitución.

Convertido en la imagen de la Unión Europea en los foros internacionales, Javier Solana representa uno de los perfiles políticos más respetados del panorama internacional. Miembro de la sección española del Club de Roma y patrono de las Fundaciones Pablo Iglesias y Ortega y Gasset, cuenta, entre otros honores y distinciones, con la Medalla de Barcelona 92, la Orden Olímpica del COI (1993), las Grandes Cruces de la Orden de Carlos III (1997) y de la Orden de Isabel la Católica (2000), y es además caballero de la Orden británica de San Miguel y San Jorge (2000).

En mayo de 2007 fue galardonado con el Premio Carlomagno, que recogió en la sala de la Coronación del Ayuntamiento de Aquisgrán, junto a los otros dos españoles galardonados, S.M. el rey Juan Carlos y el ex-presidente Felipe González. En su discurso hizo un llamamiento a favor de que la UE lidere el diálogo internacional para resolver problemas como "las armas nucleares y el desarme".

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