Gusmão, Xanana (1946-VVVV).
Político mauberense, líder histórico del movimiento independentista en Timor Oriental, nacido en Laleia el 20 de junio de 1946. Conocido con los alias de Xanana Gusmão y Kay Rala desde su época de guerrillero de las FALINTIL, José Alexandre Gusmão se convirtió en el primer presidente del nuevo estado soberano de la República Democrática de Timor Leste el 20 de mayo de 2002.
Hijo de un maestro de escuela, de quien heredó la afición por la lectura, cursó estudios primarios y algunos años de la enseñanza secundaria en la escuela de la misión católica "Nossa Senhora de Fatima" de la localidad timorense de Dare. Después se trasladó a la capital, Dili, donde asistió a la Escuela Superior. Cumplió el servicio militar obligatorio en las fuerzas armadas portuguesas durante tres años y después se empleó como ayudante de topografía antes de comenzar a trabajar, desde abril de 1974, en la emisora "A Voz de Timor". Aquel mismo año ingresó como militante en el FRETILIN (Frente Revolucionario para la Liberación de Timor Oriental) y poco después fue nombrado adjunto al jefe del Departamento de Información.
En aquellos meses, el movimiento nacionalista ganaba presencia en la colonia portuguesa y a mediados de 1975 controlaba de facto la mayor parte del territorio. Así las cosas, el FRETILIN proclamó unilateralmente la independencia de la República Democrática de Timor Leste el 28 de noviembre, aunque la soberanía del nuevo estado fue extraordinariamente efímera pues, el 7 de diciembre de ese mismo año, el ejército indonesio invadió Timor Oriental. La anexión, rechazada por Naciones Unidas, se hizo efectiva en 1976 y se prolongó durante un cuarto de siglo.
Durante años, las fuerzas de ocupación indonesias ejercieron una severa represión sobre los movimientos nacionalistas que quedaron drásticamente mermados. Cuando Nicolau Lobato, comandante de la resistencia militar organizada en torno a la guerrilla FALINTIL (Fuerzas Armadas de Liberación Nacional de Timor Oriental), murió en combate el último día del año 1978, Gusmão recogió el testigo de la causa independentista con el objetivo de reorganizar la resistencia. Escondido en la selva, su liderazgo al frente de la guerrilla contra la ocupación indonesia alcanzó muy pronto la categoría de leyenda y Gusmão se convirtió en el abanderado de las esperanzas soberanistas para el pueblo de Timor Oriental. En marzo de 1981 fue elegido comandante en jefe de las FALINTIL y promovió la formación de la Unidad de Política Nacional, frente común organizado junto a la Iglesia Católica que más tarde derivaría en la constitución del Consejo Nacional de Resistencia Maubere (CNRM).
El 20 de noviembre de 1992, el comandante Gusmão fue capturado en Dili y, dos meses después, las autoridades de Yakarta le juzgaron bajo las acusaciones de liderar ataques contra militares, cometer asesinatos y robos contra la población, socavar al Gobierno y poseer armas de forma ilegal. El 21 de mayo, el tribunal emitió su sentencia y condenó al cabecilla guerrillero a cadena perpetua por rebelión y conspiración contra el Estado indonesio. La presión internacional sobre el gobierno de Suharto logró reducir la condena inicial a 20 años de privación de libertad en la cárcel de máxima seguridad de Cipinang (Yakarta).
Durante su estancia en prisión estudió idiomas y leyes y ocupó el tiempo en cultivar sus aficiones por la pintura y la poesía. José Ramos-Horta desde su exilio estadounidense y el obispo de Dili, Carlos Felipe Belo, recogieron el liderazgo de la causa del pueblo timorense para denunciar en diversos foros internacionales las atrocidades de la dominación indonesia de Timor Oriental.
En 1992, Ramos-Horta presentó en la Eurocámara un plan de paz, que contó con el apoyo expreso de la Unión Europea, y cuatro años después fue galardonado, junto al Carlos Belo, con el premio Nobel de la Paz. Ambas circunstancias aceleraron la implicación de Naciones Unidades en la búsqueda de una solución al problema de Timor Oriental. Por otro lado, Portugal, que había roto relaciones con Indonesia desde que se produjo la ocupación, puso en marcha diferentes iniciativas para presionar al gobierno de Yakarta y en 1996 los mandatarios de ambos países, el primer ministro Guterres y el presidente Suharto, mantuvieron la primera reunión en dos décadas para tratar sobre el futuro de Timor Oriental.
