A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
BiografíaFotografía

Niépce, Joseph-Nicéphore (1765-1833).

Inventor de la fotografía, nacido en Châlon-sur Saône (Francia) en 1765 y muerto en 1833 en Saint Loup-de-Varennes (Francia).

Vida

Hijo de burgueses acomodados cuya vida ociosa y sin preocupaciones permitía el desarrollo de aficiones científico-artísticas propias de una época a caballo entre la brillantez enciclopedista del XVIII y la modernidad industrial del XIX, aliñada con las máximas de libertad, paz e igualdad que proclamara la revolución de 1789. En este entorno, Nicéphore Niépce no tardó en revelarse como un inventor inquieto, conjugando con habilidad la agilidad de espíritu de la Ilustración con la sensibilidad del primer Romanticismo.

Su educación y formación científica, en manos de la orden religiosa de los Padres del Oratorio, se vio truncada con el estallido de la revolución. Se incorporó en 1792 al ejército, pero una enfermedad lo apartó del frente y lo confinó en Niza donde contrajo matrimonio. Instalado en Saint-Roche, donde vivía de las rentas de sus fincas en Borgoña, nació su hijo, Isidore. La familia se instaló definitivamente en Saint Loup-de-Varennes, y fijó su residencia en la casa familiar de los Niépce hacia 1801, momento en el que el acaloramiento revolucionario cesó parcialmente, por lo que se pudo dedicar plenamente a sus experimentos científicos para los cuales, encontró en su hermano Claude, la pareja perfecta de un “tándem” ideal. De este modo, cuando se iniciaron las investigaciones que le llevarían, hacia 1816, a su gran descubrimiento, los dos hermanos Niépce ya tenían a sus espaldas sendas carreras como inventores.

Pero al tiempo que la experimentación científica marcaba sus vidas, en 1813 Nicéphore se dedicó con entusiasmo a una actividad artística que pronto encontró gran número de adeptos entre un público culto: la litografía, -inventada en Alemania por Aloysius Senefelder en 1796 e introducida en Francia en 1810- que le fascinó por sus posibilidades de impresión múltiple. Las dificultades de Niépce para el dibujo, que hasta ahora había suplido gracias a la destreza con el lápiz de su hijo, le llevaron a aplicar las proyecciones de la cámara oscura a la piedra litográfica, una vez que Isidore se alistó en el ejército al tiempo que Claude marchaba a Londres.

La correspondencia entre ambos hermanos proporciona un reflejo detallado de las actividades que Nicéphore inició a partir de 1816 fundamentadas en la idea de “reproducir espontáneamente, por acción de la luz con degradaciones de tintas del negro al blanco, las imágenes recibidas en la cámara oscura”.

El carteo con su hermano demuestra que dejó la litografía por otra técnica que recogía ensayos previos de ambos hermanos [como refleja la carta 16 septiembre 1824] y que pretendían “fijar” de algún modo los trazos descritos por la luz en el interior de la cámara oscura, idea que ya había sido propuesta (y nunca lograda) por Thomas Wegdwood, pero no hay razón contrastada para suponer que los Niépce tuvieran noticias de las investigaciones de este científico prematuramente fallecido.

De este modo, 1816 fue un año decisivo en los experimientos de Niépce. Entre abril y mayo, logró imágenes sobre papel mediante la cámara oscura. Sobre una hoja de papel extendió una película de un compuesto fotosensible que se oscurecía con la luz, cloruro de plata, y la colocó en el interior de la cámara oscura. Por accidente, el objetivo habitual fue sustituido por una lente de distancia focal más corta. El accidente resultó fecundo: la imagen de las vistas que toma desde su ventana “se pinta” sobre el papel resultando además más nítida y luminosa de lo previsto pero, el orden de las tintas aparece invertido: “El fondo del cuadro es negro, y los objetos son blancos, es decir, más claros que el fondo (...) pero, la posibilidad de pintar de esta manera, me parece casi demostrada”... [carta 5 mayo 1816]. Niépce había realizado el primer negativo sobre papel de la historia pero, éste, debido a que no estaba fijado, continuaba ennegreciéndose al mirarlo a la luz. Sus investigaciones no habían hecho nada más que empezar y giraban, a partir de ese momento, hacia la satisfacción de un triple objetivo [carta 19 mayo 1816]:

1. Conferir mayor nitidez -mejora de la óptica-, para lo que creará nuevas cámaras oscuras a cuyos objetivos dotará de “discos de cartón perforados” (diafragmas).
2. Inversión de los colores, esto es, la inversión de la imagen negativa en positiva.
3. Fijar (los colores), esto es, fijar la imagen.

