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LiteraturaBiografía

Arderiu i Voltes, Clementina (1889-1976).

Poetisa española nacida en Barcelona el 6 de julio de 1889 y fallecida en su ciudad natal el 17 de febrero de 1976. Casada con el gran poeta catalán Carles Riba, cultivó una lírica sencilla y diáfana, caracterizada por su delicada musicalidad y su interés por la representación de la vida cotidiana, y muy alejada del clasicismo estético propugnado por su esposo.

Nacida en el seno de una familia de artesanos barceloneses dedicada a la orfebrería (oficio que llegó a dominar en su juventud la futura escritora), recibió una esmerada formación académica que le permitió desarrollar su innata vocación literaria, manifiesta en ella desde muy temprana edad a través de una precoz afición a la lectura. Esta precocidad quedó patente también en su prematura inclinación al cultivo de la poesía, actividad que compaginó con sus estudios de francés en la Alianza Francesa y de música en la Escuela de Música del Ayuntamiento de Barcelona. Así las cosas, en 1912 -es decir, cuando sólo contaba veintiún años de edad- fue galardonada con la Flor Natural y el Diploma de Honor otorgados en los Juegos Florales convocados por la barcelonesa Agrupació Excursionista Déu i Pàtria, donde conoció al citado Carles Riba, con el que entabló una relación amorosa que culminaría en un enlace matrimonial celebrado el día 6 de mayo de 1916.

Aquel mismo año de su boda dio a la imprenta su primera colección de poemas, publicada bajo el título de Cançons i elegies, al que después siguieron otros poemarios tan destacados como L'alta Llibertat (1920) y Cant i paraules (1936). Muy influida por sus lecturas de juventud -y, muy señaladamente, por la obra del poeta barcelonés Josep Carner, máximo exponente del denominado noucentisme catalán-, esta producción primeriza de Clementina Arderiu deja entrever también la huella de otros escritores e intelectuales contemporáneos que la poetisa conoció a raíz de su matrimonio y de los frecuentes y fecundos viajes que realizó al extranjero en compañía de su célebre esposo. Ambos recorrieron Italia en 1920, para desplazarse dos años después a Múnich y pasar, en 1923, a instalarse durante un tiempo en París, con motivo de la destitución de Carles Ribas -por orden de la autoridad nombrada por el dictador Primo de Rivera- del cargo que ocupaba en la Escuela de Bibliotecarios. Pero a pesar de estos contactos e influencias, la voz poética de Clementina Arderiu se mantuvo en todo momento fiel a unos postulados estéticos en los que primaba la preocupación por las vivencias de la gente sencilla y, muy especialmente, de las mujeres con las que compartía unas mismas formas de vida. Sin abrazar, por ello, un compromiso ideológico que pudiera tildarse de feminista, la poetisa barcelonesa supo conciliar en su experiencia y en su obra el discreto papel conformista que la sociedad de la época deparaba a las mujeres (y aún más a las que, como ella, compartían su vida con relevantes figuras masculinas), con un hondo anhelo de independencia intelectual que, en su afán por preservar su propia personalidad, reflejaba -en palabras de su nieto, el músico de la nova canço Pau Riba- la "añoranza profunda de una libertad imposible".

En esta línea de honda interiorización de las vivencias cotidianas de la gente que la rodeaba, Clementina Arderiu presentó en 1938 una nueva entrega poética al premio Joaquim Folguera, titulada Sempre i ara, obra que se alzó con la victoria en dicho certamen, aunque con motivo del estallido de la Guerra Civil no fue impresa hasta 1946 (apareció ilustrada con litografías de Olga Sajaroff y con pie de imprenta falso, para eludir el riguroso celo de la censura franquista). Precisamente el conflicto bélico se convirtió en material poético de una de las secciones de este poemario, titulada "Sentiment de guerra", en la que la autora barcelonesa dejó estampadas las dolorosas impresiones que le causó la contienda fratricida. Durante la lucha armada, su marido había sido nombrado comisario de la Fundación Bernat Metge, por lo que la poetisa hubo de permanecer refugiada en soledad en el domicilio familiar de Sarrià, donde escribió las composiciones que luego vieron la luz en dicha sección de Sempre i ara, traspasadas por un hondo sentimiento de pesar en el que se aúnan el dolor general por los horrores de la guerra y el lamento personal de la autora.

Al término del conflicto armado, Clemetina Arderiu i Voltes se vio obligada a emprender, como tantos otros artistas e intelectuales contrarios al nuevo régimen franquista, el rumbo del exilio, que la condujo a territorio francés, donde mantuvo el contacto con la cultura catalana de la época merced a sus colaboraciones publicadas en La Revista de Catalunya. En 1943 regresó a la Península Ibérica y volvió a afincarse en su Barcelona natal, donde se ocupó de la edición clandestina de Sempre i ara (1946) y continuó escribiendo nuevos poemas que, junto a los ya recogidos en sus cancioneros anteriores, vieron la luz a comienzos de los años cincuenta, en la edición de sus Poesies completes (1952). Esta interesante muestra recopilatoria de su quehacer lírico apareció prologada por el gran poeta gerundense Salvador Espriú, quien hallaba en los versos de Clementina Arderiu "la austeridad de Ausiàs March", "la sonrisa de Carner" y "el acento exótico de Rabindranath Tagore".

Inmersa en una fecunda producción de madurez, al cabo de ocho años se alzó con el Premio Ossa Menor merced a un nuevo poemario titulado És a dir, publicado en 1959 y galardonado también, al año siguiente, con la Lletra d'Or. El reconocimiento poético debido a su obra traspasó las fronteras españolas en 1962, cuando Clementina Arderiu fue distinguida con un accésit a la Englantina de Oro en los Juegos Florales convocados aquel año en Santiago de Chile. Sus poemas posteriores salieron a la luz a finales de aquella década de los años sesenta, impresos en el volumen titulado L'esperança encara (1968), último poemario publicado en vida por la escritora barcelonesa. Su postrera voluntad literaria fue ofrecer una nueva recopilación de su producción lírica, publicada bajo el título de Obres Completes (1973).

En su constante presencia en los foros culturales de su Cataluña natal, Clementina Arderiu se distinguió también por sus frecuentes colaboraciones aparecidas en algunos de los medios literarios más relevantes de la región, como las revistas Cenacle (de Manresa) y Ofrena, D'ací d'allà, La Consola y La Mainada (de Barcelona). También divulgó algunos de sus artículos y poemas en la publicación literaria barcelonesa La Revista, dirigida por el poeta noucentista Josep Maria López-Picó.

Bibliografía

  • GUARDIOLA, Carles-Jordi: Carles & Clementina, Barcelona: La Magrana, 1993.

  • TAVERA GARCÍA, Sussana:. "Arderiu i Voltes, Clementina", en MARTÍNEZ, Cándida-PASTOR, Reyna-PASCUA, Mª José de la-TAVERA, Susana (directoras): Mujeres en la Historia de España, Madrid: Planeta, 2000, pp. 401-403.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.