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HistoriaBiografía

Ramsés o Rameses II, Faraón de Egipto (1289-1224 a.C.).

(Ra-ms-s Wsr-Maat-Ra stp.n-Ra) Tercer rey de la XIX dinastía egipcia, hijo y sucesor de Sethi I, quien lo había asociado al trono, y de su esposa Tuya2. Rameses II, calificado como "Sol de todos los países", "Imagen perfecta de Re" y "Glorioso sol de Egipto", fue sin duda uno de los más importantes faraones egipcios, educado conforme a su rango y bajo el ideal de la grandeza de las Dos Tierras. Fue excelente cazador (abatió un número fabuloso de leones) y sobre todo un gran constructor, además de un excelente militar y político. No dudó en fundar diversas ciudades por todo el país que llevaron su nombre, siendo la más famosa la de Pi-Rameses, situada en un lugar estratégico (hoy Tell ed-Daba) y en la que instaló su residencia. Su política exterior la centró en el mantenimiento de la hegemonía egipcia, tanto en Nubia, a donde dirigió diversas campañas militares (Beit el-Uali), como en la frontera del delta, amenazada por las primeras incursiones de pueblos extranjeros -los sharden- precursores de los Pueblos del Mar, y que pudo contener, incorporándolos a continuación en su ejército. A ello siguió una primera campaña por Siria que lo llevó a Canaán, Tiro y Biblos. Desde aquí pasó al país de Amurru, sorprendiendo a su príncipe Benteshina que, unas veces aliado a los hititas y otras a los egipcios, intentaba obtener beneficios de su supuesta neutralidad. Al siguiente año, Rameses II alcanzó Qadesh, junto al río Orontes, lugar en donde se enfrentó a las tropas hititas dirigidas por su rey Muwattallis, en una celebérrima batalla de indeciso final (de hecho, Rameses II no pudo tomar la ciudad), cuya memoria ha llegado a nosotros en el famoso Poema de Pentaur, que hizo grabar el rey egipcio en diferentes lugares para su divulgación. A aquella batalla siguieron otros combates esporádicos en Ascalón, Kerpet, Merem, Sherem, Deper y Tunit, hasta que un tratado egipcio-hitita, firmado por Rameses II y Khattusilis III en el año 1268 a.C. puso fin a las hostilidades, y que conocemos por una versión hitita (escrita, sin embargo, en acadio cuneiforme), hallada en Boghaz-köy, y por copias egipcias (Karnak y Ramesseum). Al cabo de varios años el tratado se reforzó con el matrimonio de Rameses II con una princesa hitita, hija de Khattusilis III, llamada Naptera y que tomó el nombre egipcio de Maathorneferure (Estela del matrimonio), completado luego con una segunda princesa hitita que pasó al harén real. Asimismo, se preocupó de proteger la frontera occidental, limítrofe con Libia, para detener las incursiones de Meshuesh y de Libu, levantando para ello varias fortalezas entre Rakothis y la actual el-Alamein. Los asuntos religiosos los dejó en manos del Gran sacerdote Nebunenef, persona de total confianza -quien veló por un prudente equilibrio de cultos- y los políticos en Paser, Visir del Alto Egipto. Rameses II contó con no menos de ocho esposas oficiales: Nefertari, la más amada y enterrada en el Valle de las Reinas, Iset-neferet, Bint-Anath, Meryt-amón III, Nebettauy, Henutmire, Maathorneferure -la hitita-, y otra segunda hitita de nombre desconocido, así como con un nutrido harén que le hizo padre de más de cien hijos. Su larguísimo reinado (gobernó 67 años y murió a los 92) le permitió celebrar trece Fiestas Sed (la número catorce, a pesar de estar anunciada, no pudo llevarse a cabo) y emprender numerosas obras de construcción que, según ha revelado la egiptología, llevó a cabo mediante la apropiación de obras antiguas, la finalización de otras ya emprendidas y el inicio de nuevos proyectos. Hay que citar el templo de Abidos, la sala hipóstila de Karnak, el pilono y el patio de Luxor y su templo funerario (Ramesseum), sin olvidar los edificios levantados en Menfis, Tanis, Pi-Rameses o los dos magníficos templos rupestres de Abu Simbel (uno dedicado al propio faraón, que se autodivinizó, y el otro a su esposa Nefertari) y que han sido trasladados de su lugar originario en 1964 y 1968 a causa de la presa de Assuán y las aguas del lago Nasser. Asimismo, del rey nos han llegado, además de una abundante documentación, varias de sus estatuas, siendo quizá la más interesante la conservada en el Museo de Turín (1,94 m de altura), que lo representa sonriente y ataviado con la corona azul (khepresh) y el cetro heka. En Akhmim, a unos 140 km de Luxor se localizaron en 1981 y 1991 los fragmentos de dos colosos de Rameses II (uno de 8 m de altura) cubiertos de jeroglíficos, así como otro que perteneció a su hija y esposa Meryt-amón. Todos ellos habían formado parte del monumental templo de Akhmim, cuyas ruinas están hoy cubiertas por las actuales casas de tal enclave. Es también interesante el coloso (10,30 m. de altura) que de Rameses II yace en un palmeral de Menfis y que es uno de los 11 colosos que se habían destinado para el templo de Ptah de tal lugar. Los restos mortales de Rameses II, llamado en su ascensión al trono Usermaatre Setepenre, fueron depositados primero en la tumba que se hizo en el Valle de los Reyes (todavía no excavada en su totalidad) y luego en la de su padre, en donde fueron saqueados y desde allí trasladados al "escondrijo" de Deir el-Bahari. Su momia, universalmente famosa, se halla en el Museo de El Cairo. Asimismo, ordenó disponer una monumental tumba -catalogada con el número 5- en el Valle de los Reyes con más de 60 cámaras para sus numerosos hijos, explorada en 1995 por Kent Weeks. Algunos egiptólogos piensan que Rameses II, que empleó a hebreos para la construcción de su ciudad Pi-Rameses, fue el faraón del Éxodo, el perseguidor de Moisés, aun cuando la presencia de su momia indica que no pudo haber muerto en el Mar Rojo (si bien la Biblia no dice taxativamente que muriera el faraón). Tampoco ha llegado ninguna inscripción o texto egipcio que aluda a tal evento. Numerosos personajes destacaron durante el reinado de Rameses II, entre ellos los Visires Paser, Kay, Rahotep, el Virrey Setau, los sacerdotes Nebunenef, Khaemuaset, Bakenkhonsu I) y los generales Rameses-Nakht y Uriya. A la muerte de Rameses II el trono pasó a su décimo tercer hijo, llamado Merenptah.

Autor

  • Federico Lara Peinado.