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PolíticaHistoriaBiografía

Fernández Madrid de Castro, José (1789-1830).

Político e intelectual colombiano, nacido en Cartagena el 19 de febrero de 1789 y muerto en Bernes-Terrace, cerca de Londres, el 28 de junio de 1830. Desde niño vivió en la capital, Santa Fe. Estudió en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, donde se doctoró en Medicina. Luego estudió Derecho y obtuvo el título de Doctor. Participó activamente en la efervescente vida cultural santafereña de fin de siglo y fue miembro distinguido de la tertulia literaria del Buen Gusto. Colaboró en esta época con el Semanario de la Nueva Granada, del que fue cofundador con el sabio Francisco José de Caldas. Junto a José María Salazar fundó El Mensajero, y en 1808 ingresó en la logia masónica Las tres virtudes teologales. También escribió en El Argos de Cartagena, dirigido por Rodríguez Torices, hoja que tras iniciarse la lucha emancipadora, continuó publicando en Tunja y Santa Fe.

Fue nombrado procurador general de la Provincia de Cartagena y participó en la Declaración de independencia de España de noviembre de 1811. En dicho año fue electo diputado de su Provincia al Congreso de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, que, a causa del enfrentamiento con el centralista Estado de Cundinamarca, tuvo que reunirse en Villa de Leiva. Conciliador en la lucha entre federalistas y centralistas, fue electo miembro del Primer Triunvirato, nuevo órgano del poder Ejecutivo. Ejerció interinamente -al lado de los otros suplentes José María del Castillo y Rada y Joaquín Camacho- como Presidente a partir del 7 de octubre de 1814, mientras se posesionaba Custodio García Rovira, acontecimiento que tan sólo pudo lograrse después de que el coronel Simón Bolívar ocupara la capital, Santa Fe, el 22 de diciembre de 1814 y obtuviera la rendición de Cundinamarca.

Cuando las tropas del Pacificador Morillo se disponían a asaltar la capital, el Congreso lo designó Presidente, cargo del que tomó posesión el 14 de marzo de 1816. Autorizado por el Congreso para entablar negociaciones con los invasores, e incluso pactar una capitulación honrosa, prefirió proseguir la guerra antes que negociar. Desobedecido por su General en jefe, Serviez, quien era partidario de refugiarse con el resto de tropas patriotas en los Llanos del Casanare, Fernández decidió marchar hacia el Sur siguiendo las huellas del resto -sólo 5 miembros- del Congreso. En Popayán dimitió ante la Comisión Legislativa que, en nombre del desintegrado Congreso, pretendía mantener la institucionalidad republicana; se designó en su sustitución a García Rovira, a quien se suponía en camino hacia Popayán.

Derrotado su destacamento en la Cuchilla del Tambo el 29 de junio de 1816 por Juan Sámano, se unió a Francisco José de Caldas, Manuel Rodríguez Torices y otros que pretendían cruzar la Cordillera Oriental para huir hacia el Brasil. Los realistas, dueños de Popayán, interceptaron dicha marcha, obligándoles a esconderse en las montañas de Barragán. Fernández cayó a continuación prisionero de una patrulla que comandaba el capitán Carlos Toldrá. Conducido a Santa Fe, los tribunales de la Reconquista decretaron su expatriación a la Península, vía Cartagena, donde estuvo preso en el castillo San Felipe.

Habiendo enfermado gravemente a su llegada a Cuba, se decidió retenerlo en la isla, donde empezó a ejercer, con sobrado éxito, la medicina. Trabó amistad con gentes de La Habana, quienes no sólo le protegieron y ayudaron, sino que burlaron repetidamente las órdenes de su traslado a Cartagena y le facilitaron además la venida de su esposa -la Amira de sus versos-. Durante su exilio en Cuba, inició su prolija actividad literaria. "Mi bañadera" y "La Hamaca" fueron sus mejores poesías de entonces; la primera fue compuesta con motivo del nacimiento de su primera hija. Ingresó al menos en una de la logias masónicas que tempranamente conspiraban a favor de la independencia de Cuba, que repetidamente se reunía en su casa. En esta isla contrajo estrecha amistad con el también médico rioplatense José Antonio Miralla, quien después de haber agitado las ideas republicanas en Lima, y viajado por Europa, había decidido radicarse en La Habana, donde se dedicaba al comercio, la industria y el cultivo de diversos géneros literarios. Trabó igualmente una gran amistad con el ecuatoriano Vicente Rocafuerte, por entonces igualmente confinado en la Isla.

