Koplowitz Romero de Joseu, Esther María (1950-VVVV).
Empresaria española nacida en Madrid el 10 de agosto de 1950. Marquesa de Casa Peñalver y de Cárdenas de Monte Hermoso, ocupa la vicepresidencia ejecutiva de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) y es la mayor accionista individual de esta compañía constructora, líder en el mercado nacional y una de las más relevantes a nivel europeo.
Junto a su hermana Alicia, heredó un sólido negocio empresarial de su padre, Ernesto Koplowitz, un polaco judío originario de la Alta Silesia que logró escapar del terror nazi, se instaló en España a principio de la década de los años cuarenta y en 1946 contrajo matrimonio con Esther Romero de Joseu, una rica heredera cubana hija de los marqueses de Cárdenas de Monte Hermoso. Ambos murieron de forma repentina en la década de los sesenta, él en 1962 como consecuencia de una caída cuando montaba a caballo y ella en 1968 víctima de un cáncer, y fue Ramón Areces, propietario de El Corte Inglés y amigo de la familia, el encargado de gestionar Construcciones y Contratas (Conycon-Cycsa), un próspero negocio que había conocido una rápida expansión en el sector.
Finalizada su formación secundaria en el Liceo francés de Madrid, en diciembre de 1968 las hermanas Koplowitz se convirtieron en consejeras de Cycsa. En octubre de 1969, Esther contrajo matrimonio con Alberto Alcocer, nieto del que fuera alcalde de Madrid, y Alicia se casó seis meses más tarde con Alberto Cortina, primo de su reciente cuñado e hijo del último ministro de Exteriores de la época franquista. "Los Albertos", sobrenombre con el comenzaron a ser conocidos en el ámbito financiero, ingresaron entonces en Cycsa y en 1970 reemplazaron a sus esposas en el Consejo de Administración de la compañía. Dos años después, aún con Ramón Areces como presidente, Alcocer y Cortina asumieron también la responsabilidad ejecutiva del negocio que, bajo su gestión, conoció un acelerado crecimiento merced a las iniciativas de diversificación y a la constitución de alianzas empresariales. A finales de 1987 la disparidad de criterios entre Areces y los Albertos era manifiesta y el equipo del fundador de El Corte Inglés abandonó definitivamente la constructora.
Las hermanas Koplowitz, que habían iniciado casi a la vez sus respectivos compromisos matrimoniales, también coincidieron en el tiempo a la hora de romper sus matrimonios. La ruptura de Esther y Alberto Alcocer se hizo efectiva en marzo de 1990, un mes después de que su hermana Alicia presentara la demanda de separación de Alberto Cortina. Ambas recuperaron entonces el control de la gestión de la compañía y establecieron un acuerdo de alternancia anual en el reparto de las funciones. En febrero de 1991, Esther asumió la presidencia de Cycsa y Alicia la vicepresidencia.
Cycsa y Focsa, el otro negocio constructor del grupo, acuerdan fusionarse en marzo de 1992 y la sociedad resultante, FCC (Fomento de Construcciones y Contratas) se convierte en la primera compañía del sector en España. Guillermo Visedo es elegido presidente del nuevo imperio empresarial y las hermanas Koplowitz, vicepresidentas.
En junio de 1998, Esther se convirtió en la accionista mayoritaria del grupo FCC después de pagar a su hermana Alicia algo más de 136.000 millones de pesetas por su parte en la compañía, para entonces un consorcio empresarial con divisiones de construcción, inmobiliaria, agua y entorno urbano, medio ambiente y otros sectores. Meses después del acuerdo filial, Esther vendió la mitad de sus acciones al grupo francés Vivendi y en 1999, merced a los pactos alcanzados con el nuevo socio, abandonó la vicepresidencia del Consejo aunque mantuvo sus cargos como vocal y vicepresidenta ejecutiva. A finales de ese mismo año, Marcelino Oreja sustituyó a Visedo en la presidencia del grupo. La salida de Vivendi del accionariado del grupo en el verano de 2004, obligó a Koplowitz a reordenar la sociedad y dar entrada a nuevos socios. En enero de 2005, Oreja abandonó la presidencia.
Dueña de una de las mayores fortunas de España y de una extraordinaria colección de arte, en agosto de 2001 su domicilio familiar en Madrid fue asaltado y desaparecieron diecinueve lienzos y una decena de piezas arqueológicas de incalculable valor. La tasación de las obras robadas, entre las que se encontraban telas de Goya, Sorolla, Gris, Pissarro, Gutiérrez Solana y Foujita, se estimó en una cifra superior a los 2.500 millones de pesetas. Un año después del suceso, la policía recuperó parte de las obras.
