Holland, Cecil (1887-1948).
Maquillador británico, nacido en Londres (Inglaterra) el 14 de octubre de 1887 y fallecido en Los Ángeles (California), el 20 de abril de 1948.
Vida.
Su padre, un marino inglés, apenas podía conseguir el dinero suficiente para mantener a la familia, lo que obligó a Cecil Holland a buscar empleo desde la infancia. Trabajó durante un tiempo en el campo, como jornalero, pero la necesidad lo empujó a la emigración. A duras penas ahorró algún dinero y consiguió un billete para Estados Unidos. Gracias a la ayuda de un granjero británico, entró en contacto con un familiar de éste, que trabajaba en una compañía teatral de la ciudad de Seattle. Sin conocimientos previos de interpretación dramática, Holland se decidió a salir a los escenarios como actor. Dado que su físico lo relegaba a papeles secundarios, empezó a experimentar con el maquillaje para conseguir con las caracterizaciones lo que no resolvía con el talento dramático. El truco funcionó y las intervenciones de Holland en escena se multiplicaron, pero acabó renunciando a este oficio por lo duro que le resultaba vivir en un constante nomadeo, sometido a los caprichos del público de las pequeñas ciudades y pueblos.
Tras intentarlo en varias ocasiones, consiguió un trabajo más estable en la incipiente industria cinematográfica, contratado como actor por la Selig Company en 1913. Pronto alcanzó cierta notoriedad gracias a su destreza a la hora de caracterizarse con diversos apliques y prótesis. De esta primera etapa suya como actor y maquillador destacó su papel de muerte en The man with the iron heart. Admirada por su labor en ésta y otras películas, la actriz y productora Mary Pickford lo llamó para que trabajase como caracterizador en The love light, película de 1921 que significó su punto de partida como maquillador profesional.
Colaborando estrechamente con Willis O’Brien, desarrolló la caracterización de simio que el actor Bull Montana empleó en El mundo perdido. Corría el año 1925 y Cecil Holland competía con Lon Chaney en el campo de los trucos de maquillaje, creando entre ambos los fundamentos de este tipo de efectos especiales.
Curiosamente, pese a los importantes descubrimientos de Holland en este terreno, son unos pocos títulos los que resumen lo mejor de su carrera, frente a la larguísima trayectoria profesional seguida por otros maquilladores. No obstante, eso no disminuye su importancia. En 1932 logró maquillar cicatrices con enorme verismo en Gran Hotel, y dos películas en las que aplicó sus técnicas de caracterización racial pasaron a la historia del maquillaje como fundamentales en esta especialidad. Tanto La máscara de Fu Manchú como La buena tierra ofrecen todo el catálogo de procedimientos utilizables para convertir en asiático a cualquier actor caucásico.
En la primera película citada, dirigida por Charles Brabin, Holland utilizó tiras adhesivas para orientalizar los párpados del actor Boris Karloff, empleando apliques de pelo para disimular las cejas y diversos pigmentos para colorear las facciones y volverlas angulosas. En La buena tierra repitió el proceso, convirtiendo a los actores Paul Muni y Luise Rainer en unos convincentes campesinos chinos.
Filmografía
1915: The man with the iron heart.
1916: The crisis.
1921: The love light.
1925: El mundo perdido.
1931: El pecado de Madelon Claudet; Son of India.
1932: La máscara de Fu Manchú; Gran Hotel.
1937: La buena tierra.
Bibliografía.
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KEHOE, Vincent. Special make-up effects. (Boston: Focal Press, 1991).
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TAYLOR, Al y ROY, Sue. Making a monster. (Nueva York: Crown Publishers Inc., 1980).
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Urrero PEÑA, Guzmán. Cinefectos: trucajes y sombras. (Barcelona: Royal Books, 1995).
