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HistoriaBiografía

Borso di Carminati, Cayetano (1797-1841).

Militar español, de padres genoveses, nacido en Málaga el 6 de junio de 1797 y muerto en Zaragoza el 11 de octubre de 1841.

Hijo de Giovanni Borso y María Benedetta Carminati, naturales de Génova, los cuales se habían avecindado en Málaga. Ingresó de cadete en la Guardia del Corpo, en 1815, pasando a subteniente de la brigada Saluzzo en 1818. Tomó parte en Génova en el movimiento constitucional de 1821, y fue ascendido a teniente por la Junta revolucionaria, tras lo cual pasó a Novara con el ejército rebelde.

Tras el fracaso del movimiento, fue condenado a veinte años de galeras, aunque emigró a España en 1822, y aún tuvo tiempo de luchar contra los franceses en la guerra de 1823. Después pasó a Inglaterra, y en 1830 a Francia, tomando parte en la revolución de Julio. En 1831 pasó a Portugal, y allí organizó el regimiento conocido luego con el nombre de Cazadores de Oporto. Luchó en la guerra civil portuguesa, con tal eficacia que, según se dice, el mismo Don Pedro le impuso una importante condecoración.

En 1836 pasó a España con su regimiento, pero ya en abril de 1837, en Esposición dirigida a S.M. (Castellón; Imprenta de D. Pedro Gutiérrez de Otero, 1837), se quejaba amargamente de no ser atendido como debiera, tanto él como sus soldados: no se cumplió con ellos el contrato que les había traído a España, etc. Es cierto que, empleando este tono, trató de minimizar una acción de indisciplina de sus soldados, ocurrida en febrero 1837, pero lo cierto es que este escrito evidencia la incompatibilidad de caracteres entre algunos jefes españoles y el propio Borso. Parece que se había lanzado la especie de que entre los Cazadores de Oporto iban miguelistas. Borso lo niega tajantemente. Aunque nacido en Málaga, en esta Exposición se considera siempre extranjero, defensor al mismo tiempo del patriotismo español, aunque declara ser Italia su patria.

Respondiendo, el 21 de mayo de 1837, a una consulta del general Oraa, sobre las propuestas de Ramón Cabrera y José Miralles, alias el Serrador, que querían regularizar la guerra, evitando las crueldades inútiles, y proceder a un canje de prisioneros, Borso fue de la opinión de que se considere a la facción de Aragón y Cataluña una parte del ejército carlista, y no una mera gavilla de malhechores. Las mismas razones que llevaron al Tratado Elliot aconsejaban introducirlo en Aragón: "la transacción -dice- favorecerá más a los liberales que a los carlistas, entre otras razones porque permitirá a los oficiales hacer la guerra de verdad, evitando la timidez actual. Esto parece muy sensato, pero acaso no gustó por igual a todos los liberales". Sea como sea, en el mismo año 1837 fue promovido a mariscal de campo del ejército español por la acción de Chiva, librada el 15 julio de 1837, y se casó con Rafaela María Anzano y Parreño, hija de un capitán de infantería, aunque en su fuero interno las cosas no le iban tan bien. La lucha de los partidos le obsesiona, y aunque en su Exposición dice haber venido a España a luchar contra el carlismo, y no a favor de ninguna fracción del partido liberal, lo cierto es que inevitablemente mostrará sus preferencias. El 11 de agosto de 1837 se pronunció en Tortosa a favor de la Constitución, recién aprobada en 1837. Al frente de sus tropas, Borso se mantuvo al margen, sin más preocupación que la de contribuir al restablecimiento del orden.

El 27 septiembre 1838 se quejaba, desde Valencia, de que llevaba siete años seguidos de campaña, entre Portugal y España, y de que una herida recibida en la cabeza le había privado de la vista en el ojo derecho. Pidió ser trasladado a Palma de Mallorca, y más tarde a Madrid, a curar su vista, pero se le envió a Valladolid, de enero a junio de 1839, y en esta última fecha fue destinado al ejército de Cataluña. Esperaba ser ascendido a teniente general, pues le había propuesto Jerónimo Valdés, general en jefe de Cataluña, por las acciones del pueblo y alturas de Peracamps (14 y 16 noviembre 1839), pero todo lo que consiguió fue una mención honorífica; e incluso existían síntomas de desconfianza hacia él: en marzo de 1839 el general Antonio Van Halen le relegó del mando de una división en Cataluña, y fue mandado a Alicante. No obstante, el 29 noviembre 1839 fue destinado a Madrid.

En julio de 1841 se consideró acreedor a alguna gracia, que al parecer no recibió. En septiembre del mismo año, habiendo fallecido Don Francisco Casimiro Barrenechea, tío carnal de su esposa, solicitó permiso para trasladarse a Zaragoza, el cual se le concedió por dos meses. Aunque la muerte de Barrenechea es verdadera, se sospecha que este viaje a Zaragoza pudo tener relación con la conspiración antiesparterista (véase Baldomero Espartero). En efecto, el 4 octubre 1841 se subleva en Zaragoza el segundo regimiento de la Guardia Real, con intención de dirigirse a la ciudadela de Pamplona, en donde se hallaba O'Donnell. Borso llegó al cuartel de la Guardia la noche del 4 al 5, y se puso a su cabeza, marchando hacia Pedrola. Fue hecho prisionero por la Milicia Nacional a una hora de Gallur, el día 8, y llevado a Borja y después a Zaragoza, donde fue fusilado el 11, a las 3 de la tarde, en virtud de una sentencia del Consejo de Guerra constituido por orden de Joaquín Ayerbe. La víspera, los alcaldes constitucionales de Zaragoza hablaban de la "impaciencia y ansiedad que ha causado en los ánimos el retardo del castigo". Lamentable fue el asunto, que puede hacer meditar sobre la relatividad del concepto de tiempo; pero su destino ha llevado a Borso a lo más dramático de la sempiterna guerra civil española en el siglo XIX: no solamente hizo la guerra, como dicen sus biografías, sino que "fue él también la guerra civil, y si en 1831 fue mazziniano las rencillas españolas le ganaron y le condujeron a la muerte".

Bibliografía

  • Archivo General de Segovia.

Autor

  • Gil Novales.