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BiografíaFotografía

Daguerre, Louis-Jacques Mandé (1787-1851).

Fotógrafo francés nacido en Cormeilles-en-Parisis el 18 de noviembre de 1787 y muerto en Bry-sur-Marne el 10 de julio de 1851.

Vida

Pintor y físico, Daguerre pertenecía a una acomoda familia francesa. Fue un hombre activo, inteligente y astuto en los negocios, al tiempo que amante de las letras y el teatro, mundo en el que estaba muy introducido.

Se hizo bien conocido en París al inventar el Diorama -un gran decorado con varios planos recortados que al ser iluminados de forma apropiada creaban sensación de profundidad, que desarrolló valiéndose de sus conocimientos de física, perspectiva y de juegos de luces. "...Dénse en un lienzo dos pinceladas de colores diferentes sumamente vivos, el uno encarnado, el otro verde, a poca diferencia del mismo vigor; hágase atravesar la luz que debe alumbrarlos por un medio encarnado, tal como un vaso colorado; este color reflejará los rayos que le son propios y el verde quedará negro. Sustituyendo el medio verde al colorado, sucederá todo lo contrario; el colorado quedará negro y el verde reflejará este color (...) Para volver a la aplicación de este principio (...) no había realmente más que dos efectos pintados, el uno de día por delante, y el otro de noche por detrás, pasando del uno al otro por una combinación complicada de los medios que la luz tenía que atravesar, daban muchos otros efectos semejantes a los que presenta la naturaleza en sus transiciones de la mañana a la tarde y viceversa...".

El Diorama funcionaba muy bien como espectáculo, atraía a las masas parisinas que tenían la sensación de estar ante un paisaje romano, de Montmartre o del Templo de Salomón. Todo ello a voluntad de Daguerre y Bouton, su socio desde 1822. Según se cuenta el más sorprendente de sus cuadros, por su impresión de veracidad, era “misa del Gallo en Saint-Etienne-du Mont”, donde los juegos de luces atravesaban una imaginaria vidriera hasta llegar al altar; la sensación de estar frente al espacio real era tan grande que los espectadores, colocados a una distancia aproximada de siete metros, llegaban a tirar objetos pensando que atravesarían ese espacio; mas, para su sorpresa, chocaban contra las telas hábilmente pintadas.

En la elaboración de estos grandes decorados, Daguerre recurría a la cámara oscura por lo que era cliente habitual de los ópticos Chevalier, los cuales conocían ligeramente los experimentos que por estos años y desde Châlon-sur-Sâone estaba realizado Nicéphore Niépce: "...Al mismo tiempo que estaba examinando los aparatos que le enseñaban, el coronel Niépce (familiar de Nicéphore) comunicó a estos señores que hacía tiempo que su primo se dedicaba con éxito a fijar, con procedimientos que le eran propios, las imágenes recibidas en la cámara oscura (...) Como quiera que los señores Vicent y Charles Chevalier expresaran la excesiva sorpresa que les causaba tan extraordinaria noticia, el coronel les enseñó una de las pruebas heliográficas que representaba una joven hilandera con su huso. Estos señores quedaron admiradísimos...".

Fueron los Chevalier quienes pusieron en contacto a Niépce y Daguerre. El carteo entre ambos fue infructuoso hasta que Daguerre envió a Niépce uno de sus trabajos y éste a aquél una heliografía; a partir de entonces, la relación entre ambos fue estrechándose hasta que, por razones fundamentalmente económicas, y tras la muerte de su hermano, Niépce acepta asociarse con Daguerre el 14 de diciembre de 1829. La firma del contrato se realizó en Châlon donde el parisino se familiarizó con el procedimiento heliográfico. Después de esto, ambos inventores no volverán a verse jamás.

Aunque mucho se habla de la esterilidad de la relación Niépce-Daguerre, lo cierto es que el tandem formado por ambos dio buenos resultados ya que, a la personalidad científica del provinciano, se añadió la astucia comercial del parisino. Tras la muerte de Niépce en 1833 Daguerre tomó las riendas de la sociedad, lo que dejaría a la familia Niépce en el olvido.

Cinco años más tarde, Daguerre inició la comercialización del invento de su socio con mejoras importantes, tales como el descenso del tiempo de exposición, y con modificaciones en la relación contractual con el consentimiento de Isidore, heredero de Nicéphore, bajo el nombre de Daguérreotype. En 1838 intentó crear una sociedad de explotación por suscripción pública por un total de cuatrocientos mil francos, intento que fracasó estrepitosamente, así que trató de atrapar inversores, para lo cual distribuyó una hoja impresa en la que exponía los distintos usos de su método, pero nuevamente fracasó; una tercera campaña pasó por realizar tomas de la ciudad pero, dado que se negaba a aclarar cualquier aspecto del procedimiento, la gente desconfiaba: "...Mr.Daguerre puede quedarse tranquilo, nadie le quitará su secreto (...) La verdad es que ese descubrimiento resulta admirable, pero no entendemos nada de nada, nos lo han explicado demasiado...".