Aprovechando el clima de aparentes libertades que siguió a la reinstauración constitucional y liberal de 1820, los tres sudamericanos, unidos al también novogranadino Diego Tanco, igualmente confinado en Cuba, participaron activamente en los planes que entonces se urdieron para revolucionar la isla. En 1821, Fernández refundó en La Habana el periódico neogranadino El Argos, desde donde se agitaron las ideas liberales, emancipadoras y republicanas. Cuando con ocasión de las primeras elecciones de diputados a Cortes -agosto y noviembre de 1821- el nuevo capitán general Francisco Dionisio Vives debeló la conspiración conocida como de Soles y Rayos de Bolívar, Fernández Madrid, Diego Tanco, José A. Miralla y Vicente Rocafuerte, resultaron ser el alma de la "siniestra logia" que debía instaurar una nueva república en el Caribe, grito que debía estallar el 16 de agosto de 1823 en diferentes sitios de la isla bajo el mando del cubano José Francisco Lemus. Aunque Mirralla y Rocafuerte se fugaron a los Estados Unidos, Fernández Madrid pudo permanecer en la isla hasta junio de 1825, cuando regresó a la Gran Colombia.

Acusado de traidor por los sucesos de 1816, publicó a su llegada un manifiesto "Exposición de José Fernández Madrid a sus compatriotas sobre su conducta política, de 14 de marzo de 1816" (Bogotá, 1825), con el que, pleno de documentos, logró que se le exculpara de los cargos que se le hacían. El 25 de marzo de 1826, el vicepresidente en ejercicio del poder, general Francisco de Paula Santander, con el beneplácito de Bolívar, lo nombró Agente Confidencial de Colombia ante la Corte de Francia, donde gracias a su persistente labor ante el Barón de Damas -Ministro de Asuntos Extranjeros- y el Conde de la Villèle -Jefe del Consejo de Gobierno-, obtuvo un primer reconocimiento de hecho de Colombia -admisión de bandera y naves de la República en puertos franceses-; además de concluir, en agosto de 1827, un acuerdo para el nombramiento y aceptación recíproca de cónsules. El 5 de diciembre de 1827 se le designó Ministro Plenipotenciario ante la Corte de Inglaterra en reemplazo de José Manuel Hurtado. En el Reino Unido, Fernández reinició las negociaciones con los reinos de Holanda, Dinamarca y Suecia para el reconocimiento de Colombia que en 1820 había adelantado el primer Vicepresidente, Francisco Antonio Zea. Especial atención puso, en unión de su amigo de conspiraciones de los años 20 a 23 en Cuba, Vicente Rocafuerte, ahora poderoso representante en Europa de los Estados Unidos de México, para inclinar al gobierno inglés en contra de las pretensiones españolas de reconquistar México desde Cuba y Puerto Rico, como aconteció en 1829. Fernández Madrid murió inesperadamente en Bernes-Terrace, su casa cerca de Londres, el 28 de juniode 1830.

Larga y sobresaliente fue su obra poética, que inició en Santa Fe cuando colaboró en el Semanario de Caldas, donde publicó su "Oda a la noche" (1812), a lo que siguieron otras menos conocidas aparecidas en El Argos; reeditadas en La Habana en El Argos habanero, en cuyas páginas reinició, en compañía del citado Miralla, su trabajo literario, publicando, entre otras, "Las Rosas", oda a la restauración de la Constitución española. También editó en la isla una colección de poesías que fue luego reimpresa en Londres. En 1822 publicó Atala, tragedia en 3 actos, que más tarde se reimprimió con el título de Guatimoc o Guatimozín (París, 1827). Ese mismo año lanzó un compendio poético con el título Poesías del ciudadano doctor José Fernández Madrid, que luego reimprimió en Londres.

Su obra en prosa no fue menos prolija. Tempranamente escribió en el Semanario (1810) su Memoria sobre al naturaleza, causas y curación del coto (o bocio) y Cartas de Motavita, firmadas con el seudónimo de Empédocles, escrito en el cual fijó su posición contraria al federalismo. Por petición de la Sociedad Patriótica de La Habana presentó una Memoria contra la disentería (1817); a la que siguió otra sobre La fiebre amarilla o el vómito preto (1823), que fue luego traducida al francés con notas del Dr. Landó, profesor de Ginebra, y reportada en 1824 en el Círculo Médico de París por el Dr. Peyre. En Cuba se preocupó por temas socioeconómicos, y publicó El Comercio, cultivo y elaboración del tabaco. Otro de sus escritos, Influjo de los climas cálidos en la estación del calor (1824), fue premiado por la Sociedad Patriótica, lo que le valió ser admitido como socio de mérito de dicha institución; este trabajo se reimprimió en La Habana en 1840. Tradujo también Los tres reinos de la naturaleza de Delille. En el escrito Breve contestación a los cargos que le ha hecho el Señor Restrepo en su Historia de Colombia, (Londres, 1827), se exculpó nuevamente de las acusaciones referidas a la conducta que había tenido en marzo de 1816.

Bibliografía

  • ARISMENDI POSADA, Ignacio: Presidentes de Colombia; 1810-1990. Bogotá: 1989

  • MARTÍNEZ SILVA, Carlos: Biografía de Don José Fernández Madrid. Bogotá: 1935.

  • PÉREZ GUZMÁN, Francisco: Bolívar y la independencia de Cuba. La Habana: 1988.

  • RUEDA VARGAS, Tomás: Visiones de Historia. Bogotá: 1946.

  • RUÍZ MARTÍNEZ, Eduardo: Los hombres del veinte de julio. Bogotá: 1996.

Autor

  • Navas