Ensayo tras ensayo, fracasó en los intentos de inversión de tonos y fijación de los mismos. En busca de la sustancia fotosensible descubrió que la solubilidad en alcohol de la resina extraída del guayaco variaba en función de la exposición a la luz, de modo que se distinguía entre la sustancia transformada por la luz de la que no lo estaba y, por tanto, de fijar la imagen.

Los ensayos eran concluyentes pero no se reproducían tras la exposición en cámara oscura. Hoy se sabe la causa, sólo los rayos ultravioleta son capaces de transformar la resina del guayaco y éstos, los filtraba el cristal de la lente con que dotaba a su cámara oscura. Sin embargo, este decepcionante ensayo le puso en la pista del betún de Judea y, los resultados empezaron a ser positivos hacia 1822, año en que obtuvo una imagen negativa permanente, una heliografía. Restaba pues, conseguir un positivo, aspecto que orientó sus investigaciones en el intento de hacer aparecer la imagen positiva por un sencillo efecto de iluminación. A este tipo corresponde la imagen Point de vue du Grass, 1826-27, la fotografía más antigua del mundo que se conserva en atmósfera de Helio en el Centro Harry Ransom de Austin (Texas).

Pero su afán hacia el encuentro con un positivo fotográfico irá más allá. Lo intentó mediante la acción de agentes químicos a partir de 1828. Para ello, utilizó placas de metal plateado pulido, sometiendo después el negativo a la acción de vapores de yodo corrosivos: donde el metal ha quedado desnudo se forma una capa de yoduro de plata; bajo la luz, éste se transforma en partículas negras muy pequeñas de plata metálica; tras la eliminación con alcohol del barniz residual, la imagen es un positivo.

Su invento estaba ya dispuesto, superadas las dificultades iniciales. Ahora bien, no indicó con precisión el tiempo necesario para obtener sus “point de vue” (del orden de 40 a 60 horas para un paisaje soleado) y no consiguió un positivo directo. Es por ello que hacia estos dos objetivos se orientarán sus futuras investigaciones asociándose a Daguerre en el intento de mejorar un proyecto con muchas posibilidades.

Fruto de esta asociación, en dos años ponen a punto un nuevo procedimiento fotográfico, el physautotype (neologismo griego que significa 'imagen de la naturaleza por sí misma') en la que, observada con luz oblicua, la imagen obtenida es positiva, nítida y de gran calidad tonal con la ventaja añadida de que se reducía considerablemente a un día el tiempo de exposición. Pese a lo avanzado del nuevo procedimiento Daguerre, dotado del sentido comercial del que carecía Niépce, insistió en no divulgarlo hasta conseguir una reducción a 15 minutos como máximo del tiempo de exposición.

Niépce no fue testigo de estos últimos logros que hubieran consagrado toda una vida dedicada a la investigación de la luz y su registro permanente sobre un soporte. Tampoco obtendría reconocimiento oficial ya que murió seis años antes de que el invento se hiciera público víctima de un ataque de apoplejía. Pero sí permanecen sus “point de vue” y las cartas enviadas a Claude y Daguerre, auténticos cuadernos de campo que atestiguan que Nicéphore Niépce fue, sin duda, el inventor de la fotografía.

Bibliografía

  • MARIGNIER, J.L. "À la découverte des héliographies de Niépce". Le photographe, nº 1470, pp. 13, 1989.
    ----- "Mystéres éclaircis de la plus ancienne photo du monde". Le photographe, nº 1480, pp 50, 1989.
    ----- "Photochemistry of asphaltene films. A study of the world’s first photographic process and its invention". J.Imag.Sci. nº 40, pp.123, 1996.

  • RIEGO, Bernardo. "La imagen como fuente de la historia contemporánea. De la litografía al satélite". Revista de Historia de la fotografía española, nº 2, pp.19-20, noviembre, 1990.

  • SOUGEZ, Marie-Loup. Historia de la fotografía. Cuadernos de Arte Cátedra. 2ª edición. Madrid, 1985.

  • Documentos básicos de la historia de la fotografía. Vol.II. Sociedad de Historia de la Fotografía Española. Sevilla, 1996.

MMMM

Autor

  • MMMM