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HistoriaPolíticaBiografía

Burke, Edmund (1729-1797).

Parlamentario, pensador político y económico británico, nacido hacia el 12 de enero de 1729 en Dublín (Irlanda), y muerto el 9 de julio de 1797 en Beaconsfield (Buckinghamshire). Defendió a los colonos americanos, la concesión de derechos a los irlandeses y la limpieza del gobierno de la India, pero se opuso con gran fuerza a la Revolución Francesa. Aunque perteneciente a una corriente liberal moderada y reformista, puso las bases del ideario conservador posterior. Buscó siempre los principios morales generales de su acción política, pero sin llegar a ser -no quiso serlo- un teórico, pues su acción dependió, con cierto tono utilitarista, de las circunstancias concretas con que se encontraba. Partidario del libre mercado, defendió la tradición constitucional inglesa, el orden jerárquico heredado y el valor de las costumbres recibidas.

Educación y primeras obras: de Irlanda a Inglaterra (1729-1758)

Irlandés, de padre protestante y madre católica, Burke estudió en un internado cuáquero de Yorkshire y luego en el Trinity College de Dublín (1744). De esta etapa proviene su buen conocimiento de las lenguas clásicas. Durante algunos meses publicó, con la ayuda de unos amigos, el semanario The Reformer (El Reformador), en el que criticó la mala administración de la aristocracia británico-irlandesa protestante, que mantenía al campesinado irlandés en una gran pobreza. En 1750, por deseo de su padre, se trasladó al Middle Temple de Londres, donde estudió Derecho.

Sin embargo, pronto desplazó su atención al mundo literario. Así, entre 1756 y 1757 publicó dos obras: la primera, Vindication of Natural Society in a Letter to Lord Bolingbroke by a Late Noble Writer (Justificación de la sociedad natural en carta de un antiguo y noble escritor a Lord Bolingbroke), criticaba y satirizaba anónimamente el pensamiento de Henry Saint John Bolingbroke sobre la sociedad y religión naturales, en detrimento de la sociedad política y la religión revelada. La segunda, A Philosophical Enquiry into the Origin of our Ideas of Sublime and Beautiful (Investigación filosófica sobre el origen de nuestras ideas de lo sublime y lo bello), fue bien apreciada en Inglaterra y conocida en el extranjero por los enciclopedistas y por algunos de los más importantes pensadores alemanes, como Lessing o Kant). La temática y calidad de las obras le ayudó probablemente a establecer amistad con numerosos artistas, entre los cuales estuvo Joshua Reynolds, y con importantes políticos conservadores (con quienes fundó hacia 1762 el Club).

Casado en 1757, las necesidades económicas derivadas le impulsaron a buscar un trabajo estable: comenzó, sin llegar a terminarla, una historia de Inglaterra (publicada póstumamente como Ensayo de un Resumen de la Historia Inglesa), y en 1758 fundó un anuario de política mundial: The Annual Register (El registro anual), que dirigió hasta 1776, y en el que escribió durante treinta años.

El político whig: el Parlamento, América, Irlanda y la India (1759-1788)

En 1759, William Gerard Hamilton -parlamentario y luego primer secretario del Gobernador de Irlanda-, le tomó como secretario privado. En 1765 pasó a serlo de Charles Watson-Wentworth, marqués de Rockingham y destacado político whig, líder liberal y Primer Ministro durante un año, a quien sirvió hasta que murió, en 1782. El más destacado servicio que Burke le ofreció fue el dotar de unidad de principios a su grupo parlamentario. Para él, diputado por Wendower desde 1766, fue el medio de introducción en la alta política, entonces dominada por la controversia sobre la primacía del rey o del propio parlamento. Desde finales del siglo XVII, éste se había impuesto al monarca, pero el activo Jorge III había logrado recuperar autoridad. Burke, buen orador y propagandista gracias a su conocimiento de la lengua y literatura clásicas, tuvo un importante y activo protagonismo en la réplica parlamentaria; asimismo, lo tuvo en la denuncia de los abusos de gobierno y en la promoción de reformas moderadas. En un largo comentario a la obra de lord Rockingham titulada Thoughts on the Cause of the Present Discontents (Pensamientos sobre la causa de los descontentos actuales, 1770) que criticaba el control del gobierno por el rey, Burke definió por primera vez el papel de los partidos: grupos unidos de hombres dedicados al bien público, mediadores entre el rey y el parlamento que debían aportar estabilidad y fuerza en el gobierno, y en la oposición, crítica de la acción gubernamental.

