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HistoriaPolíticaBiografía

Medina, José María (¿-1878).

Político y militar hondureño, nacido en fecha desconocida y fallecido en 1878. Ejerció la presidencia de la República de Honduras entre 1864 y 1872 y, tras perpetrar un golpe de Estado, de nuevo en 1876.

Vida

La carrera política de Medina estuvo determinada por su pertenencia a las fuerzas armadas, en las que alcanzó el rango de general. En efecto, el ejército protagonizó en gran medida las luchas por el poder que, durante la segunda mitad del siglo XIX, generaron doce guerras civiles entre liberales y conservadores en el país centroamericano. Medina se asoció con el partido conservador, del que se convirtió en uno de los principales caudillos militares. En 1863 fue elegido presidente constitucional de la República, tomando posesión del cargo a comienzos del año siguiente.

Su primer mandato (1864-1872) se inscribió dentro del período de dominación conservadora inaugurado en 1841 por el primer presidente de la Honduras independiente, Francisco Ferrera. Medina continuó la política de los gabinetes conservadores que le precedieron, favoreciendo los intereses financieros de la gran oligarquía (mientras el país atravesaba una terrible crisis económica) y de la Iglesia Católica. Una de sus primeras medidas fue la promulgación de una nueva Constitución en 1865, que reforzó en gran medida el poder del ejecutivo y dio a Honduras el carácter de República presidencialista. Al año siguiente, instituyó la bandera oficial de la nación. A fin de promover el desarrollo agrícola del país, Medina fundó la primera escuela de agronomía y decretó medidas para favorecer la producción de tabaco y añil. Asimismo, intentó promover, con escasos resultados, la construcción de una línea de ferrocarril interoceánico, mediante la cooperación con los países vecinos.

Al finalizar su primer mandato, Medina fue reelegido en 1868. Durante los siguientes cuatro años ejerció el poder de manera dictatorial, conservando apenas la apariencia de legalidad constitucional. Al mismo tiempo, el liberalismo avanzaba en Honduras de la mano de los gobiernos de Guatemala y El Salvador, inspirados por el influyente presidente guatemalteco, Justo Rufino Barrios, quien soñaba con la restauración de la unidad centroamericana, a la que se oponían los conservadores nacionalistas hondureños. En 1872, poco antes de que finalizara su segundo mandato, una intervención militar de los ejércitos de Guatemala y El Salvador en favor del dirigente liberal hondureño Céleo Arias, derrocó al gobierno de Medina. El nuevo presidente ordenó el encarcelamiento del general, del que temía un nuevo golpe de Estado.

Tras la caída del gobierno liberal en 1873 y la ascensión al poder del general conservador Ponciano Leiva (1874), Medina fue puesto en libertad. Sin embargo, de inmediato volvió a conspirar contra el gobierno, pese a que éste estaba controlado por una facción militar y conservadora. Aunque sus partidarios fueron ferozmente perseguidos, Medina consiguió organizar un nuevo pronunciamiento militar, que acabó con la presidencia de Leiva en 1876. Asumió entonces la presidencia de la República, en un intento por restaurar su gobierno autoritario. Sin embargo, la necesidad que sentía el país de acabar con la cruenta guerra civil, le obligó a ceder el poder a un candidato que pudiera garantizar la paz. Así pues, en agosto de 1876 Medina fue sustituido en la presidencia por el liberal Marco Aurelio Soto, quien inició un programa de modernización conocido en la historia hondureña como "La Reforma". En 1878, Medina fue fusilado por orden de Soto, quien le acusó, con sobradas pruebas, de conspirar contra el gobierno constitucional.

Autor

  • Victoria Horrillo Ledesma