Gómez de Ciudad Real, Fernando.
Personaje apócrifo a quien se otorga cuna castellana, cuya profesión habría sido la de médico y que habría sobresalido por sus inquietudes literarias; habría nacido en 1408 y fallecido en 1457. De acuerdo con la única fuente en que se da a conocer su figura y obra, supuestamente autobiográfica, habría ejercido su profesión con Juan II de Castilla, en cuya corte habría recibido continuos favores hasta la muerte del monarca; con el rey y su círculo de intelectuales, habría constituido un grupo de literatos del que también habrían formado parte escritores como el Marqués de Santillana o Juan de Mena.
En realidad, se trata de un personaje que sólo existió en el ingenio de un erudito de época posterior, acaso del siglo XVII y, en todo caso, del siglo XVIII (entre otros autores posibles, se han barajado los nombres de Gil González Dávila o Juan de Vera Zúñiga). En algún momento de esta última centuria, vio la luz la obra apócrifa titulada Centón epistolario del bachiller Fernando Gómez, médico del muy poderoso y sublime rey Juan II, cuya tipografía gótica y contenidos han despistado a historiadores (que lo han seguido como fuente auténtica), filólogos (que lo han incorporado al Catálogo de Autoridades de la Lengua) y especialistas en el libro antiguo (cuyos despistes pueden resumirse en el ejemplo que sigue).
Hasta tal punto llega el desconcierto originado por esta patraña erudita que no faltan los catálogos de incunables que incorporan el Centón epistolario, aun cuando se trata tan sólo de un pseudo-incunable con seguridad absoluta.
