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LiteraturaBiografía

Gardini, Carlos (1948-2017).

Narrador y traductor argentino, nacido en Buenos Aires el 26 de agosto de 1948 y fallecido ibídem el 1 de marzo de 2017. Hombre de acusadas inquietudes intelectuales, orientó toda su formación académica hacia el estudio de las Letras y el cultivo de la creación literaria, hasta convertirse en una de las voces más destacadas de la narrativa argentina de finales del siglo XX. Especialista en literatura inglesa, brilló a gran altura en su faceta de traductor, con versiones espléndidas en castellano de algunas de las obras más destacadas del londinense afincado en España Robert Graves y del norteamericano nacionalizado británico Henry James. Además, Carlos Gardini vertió a la lengua de Cervantes la obra completa de uno de los grandes maestros universales de la ciencia ficción, Cordwainer Smith; pero, por encima de todos estos trabajos de notable calidad, hay que situar sus traducciones de diferentes escritos de William Shakespeare, cuyos sonetos alcanzaron en las versiones en castellano de Carlos Gardini una altura poética comparable a la exhibida por los originales en inglés.

En su faceta de escritor, el autor bonaerense se dio a conocer como narrador a comienzos de los años ochenta gracias a un relato titulado "Primera línea", que se alzó con el primer premio de un certamen de narraciones breves fallado en 1982 por un jurado en el que figuraban algunos maestros de las Letras hispanoamericanas de la talla del argentino Jorge Luis Borges y el chileno José Donoso. En esta primera muestra de su talento literario (planteada, según la elogiosa reseña crítica del Buenos Aires Herald, como "una visión fantasmagórica de la guerra de Malvinas"), Carlos Gardini mostraba un asombroso dominio de las técnicas del relato que quedó bien patente al cabo de un año, cuando el narrador bonaerense dio a la imprenta su primera colección de narraciones breves, publicada bajo el título de Mi cerebro animal (Buenos Aires: Minotauro, 1983), obra que puso de manifiesto también la singular predilección de Gardini por un subgénero narrativo que, en las Letras castellanas, no ha gozado de demasiada aceptación por parte de los autores y la crítica: el de la ciencia ficción. A pesar de ello, la prensa cultural de la época saludó con entusiasmo esta primera colección de cuentos de Carlos Gardini y llegó a sostener que su publicación "será clave para la literatura de ciencia ficción en la Argentina: marca el surgimiento de un autor con todas las de la ley" (Marcelo Figueras).

En efecto, a partir de entonces se sucedieron vertiginosamente, sin apenas solución de continuidad, otras recopilaciones de relatos que vinieron a confirmar las expectativas despertadas en críticos y lectores por la primera entrega narrativa de Carlos Gardini. Así, el mismo año en que vio la luz Mi cerebro animal salió también de los tórculos Primera línea (Buenos Aires: Sudamericana, 1983), título que, además del famoso relato primerizo de Gardini premiado en 1982, englobaba otros cuentos tan extraordinarios como "Cesarán las lluvias" y "Reliquias". Sin apenas dar respiro a sus lectores, el narrador de Buenos Aires dio a la imprenta al año siguiente una nueva recopilación de narraciones breves que, bajo el epígrafe de "Sinfonía Cero" (Buenos Aires: Riesa, 1984), presentaba otros relatos excelentes, como el titulado "La Fortaleza de la soledad"; y en el transcurso de aquel mismo año llegó a los anaqueles de las librerías bonaerenses la primera narración extensa de Carlos Gardini, publicada bajo el título de Juegos malabares (Buenos Aires: Minotauro, 1984).

Consagrado, en apenas dos años, como una de las voces más innovadoras de la última narrativa austral, Carlos Gardini no sólo no defraudó a sus lectores en sus siguientes entregas literarias, sino que supo abordar otros géneros narrativos y registros temáticos que, sometidos al poderoso aliento de su prosa, le granjearon algunos de los premios y honores más prestigiosos de las Letras argentinas (entre otros, el "Premio UPC de Novela Corta de Ciencia Ficción", en su convocatoria de 1996). Así, v. gr., a finales de los años ochenta se adentró en la complejidad de la literatura infantil y juvenil con Cuentos de Vendavalia (Buenos Aires: Sudamericana, 1988), obra en la que demostró que su talento narrativo era capaz de enganchar a cualquier tipo de lector. Con todo, su nombre ha quedado ligado de forma inseparable al cultivo de la ciencia ficción, hasta el extremo de que uno de los mayores especialistas en este género -el crítico Pablo Capanna- ha llegado a afirmar que el narrador de Buenos Aires "ha demostrado que puede hacerse ciencia ficción sin recluirse en el provincialismo cultural y poniéndose a la altura de los modelos consagrados". Para no contradecir estos elogios, Carlos Gardini volvió a zambullirse plenamente en los nebulosos dominios de la imaginación con su siguiente novela, titulada El Libro de la Tierra Negra (1993), una espléndida narración que a otro maestro de la crítica -C. Antagnazzi- se le antoja "casi con seguridad, la primera novela auténtica de ciencia ficción -en su concepción clásica- que se ha escrito en la Argentina".

J. R. Fernández de Cano.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.