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Ingeniería y tecnologíaPsicologíaDeportesBiografía

Piccard, Bertrand (1958-VVVV).

Psiquiatra, piloto y científico suizo nacido en 1958. Es hijo de Jacques Piccard y nieto de Auguste Piccard. Realizó en marzo de 1999, junto con Briand Jones, la primera vuelta al mundo en globo sin escala.

Junto con su formación científica e intelectual desarrolló desde su juventud un interés creciente por los globos aerostáticos. En 1992 se apuntó a la regata en globo que se organizó para cruzar el oceáno Atlántico, la Chrysler Transatlantic Challenger. En esta competición participó junto con el piloto belga Win Verstraeten, y ambos ganaron la competición. Este fue el comienzo de su pretensión más ambiciosa: lograr la vuelta al mundo, sin escalas, en globo, sin que se empleara ningún tipo de propulsión mecánica. En 1997 realizó un primer intento que finalizó con el globo naufragado en el Mediterráneo. En 1998 lo volvió a intentar, pero finalizó su viaje en una aldea de Birmania cuando el gobierno de la República Popular China le denegó la autorización que le hubiera permitido volar sobre este país.

Antes de intentar por tercera vez su aventura, Bertrand Piccard se dedicó a la preparación cuidadosa de la expedición. Escogió como piloto al británico Brian Jones; obtuvo el patrocinio de la marca relojera suiza Breitling, que ya patrocinó los dos intentos anteriores, patrocinio que propició una importante inversión tecnológica y de seguridad; finalmente, quizás lo más importante, esperó a que las autoridades de China le dieran el permiso necesario para sobrevolar este país. Este permiso se mostró determinante, ya que una expedición británica, la del globo Cable and Wireless, que salió el 17 de febrero de 1999 desde Almería, lo hizo confiada en que obtendrían el mencionado permiso durante el vuelo, cosa que finalmente no sucedió, por lo que hubieron de finalizar su intento. Estas dificultades que ponía el gobierno comunista de China se debieron a la violación de su espacio aéreo por parte del millonario británico propietario de la Virgin Records, Richard Branson, en su intento de alcanzar el mismo objetivo, que finalmente también fracasó.

Otro aspecto que determinó el triunfo de la expedición de Piccard fue el globo aerostático que empleó. Éste fue construido por el también británico Don Cameron, en la empresa Cameron Balloons, que era la principal empresa constructora de globos del mundo. Tenía una altura de cincuenta y cinco metros, un desplazamiento de nueve toneladas y una capacidad para 18.000 m3 de helio. Se dividía en dos partes: por un lado estaba la canasta-cabina para los tripulantes y por otro el globo en sí. Éste tenía dos cámaras: una se llenaba de aire caliente y la otra se llenaba de helio; de esta forma se aprovecharon los dos sistemas principales en la sustentación de globos. Además, contaba el aparato con paneles solares que proporcionaron la energía eléctrica necesaria para el funcionamiento de los sistemas de la canasta-cabina.

El 1 de marzo de 1999 despegó desde la localidad suiza de Chateau d’Oex el Breitling Orbiter III, con once días de retraso respecto al Cable and Wireless. El globo de Piccard salió hacia el Este. Mientras, en el aeropuerto ginebrino de Coitrin, se instaló el centro de seguimiento de la misión, desde donde el equipo meteorológico proporcionaba los partes meteorológicos y la mejor ruta a seguir. Cuando llegaron a China emplearon catorce horas en sobrevolarla, siempre, según el permiso que obtuvieron, al sur del paralelo 26, lo que no impidió que hasta en tres ocasiones se les avisara de que estaban cerca de los límites permitidos. Tras el éxito en sobrevolar China se adentraron en el océano Pacífico, en lo que resultó ser la parte más monótona de la travesía. Cuando se inició la travesía del océano Atlántico, sobre el golfo de México, sucedió el único error grave, que finalmente no tuvo mayores consecuencias. Una vez atravesaron los nueve grados veintisiete minutos de longitud oeste, sobre Mauritania, la hazaña ya había sido completada. A las 07:03 horas aterrizó el globo sobre el desierto occidental de Egipto. En diecinueve días, veintiuna horas y cincuenta y cinco minutos, con la travesía de 30 países, recorrieron 46.759 kilómetros, cuando la circunferencia de la Tierra por el ecuador es de 40.000 kilómetros. El viaje, además, se realizó mayoritariamente por encima de los 15.000 metros de altura, con una temperatura media de -54ºC.

Una vez finalizó el viaje, ambos tripulantes relataron éste en un libro en el que se hizo hincapié en la motivación personal y el espíritu de aventura, así como en la importancia de la comunicación, el trabajo en equipo y el dominio del estrés y las emociones negativas. Además, se embolsaron el premio que ofreció un compañía cervecera estadounidense a quienes realizaran tal aventura. Con este dinero, el del libro y el que procedía de otras fuentes, fundaron una asociación, la Winds of Hope, cuyo objetivo era la lucha contra enfermedades mal conocidas y que efectuaban principalmente a la población infantil de los países en vías de desarrollo. La fundación llevó a cabo su primera misión humanitaria junto con la Organización Mundial de la Salud, que consistió en la lucha contra la noma, enfermedad que desfigura la cara de los niños.

En junio de 2009, el piloto anunció que intentaría dar otra vuelta completa alrededor del mundo, esta vez a bordo del Solar Impulse, avión que no utiliza combustible, ya que está impulsado únicamente por energía solar.

Bibliografía

  • Brian JONES y Bertran PICCARD, La vuelta al mundo en 20 días. Barcelona, Península, 2000.

MFD

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  • 0106 MFD