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LiteraturaPeriodismoBiografía

Matamoros, Mercedes, u "Ofelia" (1858-1906).

Poetisa, dramaturga y traductora cubano-española, nacida en Cienfuegos (Cuba) el 13 de marzo de 1858, y fallecida en La Habana el 25 de agosto de 1906. Asidua colaboradora en los principales medios de comunicación cubanos (en los que publicó numerosos escritos bajo el pseudónimo literario de "Ofelia", sobresalió en su época como una de las voces más fecundas y personales de la lírica hispanoamericana escrita por mujeres.

Quedó huérfana de madre cuando sólo contaba tres años de edad, por lo que toda su educación y crianza pasó a ser responsabilidad exclusiva de su padre, quien se esforzó en dar a la joven Mercedes una formación académica poco frecuente entre el resto de las mujeres de su tiempo. Así, entre las múltiples disciplinas humanísticas a las que tuvo acceso, pronto se decantó por el conocimiento de idiomas, lo que con el paso del tiempo le aseguró una brillante carrera profesional como traductora.

Sólo tenía nueve años cuando, sirviéndose ya del pseudónimo de "Ofelia", comenzó a enviar sus primeras colaboraciones a los periódicos más difundidos en su entorno geo-cultural, como El Siglo y El Occidente. Tal precocidad literaria no se quedó en mera anécdota, ya que en 1868 empezó a colaborar en La Opinión, de donde pasaría, poco después, a los rotativos El Triunfo, El Almendares y -cuando era ya adolescente- a la Revista de Cuba (1880-1883). Sin embargo, el próspero futuro que se le anunciaba como escritora se vio bruscamente ensombrecido por una repentina ruina de la economía familiar, sobrevenida a raíz de una enfermedad que acabó con la salud mental de su padre.

Este imponderable obligó a Mercedes Matamoros a abandonar su dedicación exclusiva a la creación literaria para centrarse en el ejercicio de la docencia y en la realización de traducciones de obras escritas en inglés, en francés y en alemán. De la primera de las lenguas mencionadas, vertió al castellano obras de Lord Byron, Henry Wadsworth Longfellow, Geoffrey Chaucer, Alfred Tennyson y Thomas Moore; del francés, tradujo a André Marie Chénier y a Alfred Victor de Vigny; y del alemán, hizo versiones de algunas obras de Johann Wolfgang von Goethe y de Johann Christoph Friedrich von Schiller.

Sin embargo, y a pesar de que había abandonado por razones económicas el cultivo de su vocación literaria, los ecos de antiguos poemas publicados en los medios de comunicación mencionados impulsaron a sus amigos y allegados a promover, en 1892, una feliz iniciativa: a instancias del escritor Antonio del Monte, se abrió una suscripción particular con vistas a recaudar fondos para la edición de las Poesías completas de Mercedes Matamoros. El éxito de esta iniciativa de sus amigos fue inmediato, ya que aquel mismo año de 1892 salió a la calle dicha edición, espléndidamente acogida por críticos y lectores. Este éxito animó a la poetisa de Cienfuegos a retomar sus afanes literarios, y así, al poco tiempo pudieron volverse a leer en los rotativos y revistas cubanos los artículos de "Ofelia", ahora prodigados en La Ilustración de Cuba, La Golondrina, El País, La Habana Elegante, La Habana Literaria y El Fígaro.

La palabra poética de Mercedes Matamoros cobró nuevos alientos a finales del siglo XIX y comienzos del XX, cuando quedó enmarcada en un grupo generacional integrado también por las poetisas Aurelia Castro y Nieves Xenes. En 1902, diez años después de la aparición de sus Poesías completas, ocupó los anaqueles de las librerías un espléndido poemario de la autora, El último amor de Safo, obra compuesta por veinte sonetos que tuvieron una enorme repercusión en los círculos literarios cubanos. Con esta nueva obra, la poetisa alcanzó un sólido prestigio entre los escritores de su tiempo, hasta el punto de que, cuando sobrevino su muerte, el Ateneo de la Habana se hizo cargo de los gastos ocasionados por sus funerales.

Al parecer, Mercedes Matamoros no sólo se dedicó al cultivo de la poesía y el artículo de costumbres. En su Bibliografía cubana del siglo XIX, Trelles cita una pieza dramática de la escritora de Cienfuegos, titulada Un invierno en flor, y fechada en La Habana en 1882. Se trata de una obra compuesta de un solo acto, que en la actualidad se considera perdida. Tampoco han llegado noticias hasta nuestros días acerca de su posible estreno.

Bibliografía

  • HORMIGÓN, Juan Antonio (dir.) Autoras en la Historia del Teatro Español (1500-1994). (Madrid: Publicaciones de la Asociación de Directores de Escena de España, 1996).

  • MATAMOROS, Mercedes. Poesías completas. Prólogo de Aurelia Castillo de González (La Habana: Imprenta La Moderna, 1892).

J. R. Fernández de Cano.

Autor

  • JR.