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HistoriaPolíticaBiografía

Torrijos Espino, Martín (1963-VVVV).

Político panameño nacido el 18 de julio de 1963 en Ciudad de Panamá, que fue elegido presidente del país tras las elecciones celebradas en el mes de mayo de 2004. Hijo del general Omar Torrijos, uno de los personajes más influyentes en la historia contemporánea latinoamericana, tomó posesión del cargo el 1 de septiembre de ese mismo año para sustituir en la jefatura del Estado a Mireya Moscoso.

Pese a la celebridad política de su padre, Martín Torrijos tuvo un acercamiento tardío a la vida pública y, cuando tomó la decisión de dedicar su vida profesional a las tareas de Estado, ofreció un perfil político radicalmente distinto al de su progenitor. Cuando Omar Torrijos dirigió el alzamiento militar que derrocó al presidente conservador Arnulfo Arias para instaurar una dictadura autocrática y nacionalista, sin claro modelo ideológico pero con un marcado cariz populista, Martín tenía apenas cinco años y vivía con sus abuelos maternos en Chitré. Después regresó a la capital y mientras su padre se convertía en el hombre fuerte de Panamá y forjaba una personalidad carismática, autoritaria, pragmática, demagógica, paternalista y enérgica a partes iguales, viajó a Wisconsin para concluir sus estudios de secundaria en la prestigiosa academia militar de St. John. Su estancia en los Estados Unidos en el otoño de 1977 le permitió ser testigo directo de la firma en Washington del tratado Torrijos-Carter, el acuerdo histórico por el que los líderes de ambos países se comprometían a establecer un sistema de administración conjunta del Canal hasta el 31 de diciembre de 1999, fecha en la que el país centroamericano recuperaría la soberanía plena.

Martín prolongó su estancia en Norteamérica un par de años más antes de aventurarse hacia Nicaragua para unirse a los guerrilleros del Frente Sandinista que luchaban contra la dictadura somocista. Los brigadistas panameños que apoyaban como voluntarios la causa sandinista en el sur del país recibieron orden directa de proteger al hijo del general Torrijos. Nuevamente colocado en lugar y tiempo adecuados, Martín pudo contemplar en directo otro momento de trascendencia histórica: la entrada triunfal del FSLN en Managua. Regresó a Wisconsin y allí recibió la fatal noticia del accidente de aviación que el 1 de agosto de 1981 acabó con la vida de su padre, el general Torrijos. Recién estrenada su mayoría de edad, Martín optó entonces por continuar su formación en Estados Unidos, donde cursó estudios superiores en Ciencias Políticas y Economía.

A finales de 1988 ingresó en la nómina del gigante hostelero McDonalds para trabajar como gerente administrativo en la sede de la multinacional en Chicago. Torrijos continuaba fuera de Panamá, cuando el pequeño país centroamericano trataba de recuperarse de los estragos políticos y económicos acaecidos durante la corrupta gestión del general Noriega y la polémica invasión del Ejército estadounidense. Cuando Torrijos regresó en 1992, el abogado panameño Guillermo Endara ocupaba la presidencia de la República mientras el PRD [Partido Revolucionario Democrático] que fundara su padre en 1979 atravesaba un momento político delicado en la oposición.

Ernesto Pérez Balladares, ex ministro y estrecho colaborador de Omar Torrijos, llevaba ahora las riendas del PRD y encontró en Martín la figura de renovación necesaria para devolver a la formación el apoyo electoral de la era prenoriega. Se convirtió en su mentor político y le encargó la dirección de las Juventudes perredistas. En 1994, las urnas fueron benévolas con el PRD y Pérez Balladares se anotó la victoria frente a sus dos principales contrincantes, Mireya Moscoso de Gruber (viuda del ex presidente Arnulfo Arias Madrid) por la Alianza Democrática, y el cantante y actor Rubén Blades, por el Movimiento Papá Egoró.

Martín Torrijos ingresó en el Gobierno como mano derecha del ministro de Interior y Justicia, Raúl Montenegro, y aprovechó su puesto privilegiado para adquirir experiencia en labores de gestión pública. Al finalizar la legislatura, el escaso avance en los derechos sociales y algunos casos de corrupción que salpicaron al Ejecutivo de Pérez Balladares, colocaban al PRD muy lejos de la reelección y exigían la presentación de un candidato con capacidad de reilusionar al electorado. El líder de la formación oficialista decidió entonces que había llegado el momento de aupar a Martín Torrijos, su delfín, a lo más alto del escalafón político. Así fue como a finales de 1998, y después de lograr la victoria en las primarias del partido, se postuló como candidato del PRD a las presidenciales de Panamá.

Dos familias políticas sobradamente conocidas por el electorado panameño se enfrentaron el 2 de mayo de 1999 por la jefatura del Estado. El hijo de Omar Torrijos concurría por primera vez a la contienda, mientras la viuda de Arnulfo Arias llegaba con el título de veterana. Mireya Moscoso salió victoriosa del enfrentamiento y Martín Torrijos reconoció de inmediato su derrota. Pese al descalabro en las urnas, el 8 de agosto de ese mismo año, Torrijos fue elegido secretario general del PRD en sustitución de Pérez Balladares. La reelección llegó en agosto de 2002.

Al frente de la oposición ganó fama de político moderado y capaz e incrementó sin prisas sus posibilidades de alcanzar la presidencia en la siguiente cita electoral. Además, los malos resultados económicos y de nuevo la sombra de la corrupción planeando sobre la gestión de Moscoso jugaban a su favor. El 30 de marzo de 2003 fue elegido candidato perredista a la Presidencia de la República e inició la difusión por todo el país de un programa electoral que fue recibido con esperanza por el grueso del electorado. Incluyó a algunos de sus principales rivales políticos [miembros del Partido Popular y del Movimiento Papa Egoró] en su proyecto de unidad nacional y se colocó al final de la campaña con los sondeos claramente a su favor.
Los pronósticos se cumplieron y el 2 de mayo de 2004, Martín Torrijos se proclamó presidente electo de Panamá con el respaldo de más del 47% de los votos, un porcentaje muy superior al 30% reunido por el ex presidente Guillermo Endara y el 16% del candidato oficialista José Miguel Alemán. También fue incontestable, e inédita desde la restauración democrática, la victoria por mayoría absoluta del PRD en las legislativas.

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  • 0605 ISC