En la década de los setenta se ocupó intensamente de la cuestión americana: defendió la supresión de la Stamp Act (Ley del sello, tasa impuesta a los colonos americanos que gravaba toda tramitación de documentos jurídicos). En varios discursos y escritos, ejemplo de los cuales pueden ser Discurso sobre el impuesto americano (1774), Discurso sobre el Cambio de sus Resoluciones para la Conciliación con América (1775) o Carta a los sheriffs de Bristol sobre los asuntos de América (1777), expresaba su simpatía hacia los colonos, consideraba injustos los impuestos con que se les gravaba y afirmaba que su eliminación posibilitaría una reconciliación; no negaba la competencia británica para imponer tales impuestos, sino que criticaba el modo en que se había hecho. También defendió la aplicación de una política más suave y la concesión de derechos en su Irlanda natal. En 1774 había sido elegido representante en el Parlamento de la difícil circunscripción de Bristol; Burke no pudo mantener la confianza de sus electores al no aceptar sus instrucciones, y seis años después pasó a representar al menos complicado distrito de Malton -un pequeño condado de lord Rockingham-.

Desde entonces dedicó su atención a cuestiones internas: la añeja cuestión de los límites de la autoridad de la Corona (asunto al que se refería su obra de 1780, Discurso sobre la Presentación a la Cámara de los Comunes de un Plan para Asegurar la Independencia del Parlamento, y la Reforma Económica de la Administración Pública y de Otros Organismos), o a trabajos administrativos para su partido. Pero sus principales esfuerzos se destinaron a una investigación parlamentaria (iniciada en 1781) sobre la labor de gobierno de la Compañía de las Indias Orientales. Desde 1783 (Discurso sobre el Proyecto de Ley de Fox sobre las Indias Orientales) trató de hacer aprobar leyes que pusiesen fin a lo que él denunciaba como despotismo, arbitrariedad, corrupción y rapacidad en la administración de la India; sus insistentes acusaciones, que llegaron hasta la obstinación, lograron hacer procesar al administrador colonial, Warren Hastings (1788), aunque luego éste sería declarado inocente tras un juicio de varios años.

El matiz conservador: la Revolución Francesa. Pensamiento político y económico (1789-1797)

Iniciada la Revolución Francesa en 1789, Burke la miró en un principio con cierta simpatía al considerar que tenía como ejemplo la revolución americana, pero el extremismo que pronto adquirió le llevó a oponerse fuertemente a ella; consciente de las repercusiones que podía tener en Inglaterra y el resto de Europa, se dedicó a enfrentarse a ella hasta su retirada de la vida política en 1794. Así, en 1790 publicó, en respuesta a una conferencia de Richard Price, quien simpatizaba con los revolucionarios, su más importante obra: Reflexiones sobre la Revolución en Francia y sobre los Procedimientos de Ciertas Sociedades de Londres con Respecto a ese Suceso; en ella atacaba la excesiva abstracción del ideario revolucionario, y defendía por el contrario el valor de normas acordes con la naturaleza humana, y heredadas de tiempos anteriores (Mediante una política constitucional que opera según las pautas de la naturaleza, recibimos, conservamos y transmitimos nuestro gobierno y nuestros privilegios, del mismo modo en que gozamos de, y transmitimos, nuestra propiedad y nuestras vidas. Las instituciones de la política, los bienes de fortuna y los dones de la Providencia nos son transmitidos y los transmitimos en el mismo curso y orden).

