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Ocio y entretenimientoBiografía

Belmonte García, José (¿-1959).

Matador de toros español, nacido en Sevilla a comienzos del siglo XX, y fallecido en Jerez de la Frontera (Cádiz) el 20 de marzo de 1959. Era hermano del genial torero hispalense Juan Belmonte García ("El Pasmo de Triana") y del también matador de reses bravas Manuel Belmonte García. En su saga familiar figuran, además, como lidiadores su hijo José Belmonte y Fernández y su sobrino Juan Belmonte Campoy (hijo de la citada gloria del Arte de Cúchares).

Alentado por el ambiente taurino que respiró en su entorno familiar, muy pronto experimentó el deseo de seguir los pasos de su hermano Juan, quien, por el contrario, andaba en el empeño de impedir que otros miembros de su familia eligieran una profesión tan dura como la que él practicaba. Se negó, pues, en un principio "El Pasmo de Triana" a apoyar los pasos iniciales de la carrera de su hermano menor; pero, en vista de la afición que alentaba al joven José, no tuvo más remedio que ceder en su obstinación y brindarle toda la ayuda que, desde su ya merecido puesto de figura contrastada, podía poner a su alcance. Así las cosas, el día 14 de septiembre de 1919 José Belmonte estrenó su primer traje de luces en las arenas del coso pamplonica, donde, alternando con el novillero madrileño -pero criado en Salamanca- Eladio Amorós Cervigón, se enfrentó con becerros y novillos procedentes de la ganadería de don Roque Alaiza. Cuentan las crónicas de la época que el estilo y la voluntad demostrados aquella tarde por el joven novillero sevillano agradaron sobremanera a la afición navarra, circunstancia que acabó por vencer los últimos recelos de Juan Belmonte, quien se lanzó de lleno a promocionar la incipiente carrera de su hermano.

Con todo, hubo de transcurrir un largo proceso de aprendizaje del áspero oficio taurino hasta que José Belmonte se halló en condiciones de abandonar el escalafón novilleril para aspirar al grado de doctor en Tauromaquia. Finalmente, en la temporada de 1925, después de haber tomado parte en diez novilladas picadas, el menor de los Belmonte compareció en el precioso coliseo de El Puerto de Santa María dispuesto a recibir la alternativa de manos de un padrino de lujo: el colosal "Pasmo de Triana". Corría, a la sazón, el día 7 de junio de dicho año, fecha en la que José Belmonte se doctoró, en presencia del coletudo sevillano José García Rodríguez ("El Algabeño") -que hacía las veces de testigo-, dando lidia y muerte a estoque a un astado criado en las dehesas de Gamero Cívico.

Idéntico padrino de excepción confirmó, en las arenas madrileñas, la validez del doctorado taurino que ostentaba ya José Belmonte. Tuvo lugar esta nueva ceremonia el día 8 de octubre de aquel mismo año de 1925, bajo la atenta mirada del matador rondeño Cayetano Ordóñez y Aguilera ("Niño de la Palma") y frente a un encierro marcado con la divisa salmantina de don Andrés Sánchez. En una tarde memorable para la afición madrileña que se había dado cita en el ya desaparecido coliseo de la antigua Carretera de Aragón (sito en el mismo solar donde actualmente se yergue el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid), tanto los dos hermanos Belmonte como el ilustre testigo que los acompañaba en el cartel ofrecieron espléndidas lecciones de toreo, sin que faltase -para que el espectáculo fuera completo- el buen juego en la embestida brindado por las reses que se lidiaron.

A pesar de estos esperanzadores comienzos, parece ser que José Belmonte perdió -una vez alcanzado ese objetivo de llegar a convertirse en matador de toros que le había obsesionado desde su niñez- gran parte del entusiasmo de sus años mozos, por lo que, a pesar de las influencias de su célebre hermano, su trayectoria cayó pronto en un hondo bache del que sólo salió para retirarse del ejercicio activo del toreo y dedicarse de lleno a sus negocios (también relacionados, por cierto, con el mundo del toro. A finales de los años veinte ya casi no recibía ofertas para vestirse de luces (seis contratos firmó en 1928, y sólo tres al año siguiente), lo que precipitó su definitiva retirada en 1930, después de haber realizado un único paseíllo en el transcurso de dicha temporada.

El gran historiador y crítico taurino don José María de Cossío reflejó de este modo el vertiginoso declive de la carrera del menor de los Belmonte: "A partir de su alternativa, parece que Pepe Belmonte ha perdido sus entusiasmos y su afición y que torea por seguir en la pendiente, como a la deriva. Muchacho muy inteligente, vio pronto claro que no sólo no podía pasar del lugar a que había llegado, sino que le sería imposible mantenerse en él, y ésto le quitó toda la ilusión. Y empezó a emplear sus actividades en negocios de campo o derivaciones de ellos, con los aciertos de su despierta y propia inteligencia".

Bibliografía.

  • - COSSÍO, José María de. Los Toros (Madrid: Espasa Calpe, 1995). 2 vols. (t. II, págs. 306-307).

Autor

  • 0103 JR.