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DerechoEconomíaBiografía

Cortina de Alcocer, Alberto (1947-VVVV).

Abogado, empresario y financiero español, nacido en Madrid el 20 de enero de 1947. Copresidente del Banco Zaragozano desde mayo de 1997 hasta su dimisión en marzo de 2003, constituyó junto a su primo Alberto Alcocer una de las parejas de socios financieros más conocidas del entremado empresarial español en las últimas décadas del siglo XX. Bautizados como "los Albertos", su popularidad llegó directamente relacionada con sus matrimonios con las hermanas Koplowitz.

Hijo del que fuera último ministro de Exteriores del régimen franquista, Pedro Cortina Mauri, estudió el bachillerato en el colegio de El Pilar y se licenció en Derecho por la Universidad de Madrid. En 1969 ingresó como meritorio en Construcciones y Contratas (Conycon-Cycsa), firma constructora que Alicia y Esther Koplowitz acababan de heredar tras el fallecimiento de su madre, viuda del fundador del negocio, Ernesto Koplowitz. En abril de 1970, seis meses después de la boda de Esther y Alberto Alcocer, Cortina contrajo matrimonio con Alicia y ocupó asiento en el Consejo de Administración de Conycon-Cycsa.

"Los Albertos" asumieron la responsabilidad ejecutiva de la compañía familiar en 1972 y en 1976 fueron nombrados consejeros delegados. Durante su gestión pusieron en marcha una próspera estrategia de diversificación y alianzas que generó excelentes resultados de negocio. Entre otros sectores de actividad, la pareja financiera realizó en los años siguientes fuertes inversiones en la cementera Portland, el Banco de Fomento y el Banco Zaragozano, la constructora FOCSA o la editorial Estructura, responsable de la publicación del diario económico Cinco Días. En 1987 entraron en contacto con el inversor italiano Carlo de Benedetti, con quien constituyeron el grupo COFIR.

La política expansionista de "los Albertos" generó profundas divergencias con Ramón Areces, el amigo de la familia Koplowitz que había tomado las riendas del negocio tras la muerte de los progenitores de Alicia y Esther, y la falta de acuerdo provocó a finales de 1987 la salida del fundador de El Corte Inglés y su equipo de colaboradores del Consejo de Administración de Conycon. Ya sin condicionantes internos, los empresarios continuaron con su estrategia de crecimiento y el 7 de enero de 1988 se asociaron con el grupo kuwaití KIO para formar la sociedad Cartera Central, operación que les permitió controlar el 12% del accionariado de la entidad presidida por Alfonso Escámez e ingresar en el Consejo de Administración del banco.

Pero el multimillonario idilio personal y empresarial que mantenían las Koplowitz y "los Albertos" saltó por los aires antes de finalizar la década de los ochenta. Los medios de comunicación hicieron pública la relación de Cortina y Marta Chávarri (esposa del marqués de Cubas) en febrero de 1989 y pocos meses después fue el romance de Alcocer con la modelo Margarita Hernández el que ocupó las páginas de sociedad de la prensa nacional. Los conflictos matrimoniales en el hogar de las Koplowitz precipitaron la crisis en el imperio Construcciones y Contratas.

Cortina abandonó su cargo como consejero delegado de la compañía e inició un largo proceso de negociación con su ex mujer para acordar la separación de sus patrimonios. En virtud del pacto, consensuado finalmente en junio de 1990, las hermanas Koplowitz recuperaron la dirección del negocio familiar, conservaron las sociedades inmobiliarias, constructoras y de servicios del holding y vendieron todas sus participaciones en banca. Por su parte, "los Albertos", pasaron a controlar el paquete accionarial de Cartera Central en el Banco Zaragozano, la compañía Uniseguros, así como las participación en el accionariado de la financiera COFIR.

