Villavicencio y de la Serna, Juan María de (1756-1830).
Marino y político español, nacido en Medinasidonia (Cádiz) en 1756 y muerto en Madrid el 25 de abril de 1830.
Vida
Vástago de distinguida familia, sentó plaza de guardiamarina el 1 de junio de 1769. Tras varios destinos llegó a distinguirse, ya como teniente de fragata, en el Apostadero de la Habana, en donde tuvo a su cargo los guardacostas del sur de la Isla e hizo numerosas presas de buques contrabandistas. Intervino contra los ingleses en la escuadra de José Solano, y al final de la guerra, en 1783, se incorporó al departamento de Cádiz, de donde pasó a Constantinopla para regresar en septiembre de 1788. Al año siguiente se le trasladó a Cartagena como capitán de navío al mando del Conquistador, con el que actuó en la guerra contra la república francesa, lo que le valió el ascenso a brigadier y a jefe de escuadra, sucesivamente, una vez terminada aquella. En 1797 tomó el mando de una división a las órdenes de José de Mazarredo, tras lo cual fue ascendido en 1802 a teniente general.
En mayo de 1805 se encontraba en La Habana cuando fue nombrado comandante general del Apostadero y, a principios de 1809, inspector general de los batallones de artillería de marina. Casado con María Antonia Bouligni. Meses después marchó a Cádiz, pues la Junta Central le había conferido el mando de la escuadra del Océano, de la que tomó posesión el 1 marzo 1810, y después el gobierno político y militar de Cádiz, nombramiento que se hizo violando el reglamento de provisión de gobiernos de Cádiz, y que se justificó diciendo que era para asegurar la unidad del mando.
En 1812 lo encontramos como miembro de la Regencia, cargo que ocupó durante algo más de un año. A él se le atribuye la persecución de que fue objeto Narciso Rubio. Es uno de los firmantes de la Representación de los individuos que compusieron la Regencia Constitucional (Madrid, 1814). Nombrado gobernador de Cádiz en virtud de los decretos del 4 de mayo, en un bando de 18 de mayo de 1814 prohibe las expresiones de "Serviles" y "Liberales", porque todos somos españoles fieles a nuestro soberano; en el mismo bando celebra el golpe de estado, la desaparición de la "ruda e indigesta Constitución" y, sobre todo, la libertad de imprenta.
En un bando de 8 julio 1814 prohibe las especulaciones sobre la conducta de las potencias respecto a España, la supuesta pretensión de Carlos IV de volver a España y jurar la Constitución, la presión que se dice algunos países estarían ejerciendo sobre Fernando VII en el mismo sentido, etc., porque todo ello obedece a designios de los malos españoles. Poco después anuncia mano dura: El Capitán General de la Provincia de Cádiz, que según las órdenes y paternales intenciones del "mejor de los Reyes", ha tratado como Padre a los habitantes de ella, persuadido ya de que es necesario el castigo, va a hacer ejemplares en nombre de Fernando VII, Rey de España y de las Indias, jurado por la Nación y reconocido como tal por todas las Potencias de Europa, sobre un Trono que todo el poder del Tirano de ella no pudo quitarle, y en el que lo han colocado sus leales vasallos y valientes soldados, Cádiz 28 agosto 1814, lo que lleva a la práctica en la Orden de la plaza del 30 de agosto, por la que se crean las comisiones militares (texto publicado en el Mercurio Gaditano del mismo día).
El 26 noviembre 1815 recibió la gran cruz de Isabel la Católica, y el mismo año la de San Hermenegildo, y la de San Fernando en 1816. Fue también miembro de la Asamblea suprema de esta última. El 16 junio 1817 fue promovido a capitán general de Marina y director general de la Armada, en cuyo puesto se mantuvo hasta que se suprimieron parte de sus atribuciones, con la creación de la Junta del Almirantazgo. Con la revolución de 1820, tuvo muy mala fama entre los liberales y, en efecto, en septiembre de 1823 se trasladó al Puerto de Santa María, donde estaba el cuartel general de Angulema, siendo uno de los primeros que ofrecieron sus servicios a Fernando VII. Repuesto en la dirección de la Armada, se mantuvo en el cargo hasta su muerte. En 1829 se le concedió la Gran Cruz de Carlos III.
Bibliografía
-
Diario el Mercurio de Cádiz (3 marzo 1810).
-
PÁEZ RÍOS, Elena. Iconografía hispana. [5 vols.], (Madrid: 1966).
-
PAVÍA, Francisco de Paula. Galería biográfica de los Generales de la Marina, Jefes y personajes notables que figuraron en la misma corporación desde 1700 a 1868 (Madrid: 1873).
-
PEZUELA, Jacobo de la. Diccionario geográfico, estadístico, histórico de la isla de Cuba (Madrid: 1863).
-
Redactor General de España (nº 62 y 133, 1811, y nº 515, 10 noviembre 1812).
-
RIAÑO, Camilo. El Teniente General Don Antonio Nariño (Bogotá: 1973).
A. Gil Novales
