Martínez Alcira, Manuel, “Manolo Martínez” (1949-VVVV).
Matador de toros mejicano, nacido en Monterrey el 10 de enero de 1949. En el planeta de los toros es conocido por su nombre hipocorístico de “Manolo Martínez”.
Se aficionó a jugar al toro desde muy temprana edad, y muy pronto pasó a medir su valor y su destreza frente a becerros y novillos bravos. Tan prematura fue su afición y meteórica su carrera, que el día 7 de noviembre de 1965, cuando sólo contaba dieciséis años de edad, compareció ante los aficionados que colmaban la plaza de su ciudad natal, dispuesto a conquistar el grado de doctor en tauromaquia. Venía a la sazón apadrinado por su paisano el coletudo Lorenzo Garza Arrambide, quien, en presencia de otro diestro mejicano, Humberto Moro Treviño, que hacía las veces de testigo, le cedió los trastos con los que había de dar lidia y muerte a estoque al toro Traficante, perteneciente a la ganadería de Mimiahuapan.
Antes de cruzar el océano Atlántico y venir a presentarse ante la afición española, quiso confirmar su doctorado taurino en las arenas de la capital de su país. Y así, el día 12 de febrero de 1967, frente a un encierro del mismo hierro que había prestado sus reses para su toma de alternativa, Manuel Martínez Alcira hizo el paseíllo en la plaza México (de Ciudad de México), apadrinado por su compatriota Mauro Liceaga Guevara y acompañado por el espada gaditano Juan García Jiménez (“Mondeño”), que comparecía en calidad de testigo. El toro que hubo de matar “Manolo Martínez” para confirmar su alternativa atendía por el épico apelativo de El Cid.
Por fin se decidió a pisar los ruedos de la Península Ibérica en la campaña de 1969, año en el que debutó en el suelo patrio haciendo el paseíllo en las arenas de Toledo, el día 5 de junio. Durante esta temporada, toreó en España cuarenta y ocho corridas. El día 8 de marzo de 1970 fue galardonado en la capital azteca con el Estoque de Oro, premio que se entregaba al triunfador en la plaza México. Aquella misma temporada volvió a torear en España, aunque ya sólo pudo firmar trece ajustes. Entre ellos, el más destacable por su emotividad fue el que le sirvió para confirmar en la Península Ibérica su condición de matador de toros, verificado en la plaza Monumental de Las Ventas (Madrid), en el transcurso de Feria de San Isidro (concretamente, el día 22 de mayo de 1970). “Manolo Martínez” compareció ante la primera afición del mundo acompañado en los carteles por dos grandes figuras del toreo hispano, el diestro salmantino Santiago Martín Sánchez (“El Viti”), que apadrinaba la solemne ceremonia, y el coletudo jiennense Sebastián Palomo Martínez (“Palomo Linares”), que, a guisa de testigo, dio fe de la confirmación de alternativa. El toro muerto en primer lugar por “Manolo Martínez” respondía al nombre de Santanero, y había pastado en las dehesas de don Baltasar Ibán.
Posteriormente, Manuel Martínez Alcira volvió a hacer el paseíllo en España en el transcurso de varias temporadas, pero nunca cosechó triunfos tan clamorosos como los que le consagraron en su país natal como una señalada figura del toreo. El día 29 de mayo de 1982, con tan sólo treinta y tres años de edad -pero ya con diecisiete de alternativa-, el espada de Monterrey decidió retirarse del ejercicio activo del toreo. Para cortarse la coleta, se encerró en solitario con seis astados en la para él entrañable plaza México, en donde tantas tardes memorables había protagonizado. Pero al cabo de cuatro temporadas de inactividad el gusanillo de la afición le obligó a vestirse de nuevo de luces, sin que a partir de esa campaña de 1987 haya podido recobrar el esplendor del toreo que desplegó en su país natal durante la primera etapa de su carrera.