Un día después de que se cerrara el acuerdo, Cortina y Alcocer fueron nombrados miembros del Consejo de Administración del Banco Zaragozano. Entretanto, Alberto Cortina contrajo matrimonio con Marta Chávarri y continuó embarcado en prósperos negocios junto a su primo, en sectores tan variados como los relojes (Lorane Holding) o los hidrocarburos (Imes, S.A.). En 1992, "los Albertos" y su socio italiano Carlo de Benedetti pusieron en marcha una suerte de intercambio accionarial que facilitó la salida de los empresarios madrileños de COFIR a cambio de un mayor control sobre el paquete accionarial del Zaragozano que se situó ya en el 34%. El 10 de mayo de 1997, ya con el 38% de participación en la entidad financiera, Cortina y Alcocer fueron nombrados copresidentes del banco.

Por entonces, Alberto Cortina ya había tenido que afrontar el segundo fracaso matrimonial de su vida y, a sus problemas personales, se unió a partir de 1998 su implicación en el llamado "caso Urbanor", un supuesto fraude de 4.000 millones de pesetas (24,5 millones de euros) en relación con la venta de los solares de la Plaza de Castilla en Madrid, donde en 1987 se edificaron las "torres KIO". Encausado junto a Alcocer, Rafael Montes y Álvaro Álvarez como presuntos autores de falsedad en documento mercantil y apropiación indebida, el 25 de enero de 2001 la Audiencia Provincial de Madrid decretó la absolución de los empresarios por considerar prescritos los delitos, aunque el tribunal consideró probado que los accionistas minoritarios de Urbanor habían sido víctimas de estafa. Todas las partes (ministerio fiscal, acusación particular y defensa) recurrieron la sentencia ante el Tribunal Supremo.

Fuera de los juzgados, la actividad empresarial de "los Albertos" había continuado ofreciendo resultados rentables. En 2000 adquirieron un paquete accionarial en la constructora ACS, y en 2001 presentaron una nueva entidad financiera, Inversis, destinada a operar por Internet como sociedad de valores y mercado de inversión. Su faceta sentimental, conocida tanto o más que su proyección en los negocios, ofreció en 2002 a la crónica rosa un nuevo enlace matrimonial, el tercero del empresario, con Elena Cué.

El "caso Urbanor" regresó a la primera página de la actualidad financiera y judicial en la primavera de 2003 cuando el 14 de marzo de 2003 el Tribunal Supremo hizo público un fallo condenatorio para "los Albertos". La Sala Penal del TS entendió que los delitos probados por el tribunal de Madrid dos años antes no habían prescrito y, en consecuencia, notificó en su sentencia una condena de tres años y cuatro meses de prisión para los empresarios así como la obligación de indemnizar a los accionistas perjudicados en la operación juzgada con el pago de las cantidades estafadas más los intereses legales generados; suma que alcanzaría un total de 49 millones de euros. Pocas horas después de conocerse el fallo judicial, Cortina y Alcocer presentaron la dimisión de sus cargos como copresidentes del Banzo Zaragozano. Cortina abandonó además su puesto como consejero en la constructora Dragados, en el grupo empresarial Ence y en la financiera electrónica Inversis. Entretanto, sus abogados tramitaron la solicitud de indulto al Gobierno para evitar el ingreso en prisión.

En el mes de julio, el Tribunal Constitucional admitó a trámite el recurso de amparo interpuesto por los empresarios y decretó la suspensión de las penas hasta la resolución de los recursos. Sin embargo, la petición de indulto no prosperó y el 10 de octubre de 2003, el Consejo de Ministros denegó la medida de gracia, atendiendo al criterio del Ministerio Fiscal y el Tribunal Supremo que, en sus respectivos informes, habían manifestado su posición contraria al indulto por no existir razones de justicia o equidad que lo justificaran.

Pese a la cadena de dimisiones que protagonizaron tras la condena por el "caso Urbanor", los Albertos no abandonaron la actividad empresarial. La venta de su participación en el Zaragozano (40%) generó un efectivo superior a los 450 millones de euros y optaron por reinvertir alrededor de 120 millones en ACS, para incrementar su participación del 5,06% al 10,17%. Con esta operación, se convirtieron en los terceros accionistas de la constructora, tras Corporación Financiera Alba (22,5%) y Florentino Pérez (20%).

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  • 0212 ISC.