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EsculturaPinturaBiografía

Lüpertz, Markus (1941-VVVV).

Escultor y pintor alemán, de origen checoslovaco, nacido en Liberec (Reichenber, antigua Bohemia, actualmente República Checa) el 25 de abril de 1941. Perteneciente al grupo de neoexpresionistas alemanes integrados en la corriente artística de la Transvanguardia, la obra escultórica y pictórica de Lüpertz es, junto a la de Georg Baselitz, la más representativa del grupo.

Con siete años abandonó su país natal tras el triunfo de la revolución comunista. Su familia se trasladó a la localidad alemana de Rheydt (Renania) donde inició sus estudios. Pronto abandonó el bachillerato para dedicarse a trabajar. Su labor en un estudio de diseño gráfico y sus trabajos de ilustración para una bodega fueron sus primeras relaciones con el mundo del dibujo. Comenzó sus estudios de arte en la Escuela de Artes Industriales de Krefeld, donde fue alumno de Laurens Goosens. Sus estudios de arte finalizaron tras su paso por el monasterio benedictino de María Laach en 1961. A partir de este año decidió dedicarse íntegramente a la pintura, y por ello se trasladó a Berlín.

Sus primeros trabajos datan de 1962 y no se conservan. Se trataba de una serie de lienzos que, utilizando como motivo la figura de Mickey-Mouse, criticaba la postura de los artistas pop norteamericanos, que entonces dominaban el panorama artístico internacional. El artista continuó en esta línea de composición durante 1963, año en el que presentó una serie similar sobre el Pato Donald. En ambas series, Lüpertz manifiesta de algún modo su malestar por el traslado de la capitalidad artística del viejo continente a los Estados Unidos tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, capitalidad que se puso de manifiesto con el triunfo de los movimientos artísticos que dominaron durante la década de los cincuenta y sesenta, el expresionismo abstracto y el pop-art.

En 1964 Lüpertz fundó, junto a K.H. Hoedicke, Bernd Koberling y Lambert Maria Winstersberg la galería Grobgörschen 35 en la capital alemana, con la intención de dar a conocer la obra de los jóvenes pintores alemanes. La exposición inicial se debió al propio Lüpertz, que exhibió cuadros de su serie conocida como "Pintura Ditirámbica" ('Dithyrambische Malerei'). Como el mismo explicó en su ensayo "Arte que está en el camino. Pintura ditirámbica" de 1968, su pintura adquiere el sentido de un ditirambo en el que el artista despliega su particular universo de imágenes. La serie de "Pintura Ditirámbica" fue exhibida en 1968 en la galería Springer de Berlín y 1969 en el taller del fotógrafo Benjamin Katz. Ese año estableció su taller en Colonia y se puso en contacto con el galerista Michael Werner de Berlín, con el que trabajó desde entonces. Para éste expuso en su galería en 1969 el friso mural Muro occidental-ditirámbico, irónica reflexión sobre el muro que separó la capital alemana durante la Guerra Fría. Al año siguiente fue becado un año en Florencia al recibir el Premio Villa Romana. Tras su estancia en Italia, que el artista aprovechó para ahondar en su conocimiento de la tradición pictórica clásica europea, comenzó la serie conocida como Negro-Rojo-Oro. Esta serie inicial desembocó en su llamada pintura de "Motivos Alemanes" ('Deutsche Motive'), uno de sus ciclos de pinturas más popular. En ella, Lüpertz sigue utilizando la escala monumental que caracteriza a su obra, pero utiliza como tema distintos iconos que hacen referencia a la identidad alemana del período nacionalsocialista. El casco, la gorra militar, la esvástica, figuras con fuerte contenido emocional para la sociedad alemana del momento, son representados en formatos de gran tamaño.

Una vez más Lüpertz reflexionó sobre el inconsciente colectivo de la sociedad alemana y lo hizo utilizando formatos grandes, una reducida gama cromática (marrón, ocre y verde) y un sentido compositivo que compaginaba la representación figurativa con el tratamiento del espacio propio del expresionismo abstracto. En 1971 su obra recibió su primer reconocimiento público: le fue concedido el Premio de la Sociedad de Críticos Alemanes. Dos años más tarde expuso por primera vez su serie Motivos Alemanes, que fue presentada en la Staatlichen Kunsthalle de Baden-Baden. También en 1973 representó a la República Federal de Alemania en la Bienal de París de ese año, donde presentó cuatro lienzos titulados Casco ditirámbico I-IV.

Comenzó a dar clases como profesor invitado de pintura en la Academia Estatal de Bellas Artes de Karlsruhe en 1974, de la que fue catedrático desde 1976 hasta 1988, año en el que fue nombrado rector, cargo que ocupa en la actualidad. En 1977 comenzó su serie "Pintura de estilo" ('Stil-Malerei') en la que, a diferencia de series anteriores, el dibujo es más suelto y su repertorio iconográfico más variado. En 1979 la Whitechapel Art Gallery de Londres celebró la muestra Markus Lüpertz: Pintura de estilo, en la que se pudieron contemplar obras pocas conocidas de Lüpertz en técnicas menores como el guache o el lápiz.