En otra de sus obras, publicada el año siguiente, y titulada Llamamiento de los Nuevos a los Viejos Whigs, reforzó sus argumentos con un incipiente desarrollo de una teoría política rudimentaria derivada de los principios de la naturaleza humana, y de una teoría de la Constitución inglesa. Lo esencial de tal teoría era el abandono de las pasiones de la condición natural, trocadas por la sociedad civil, de modo que personas y bienes quedaran seguras; se hacía necesario un poder que mantuviese tal cambio. Este razonamiento apareció de nuevo en Carta a un Miembro de la Asamblea Nacional ese mismo año de 1791. Defendía los derechos concretos, como el derecho a la propiedad, de trabajo y heredada, y que sólo existía un pueblo cuando se aceptaba un orden jerárquico, lo cual le llevaba a afirmar que los derechos del hombre francés no podían ser considerados como tales, pues en Francia se había eliminado ese orden. Los representantes políticos no debían ser designados por mayoría numérica de votos, debido a que la mayoría no siempre sabía cual era su interés, sino según los criterios de capacidad y propiedad, es decir, una aristocracia. Pocos tendrían derecho a voto: hombres de edad adulta, que dispusiesen de medios, lo cual repercutiría en que tuviesen tiempo para informarse e independencia de juicio. Burke, por tanto, se manifestaba en cierto modo heredero del Derecho natural medieval (y de los empiristas ingleses Locke y Hume, además de la doctrina de Hobbes), pero dándole un contenido nuevo, social y económico.

Él, que hacia el final de su vida se veía a sí mismo como economista político, desarrolló su pensamiento al respecto en Pensamientos y Pormenores sobre la Escasez (1795), obra escrita con ocasión de una reforma en el sistema de pagos a los trabajadores, aprobada por los jueces de paz de Speenhamland (Berkshire), y que el criticó porque interfería las leyes de mercado y atacaba la propiedad. Cercano a Adam Smith, afirmaba la eficiencia productiva y la justicia distributiva del libre comercio, sin intervenciones (salvo el caso de guerra económica), como tampoco debía haberlas en la regulación de los salarios, sujetos a la oferta y la demanda. Era un sistema capitalista, que Burke defendía por considerarlo sistema natural establecido por la Providencia: esta postura era la que le había llevado a afirmar al mismo tiempo el libre comercio y el orden jerárquico heredado, pues éste era ya capitalista. Abandonó el Parlamento en 1794, al terminar el juicio contra el gobernador de la India, pero continuó escribiendo a favor de los irlandeses, en contra de la Revolución Francesa (se oponía al reconocimiento del nuevo gobierno: Three Letters Addressed to a Member of the Present Parliament on the Proposals for Peace, with the Regicide Directory of France -Tres cartas dirigidas a un miembro del actual Parlamento sobre las negociaciones de paz con el Directorio regicida de Francia), y en defensa de sí mismo frente a las críticas. Murió en su casa de Beaconsfield poco después, en 1797.

El pensamiento de Burke, recogido en los numerosos escritos y discursos citados, nunca fue sistematizado por él. Fue el cuerpo doctrinario en que se inspiraron tanto el liberalismo como el conservadurismo británicos posteriores (si en el siglo XIX se le consideró un liberal puro por su defensa del Parlamento frente a la Corona, en el siglo XX se apreció más su faceta conservadora y burguesa), y también influyó en otros pensadores europeos, como Tocqueville y los contrarrevolucionarios y tradicionalistas franceses (De Meistre, De Bonald) y alemanes. Por su defensa del sentimiento en el campo de la estética fue precursor, en cierto modo, del Romanticismo.

Bibliografía

  • CASTRO, D. Burke, la revolución y los intelectuales. (Barcelona: Institut de Ciències Polítiques i Socials, 1993).

  • LOCK, F. Edmund Burke. 2 vols. (Oxford: Clarendon Press, 1998).

  • McPHERSON, C.B. Burke. (Madrid, Alianza Editorial: 1984).

  • TODD, W. A bibliography of Edmund Burke (Suffolk: St. Edmundsbury, 1982).

  • O’GORMAN, F. British conservatism: conservative thought from Burke to Thatcher. (Londres: Longman, 1986).

Autor

  • Bernardo Gómez Álvarez