El invento atraía a todos, pero sólo interesó a unos pocos. Los suficientes porque, entre ellos, se encontraba François Arago, científico y político liberal que se erigió defensor a ultranza de Daguerre y del daguérreotype: "...Mr.Daguerre ha descubierto unas pantallas especiales en las que la imagen óptica deja una imagen perfecta...", anunciando su proyecto de proponer al gobierno la compra del procedimiento como "...el más maravilloso descubrimiento que honra a nuestro país..." y del que podría sacarse un beneficio inmediato tanto en el campo del arte como de la ciencia. "...Para copiar los millones y millones de jeroglíficos que cubren los grandes monumentos de Tebas, Menfis, Karnak, etc., se necesitan veintenas de años y legiones de dibujantes. Con el daguerrotipo, un solo hombre podría llevar a buen fin ese trabajo inmenso (...) Cabe esperar que puedan obtenerse mapas fotográficos de nuestro satélite. Es decir, que en pocos minutos se ejecutará uno de los trabajos más largos y más delicados de la astronomía...".

La noche del 8 de marzo de 1839 el Diorama quedó destruido por un terrible incendio, lo que significaba la ruina de Daguerre. Pero Arago, ángel de la guarda, consiguió que el gobierno francés comprara el procedimiento por una pensión vitalicia de 6.000 francos para Daguerre y 4.000 para Isidore. Así, en agosto de 1839, en una sesión de la Academia de Ciencias, Arago dio a conocer públicamente el proceso de la daguerrotipia y Daguerre quedó consagrado como inventor. No dudó entonces en acometer, rápidamente, la labor de fabricación en serie del material mientras las demostraciones públicas se sucedían con frecuencia reuniendo lo más exquisito de la sociedad parisina.

Poco más añadió al proceso y en su vejez retomó su oficio inicial, la pintura de “trompe l’oeil” que manejaba con habilidad, como había demostrado con el diorama. Realizó un gran cuadro para “ampliar” la perspectiva del altar mayor de la iglesia de Bry-sur-Marne, lugar donde murió a la edad de sesenta y cuatro años, dejando tras de sí la conmoción de un invento que revolucionaría el mundo de la imagen.

Mucho se ha escrito sobre las “sucias” argucias de Daguerre para quedarse con el invento de Niépce pero lo cierto es que lo que comercializó el parisino no era el procedimiento de su socio pues, ya en 1833, convencido de que su propia fórmula, a base de yodo y mercurio, era más factible, renunció a la de Niépce y casi enseguida fijó la imagen de la cámara oscura, aunque no de manera permanente. No fue hasta 1837 cuando consiguió sacar su primera imagen duradera utilizando sal común a modo de fijador. Esto es lo que vendió Daguerre en 1838 pero, el resultado obtenido se parecía tanto al physautotpype que ambos crearan, que los gritos de robo y traición se alzaron contra él. Con la elegancia que le caracterizaba capeó el temporal, sacando provecho de un invento que, en sus propias palabras "...serviría para dar un nuevo impulso a las artes (...) y, lejos de perjudicar a los artistas, les resultará sumamente beneficioso. Las clases acomodadas encontrarán en él una agradabilísima ocupación (...), el pequeño trabajo que requiere gustará sobremanera a las señoras (...). El daguerrotipo no es un simple instrumento para dibujar del natural sino que da a la naturaleza el poder de reproducirse...".

Bibliografía

  • DAGUERRE, Jacques Louis Mandé. Historique et description des procédés du Daguerrotype et du Diorama. (París: Giroux et Cie, 1839).

  • GERNSHEIM, H. y ASLION, L.J. Daguerre, the history of the Diorama and the Daguerreotype. (Nueva York: Dover publications, 1968).

  • KEIM, Jean. Historia de la fotografía. (Barcelona: Gustavo Gili, 1982).

  • NEWHALL, B. Historia de la fotografía desde sus orígenes hasta nuestros días. (Barcelona: Gustavo Gili, 1983).

  • SCHARF, Aaron. Arte y fotografía. (Madrid: Alianza forma, 1974).

  • SOUGEZ, Marie-Loup. Historia de la fotografía. (Madrid: Cátedra, 1985)

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