La década de los años ochenta comenzó con un renovado interés por la escultura por parte del artista. En 1980 inició un ciclo de pinturas inspiradas en la obra de Lewis Carroll Alicia en el país de las maravillas, que al año siguiente trasladó al bronce. Estas primeras esculturas de Lüpertz ya muestran las que serán sus señas de identidad en el futuro: tratamiento brusco del material y el uso de pintura de color sobre el bronce. Antes de esta serie, el escultor había experimentado con yeso, material con el que realizó una serie de figuras que denotan la influencia de Picasso en piezas como Paisaje, Cabeza o Mano. En 1982 participó en la Dokumenta de Kassel, certamen del que cinco años antes había retirado su obra junto con Baselitz por la exclusión de la obra de A. R. Penk.

En la exposición "Zeitgeist", celebrada ese año en Berlín, presentó una de sus principales esculturas, Pierna de apoyo-pierna desapoyada en la que, con un estilo de representación pretendidamente tosco, el artista presenta la pieza de bronce y coloreada como si en vez de salir del horno fuese tallada en la cantera. Su estilo es muy similar al de otros artistas alemanes de su generación, como Georg Baselitz, lo que facilitó que por parte de la crítica se comenzase a denominar a una serie de jóvenes pintores y escultores como los "neoexpresionistas alemanes". Entre ellos se encuentran, además de los citados, Artur R. Penk, Anselm Kiefer, Jörg Immendorff y el danés Per Kirkeby. A partir de 1983, el interés por la escultura creció en el artista alemán, que realizó ese año su conocida obra Ciudadanos de Florencia. Tanto esta pieza como la citada anteriormente son testimonio de la profunda influencia que el arte de la Antigüedad Clásica y, en general, la Historia del Arte Occidental ejerció en la escultura de Lüpertz y que se repitió de forma constante durante las décadas de los ochenta y noventa, en las que ejecutó sus piezas monumentales más conocidas. De 1986 es su obra Titan, con la que el escultor vuelve a sus reflexiones sobre la antigüedad clásica con su sobrio tratamiento neoexpresionista. Tanto su postura como su escala recuerdan obras clásicas de la estatuaria griega, en este caso al Zeus del cabo Sunion (Museo Nacional, Atenas). El año siguiente presentó su escultura San Sebastián, otra pieza sobre un tema clásico en la historia del arte europeo y que Lüpertz representa con una iconografía muy personal. Frente a las representaciones clásicas del santo desnudo, ofreciendo su cuerpo a las saetas, el de Lüpertz se cubre el rostro como pretendiendo eludir el dolor del martirio. En 1988, a la vez que fue nombrado Rector de la Academia de Artes de Düseldorf, participó en la Bienal de Venecia donde presentó sus esculturas Ganímedes y su Pastor. La primera representa al príncipe troyano raptado por Zeus (al que el artista representa como un pollo muerto en lugar del águila tradicional). Su Pastor es una figura que bebe de la iconografía del arte griego de época preclásica y de la paleocristiana; se sitúa dentro de la tradición de figuras occidentales, como "el buen pastor" cristiano o "el moscoforo" griego. Formalmente, la interpretación de Lüpertz se acerca más a la presentada por Picasso en su obra de 1943 Hombre con cordero.

En 1989 empezó la realización de quince vidrieras para el coro gótico de la catedral de Nevers en Francia. Ese año presentó su escultura Apolo, visión monumental de la figura del dios griego, en la sala central de la antigua Ópera de Frankfurt. En la década de los noventa Lüpertz comenzó a trabajar con otros materiales; su serie Danza de la muerte consta de cinco piezas, Juventud, Vejez, Guerra, Paz y Naturaleza muerta, realizadas en terracota. En 1993 presentó en el Kuntsmuseum de Bonn una serie de lienzos que, bajo el título de Parsifal. Hombres sin mujeres, representan la figura del caballero de la tabla redonda enfrentada a una serie de rostros femeninos. También realizó otra de sus esculturas monumentales más conocidas: El guerrero. En ella, el artista rinde de nuevo tributo a la Antigüedad clásica presentando la figura del rey troyano Laomedonte en el momento de ser abatido por Hércules. La representación de la figura está fragmentada en tres piezas, recordando de esta manera los restos de los frisos del Partenón.

A lo largo de la década de los noventa, la obra de Lüpertz ha seguido utilizando como motivo la obra de otros artistas de la Historia del Arte, como son las series sobre Corot, Poussin o Durero. Su serie de pinturas Vanitas presentada en 1999 en la Zeche Zollverein de Essen es una reflexión sobre la obra de éste último.

En 2001, una de sus monumentales esculturas, la titulada Filósofa, fue instalada en la residencia oficial del canciller alemán y su obra Las tres Gracias, realizada en aluminio y de 5 m de alto, en la fachada del edificio propiedad del coleccionista Hans Grothe en Berlín.

En marzo de 2004 recibió el premio Julio González, concedido por la Generalitat valenciana.

En la actualidad el artista vive y trabaja en Düsseldorf.

Bibliografía

  • VV.AA. El arte del siglo XX. Madrid, Editorial Debate, 1999.

  • CAÑAMÁS, M. Markus Lüpertz. La memoria y la forma. Valencia, Instituto Valenciano de Arte Moderno, 2002.

  • COLORADO CASTELLARY, A. (Editor). Arte del siglo XX. Madrid, Editorial Complutense, 2001. GUASCH, A. M. El arte último del siglo XX. Madrid, Alianza Editorial, 2000.

  • -------------------: El arte del siglo XX en sus exposiciones. 1945-1995. Barcelona, Ediciones del Serbal, 1997.

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