Gómez, Laureano (1889-1965).

Presidente colombiano, nacido en Bogotá el 20 de febrero de 1889 y muerto en la misma ciudad el 31 de julio de 1965. Fue bachiller del Colegio de San Bartolomé, regentado por la Compañía de Jesús, en 1904. Estudió Ingeniería Civil en la Universidad Nacional en Bogotá, donde se graduó en 1909. Este último año fundó el periódico La Unidad y se dedicó a la política activa. En 1911 fue electo diputado a la Asamblea de Cundinamarca. A los 22 años resultó elegido a la Cámara de Representante por Cundinamarca, corporación para la que fue reelegido hasta 1918; repitió luego en el período de 1921 a 1923. Se casó en 1916 con María Hurtado Clavijo, matrimonio del que dos hijos, Álvaro y Enrique, desempeñaron una meritoria carrera política. El primero de ellos fue varias veces candidato a la Presidencia y murió asesinado en 1995.

En 1923 Laureano Gómez fue designado delegado a la 5ª Conferencia Panamericana reunida en Santiago de Chile, año en que ocupó también el cargo de embajador ante la República de Argentina, donde permaneció hasta 1925. Regresó para ocupar el Ministerio de Obras Públicas (1925-26) durante el gobierno de Pedro Nel Ospina, en cuyo desempeño se terminó de construir la Ciudad Universitaria de Bogotá. En 1931 fue nombrado embajador en Alemania. Habiendo sido electo senador en 1931, regresó a su país en 1932; fue designado Presidente de dicha corporación. A la vez fue nombrado jefe del Partido Conservador, cargo que ocupó hasta 1944. Como miembro de la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, y con ocasión de la discusión del Tratado de Paz con el Perú, se ganó el mote de Ovejo Gómez al confundir, durante una acalorada discusión con el presidente Suárez, ovejo con cordero. En 1936 fundó El Siglo, tribuna desde la que se consagró como implacable opositor. Fue uno de los más grandes oradores y tribunos hispanoamericanos de la época, como se evidenció en 1941, con ocasión de la demoledora campaña que capitaneó en contra del presidente liberal Eduardo Santos.

Entre 1947 y 1948 ocupó la cartera de Relaciones Exteriores durante la Administración de su rival de partido, Mariano Ospina Pérez; dimitió al producirse el bogotazo -9 de abril de 1948, fecha en la que actuaba como Presidente de la IX Conferencia Panamericana. En dicho año fue designado embajador en España, de donde regresó como candidato del Partido Conservador para el período 1950-1954; en esa ocasión abandonó la dirección de El Siglo. Al haber decretado, el 9 de noviembre de 1949, el presidente Ospina Pérez la clausura temporal del Congreso, Gómez resultó electo Presidente gracias a la abstención electoral del Partido Liberal. Se posesionó del cargo el 7 de agosto de 1950, ante el Presidente de la Suprema Corte de Justicia, Diego Sarasti, ya que continuaba cerrado el Congreso.

Por motivos de salud pidió una licencia temporal, permiso que se le otorgó el 31 de octubre de 1951. Cesó en el ejercicio del cargo el 5 de noviembre de 1951; fecha en la que asumió la presidencia el designado Roberto Urdaneta Arbeláez, apodado El Sordo.

Durante su mandato se acometieron importantes obras deportivas en Bogotá y Medellín. Se emprendieron también novedosas campañas de salubridad -contra la fiebre amarilla y la malaria- particularmente en varios puertos marítimos de la costa pacífica y atlántica. Durante su mandato revirtió la Concesión de Mares, que dio origen a la fundación de la Empresa Colombiana de Petróleos -Ecopetrol- conformándose la base de una incipiente industria petrolera y petroquímica nacional con la ampliación de la refinería de Barrancabermeja y el inicio de la construcción de infraestructura básica, con el oleoducto Puerto Salgar-Bogotá. En el campo político, se reglamentó el estatuto del parlamentario, en el que se prohibía que durante el ejercicio de su cargo los miembros del Congreso pudiesen contratar con la nación, los departamentos o los municipios; a la vez se redujo el sueldo de los Congresistas.

En las elecciones parlamentarias de 1951, el partido liberal se abstuvo de nuevo; quedó el Congreso conformado sólo por conservadores, partido que, no obstante, afrontó una aguda división promovida por los seguidores del ex-presidente Mariano Ospina Pérez, opuesto al estilo y dirección política del gobierno de Gómez. Ante la inminencia de un golpe de Estado propiciado por todos los grupos políticos, incluido su opositor de partido Ospina Pérez, decidió retomar el poder el 13 de junio de 1953, exigiéndole previamente al Presidente en ejercicio, Urdaneta Arbeláez, la destitución del general Gustavo Rojas Pinilla, Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. Ante la negativa y confusión del momento, el decreto del caso lo firmó su ministro de Guerra Jorge Leyva, quien al pretender ser reconocido como tal por las tropas de la capital, fue apresado, hecho que precipitó un golpe de estado. Laureano Gómez salió del país y se radicó en Barcelona, desde donde emprendió en solitario una larga e infructuosa campaña tendente a minar la autoridad moral del gobierno dictatorial del general Rojas Pinilla. Éste, próximo a concluir el período de Gómez, bajo el lema populista Paz, Justicia y Libertad, había conseguido una adhesión popular mayoritaria, y el 15 de julio de 1953 fue reelegido para un nuevo mandato -de 1954 a 1958- por la misma Asamblea Nacional Constituyente que había sido convocada por el gobierno de Gómez.

En julio de 1957 Laureano Gómez suscribió con sus rivales liberales Alfonso López Pumarejo y Alberto Lleras Camargo los Pactos de Benidorm y Sitges que dieron origen al Frente Nacional. Además de provocar la caída de la dictadura, y con el supuesto propósito de civilizar la política nacional, exterminar la violencia política de los últimos 50 años, y favorecer la recuperación de la economía del país, ambos partidos, con exclusión de cualquier otra agrupación política, decidieron alternarse en el poder -Presidencia y Congreso- durante 16 años, repartiéndose todos los cargos públicos del país, electivos o de designación.
El 13 de junio de 1958, tras un golpe de la cúpula militar contra el dictador Rojas Pinilla, Gómez pudo regresar al país. A pesar de su precario estado de salud, desempeñó un activo papel en las designaciones de los primeros candidatos frente-nacionalistas a la Presidencia de la República, impidiendo entre otras cosas, la elección del primero de ellos, el también conservador Guillermo León Valencia y optando por la reelección del liberal Alberto Lleras Camargo. En 1984 se editaron sus Obras Completas; en las que figuró un estudio monográfico sobre el general Francisco de Paula Santander, fundador y mentor ideológico del partido liberal.

Bibliografía

• ARISMENDI POSADA, Ignacio: Presidentes de Colombia; 1810-1990. Bogotá: 1989

• GÓMEZ, Laureano: Desde el exilio. Bogotá.

• MENDOZA VÉLEZ, Jorge de: Gobernantes de la Nueva Granada (Síntesis biográficas). Bogotá: 1953.

Autor

• Enciclonet