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GeografíaHistoriaBiografía

Hornemann, Federico Conrado (1772-ca. 1801).

Explorador alemán, nacido en 1772 en Hildesheim (Alemania) y fallecido probablemente hacia el año 1801 en Nigeria a causa de la disentería. Destacó como el primer europeo de la Edad Moderna en atravesar el desierto del Sáhara de N a E (1798).

Hijo de un pastor protestante de Hildesheim, inició sus estudios de Teología en Gottinga. Sin embargo, muy pronto se sintió atraído por el continente africano y, con el propósito de viajar algún día hasta allí como un explorador más, comenzó, de forma paralela sus estudios de ciencias naturales. De esta manera, en 1795 (año del primer viaje de Mungo Park) Hornemann solicitó de Blumenbach, famoso médico y etnólogo, una recomendación para la Sociedad Africana, a la que presentó un proyecto de expedición científica al Sáhara y de penetración hacia el interior de África. La Sociedad aceptó inmediatamente dichas propuestas de Hornemann y costeó sus últimos estudios en Gotinga sobre ciencias naturales y filología. Posteriormente, en 1797, se examinó en Londres y ese mismo año fue enviado al Cairo para que desde allí se dirigiera al Níger. Salió del Cairo en 1798 e inició su travesía en caravana hacia Trípoli, pensando que ésta era la mejor manera de internarse en el continente. Su base cartográfica, sin embargo, era errónea ya que una vez visto su mapa se observó que la mayor parte de los puntos de la región O del Sáhara estaban ubicados demasiado al NE, hecho que explica las creencias de Hornemann sobre que el camino más cómodo para alcanzar el centro del gran desierto era a partir del Cairo o de Trípoli.

La peste y la campaña de Napoleón en Egipto retardaron la salida de Hornemann para el interior. Así pues, Hornemann abandonó el Cairo y se dirigió hacia Murzuck, la capital del Fezzan, y desde allí volvió a escribir a la Sociedad Africana con fecha 17 de noviembre de 1798:

"El sultán, rodeado de cortesanos y de gran número de súbditos, se habla situado en una eminencia. La caravana se detuvo allí y todos los hombres de cierta categoría que de ella formaban parte se apearon para ir a saludarle. Yo me acerqué con los demás y encontré al monarca sentado en un sillón pasado de moda, tapizado de tela de rayas verdes y encarnadas y emplazado en la parte más elevada de un lugar de forma ovalada. Vestía el sultán al estilo tripolitano y, por encima, llevaba una camisa blanca, bordada en plata, a la manera sudanesa. Junto a él estaban algunos de sus mamelucos blancos y esclavos negros, con los sables desenvainados; detrás venían seis banderas y varios esclavos negros medio desnudos, armados con viejas lanzas y alabardas, del tipo que se usarían seguramente en tiempos de Saladino. Entramos en el círculo por un claro que se había dejado frente al sultán; al llegar al centro y siguiendo los usos cortesanos nos quitamos las zapatillas, acercándonos descalzos al imperial besamanos. Cada uno de nosotros se retiró luego sentándose a la derecha o a la izquierda, con lo cual se formaron dos largas hileras de personas respetuosamente sentadas. Finalmente entró en el circulo el jeque de los peregrinos con el sable desenvainado y precedido del atabal y la bandera verde que traía de la Meca. Los peregrinos le seguían entonando sus cánticos de alabanza a Dios, que les había permitido volver. Continuaron cantando hasta que el sultán despidió a su jefe con la promesa de mandar a cada tienda dátiles y harina."

En su última carta fechada en abril de 1800 afirmaba que emprendía de nuevo camino hacia Burnú: "nuestra caravana se dispone a emprender el viaje a Burnú; esta noche me uniré a ella"; tras avistar los lagos Chad y Kano no se volvió a saber nada de él.

Según algunos historiadores, murió en Nigeria, en los alrededores del río Níger (Bussa), en el año 1801 como consecuencia de la disentería. El manuscrito que remitió se publicó con el título de Viaje por África septentrional desde el Cairo hasta Murzuck.

Bibliografía

  • TREUE, W. La conquista de la Tierra. Barcelona, Ed. Labor, 1948.

Autor

  • Elena Escobar Blanco