Berengo Gardin, Gianni (1930-VVVV).
Fotógrafo italiano, nacido en Santa Margherita Ligure en 1930.
Vida
Nacido en el seno de una familia que regentaba un hotel de lujo, tuvo una infancia feliz con una situación económica bastante desahogada. En 1940, cuando estalló la Primera Guerra Mundial, su padre partió al frente con la consiguiente ruina económica de la familia, que se estableció en Roma. Con dieciocho años marcha a Suiza a estudiar secundaria, y es allí donde comienza su prestigiosa carrera como fotógrafo. A su vuelta a Italia en 1952, se une al círculo fotográfico “La Góndola”, cuyos integrantes participan del ideal del neorrealismo italiano. En esta etapa conoce a Paolo Monti. Dos años más tarde se traslada a París para conocer a los grandes maestros documentalistas como Doisneau, Ronis y Masclet y, a su vuelta a Venecia, continúa trabajando en solitario, aunque posteriormente funde el grupo “Il Ponte”.
En 1957, realiza gran parte de las fotografías de Venise des saisons (libro que no fue editado hasta 1965 por falta interés editorial). Fue en 1962, cuando abandonó la tienda de cristal de Murano que regentaba y se lanzó a realizar sus primeros trabajos profesionales. Dos años después se asienta definitivamente en Milán, y comienza a colaborar con el Touring Club italiano. En 1970 publica la monografía L´occhio come mestiere y en 1973 realiza los primeros reportajes con Europa como escenario. Seis años más tarde, viaja junto a Cesare Zavattini, con quien había estudiado el mundo del arte “naif” para fotografiar Luzzara. Al año siguiente marcha a la India, donde realiza L´India dei villaggi, que en 1981, sería el motivo del premio Scano de fotografía que le fue concedido.
Su obra se caracteriza por la ingenuidad y la sencillez, cualidades que proyectan sobre el espectador un sentimiento de simpatía; a esto contribuyen tanto su trayectoria vital como la evolución estética desarrollada a lo largo de su dilatada carrera. La mirada de Berengo Gardin no busca nada más allá de lo cotidiano, lo instantáneo o lo fugaz, si bien añade unas notas divertidas e inocentes que dotan a su obra de su carácter "naïf" . Influido por la filosofía de la “image à la sauvette” de Cartier-Bresson, supo desarrollar en París la capacidad de prefigurar la imagen al sintetizar ésta un momento antes de disparar: así se capta la fracción de segundo en la que “todo sucede”. Y aunque la aproximación al sujeto está claramente inspirada por Bresson, Berengo la ha revestido de una agudeza irónica que se acerca más a un Doisneau. No es necesario tener una elevada formación icónica ni una especial sensibilidad para que el espectador pueda comprender y compartir las imágenes del autor italiano: "...con mis fotografías sólo pretendo ofrecer al sujeto la oportunidad de expresar su propia esencia".
Las fotografías de Berengo Gardin le conducen inevitablemente a ser el fotógrafo del ciudadano, del hombre, el narrador de lo cotidiano. Analizó como nadie la interacción del hombre para con su entorno, una veces con fina ironía y distanciamiento, otras, con una actitud de simpatía y participación. Si cada fotografía es para él una elección sobre la diversidad de lo real, procura evitar la subjetividad procurando aproximarse a la realidad dando la máxima información sobre cada situación para ofrecer así un amplio campo de perspectivas. De este modo, sus reportajes no son el mero registro de la realidad sino toda una narración previamente estudiada e investigada.
Bibliografía
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Chiaramonte, Giovanni: La imagen del mundo. Los grandes fotógrafos. (Barcelona: Orbis, 1983).
MMMM / Roberto C.Gozalo