El Gobierno indonesio dio los primeros síntomas de ceder ante la presión internacional a partir de 1997 cuando, coincidiendo con los actos conmemorativos del 52 aniversario de la independencia del país, redujo en algunos meses la condena de Gusmão. La caída del régimen de Suharto en mayo de 1998 y la llegada al poder del vicepresidente Habibie suavizó las medidas de aislamiento a las que estaba sometido el guerrillero. Un mes antes, los nacionalistas timorenses en el exilio, reunidos al norte de Lisboa en la Convención Nacional de la Diáspora, habían constituido el Consejo Nacional de la Resistencia Timorense (CNRT), del que Gusmão fue elegido presidente. Mientras, en el interior de la isla se recrudecía la violencia armada entre los elementos independentistas y las milicias paramilitares partidarias de la anexión a Indonesia.
Finalmente, el proceso negociador entre las delegaciones de Indonesia y Portugal concluyó el 5 de mayo de 1999 con un acuerdo, auspiciado por Naciones Unidas (UNAMET), para fijar la celebración de una consulta electoral en la que el pueblo timorense optaría entre una opción de carácter autonomista, propuesta por Indonesia, o un proceso independentista. El ansiado referéndum se celebró el 30 de agosto, una jornada histórica para los más de 400.000 mauberenses que acudieron a las urnas y se pronunciaron mayoritariamente (78,5%) por la creación de un estado soberano.
En los días posteriores a la consulta, los paramilitares, organizados y apoyados por el Ejército indonesio, lanzaron una escandalosa campaña de terror contra la población civil en represalia por el triunfo independentista. A pesar de las atrocidades cometidas, las fuerzas de ocupación indonesias abandonaron impunes el territorio que veinticinco años se habían anexionado con idéntica demostración de represión y violencia. Una fuerza internacional de paz (INTERFET), enviada por Naciones Unidas, restableció la seguridad en Timor Oriental. Desde el 25 de octubre de ese mismo año, el territorio quedó bajo administración transitoria de la ONU (UNTAET) en tanto se organizaba el proceso de independencia.
Xanana Gusmão, liberado el 7 de septiembre de 1999, regresó a la isla aclamado por la multitud. Entre sus primeras medidas, en el verano de 2000 optó por reincorporarse a la actividad política como civil y renunciar a su cargo de comandante en jefe de las FALINTIL. Transfirió el mando de la guerrilla al comandante Taun Matar Ruak y el 23 de octubre de ese mismo año fue elegido presidente del Consejo Nacional, un Parlamento de transición en el que se integraron 36 representantes de las fuerzas políticas y sociales timorenses. Dimitió del cargo el 28 de marzo de 2001 por las discrepancias que surgieron en la Asamblea respecto a la elaboración del primer texto constitucional del territorio.
El 30 de agosto de 2001 se celebraron elecciones para elegir el Parlamento Constituyente y el FRETILIN consiguió una abrumadora mayoría. Días antes, Gusmão había anunciado su candidatura a las presidenciales del 14 de abril de 2002, que disputaría frente a Francisco Xavier do Amaral, el efímero presidente que dirigió el país en 1975 durante los nueve días que mediaron entre la retirada portuguesa y la ocupación indonesia. El ex guerrillero y líder de la lucha independentista logró un aplastante triunfo con el 82,69% del apoyo popular. El 20 de mayo de 2002, fecha reservada para la proclamación oficial de Timor Oriental como estado soberano, Xanana Gusmão juró el cargo como presidente de la nación.
Su trayectoria política ha sido reconocida con la concesión de prestigiosos galardones, como la Orden de la Libertad portuguesa (1993) y el Premio Sajarov de Derechos Humanos del Parlamento Europeo (1999). Entre su producción literaria, destacan algunos poemarios; Mauberiadas, Mar Mío, y ensayos políticos;Timor Este: Un pueblo, una patria.
