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LiteraturaBiografía

Anacreonte (560-475 a.C.).

Los datos que se tienen sobre la biografía de Anacreonte son ciertamente escasos, por lo que a veces se han suplido con elementos de ficción. No se sabe exactamente la fecha de su nacimiento, aunque tuvo lugar en el siglo VI a.C. (probablemente en el año 560) en Teos, ciudad de Asia Menor. Diversos acontecimientos sucedidos en Jonia le obligaron a abandonar su tierra natal y a refugiarse en varias ciudades de Grecia. Su fama poética se extendió pronto por todo el país. Polícrates, rey de Samos, le protegió como mecenas. En esta corte cultivó la amistad íntima de Batilo, joven de gran hermosura al que alabó en sus composiciones, y trabó correspondencia con la poetisa griega Safo. Muerto su protector, encontró acogida en casa de Hiparco en Atenas, hombre sensible a la poesía, y en cuya corte permaneció siete años. Pasó luego a Tesalia donde residió algún tiempo, aunque algunos biógrafos creen que se alejó de Atenas y volvió a Teos donde se hallaba aún cuando las colonias jónicas pretendieron romper sus lazos con Persia. Se cree que llegó a los 85 años en una situación de bienestar, después de vivir en distintas cortes, lleno de placeres y gloria. Nada se sabe de su muerte, posiblemente ocurrida el año 475 a.C. en Atenas. Esta ciudad le erigió una estatua en la que se le presentaba cantando, efigie que fue situada próxima a las de Pericles y Zantipo.

Sobre su personalidad sólo se sabe lo que el poeta descubre en sus versos. Éstos dan idea de un hombre sensual, amable, bebedor y mujeriego. Algunos han sacado la conclusión de que fue un personaje disoluto, de costumbres livianas y entregado a los placeres del vino y del amor. Le acusan de dos vicios, la embriaguez y la sensualidad, ya que se perciben en sus versos su constante borrachera y sus infieles amores. Sin embargo, cabe preguntarse: ¿se puede identificar al poeta con la personalidad del autor real? En su favor hay que decir que celebra el vino porque aumenta la alegría, que las religiones paganas no condenaban la borrachera, que Baco era el protector de los beodos y que la moral no era en aquellos tiempos tan rígida; su poesía amorosa tampoco es inmoral, simplemente admira la belleza femenina y en sus composiciones canta a las mujeres que tomaban parte en los convites y en las fiestas de Baco. Creía en la amistad y en las relaciones humanas. Fue equilibrado y moderado; no ambicionó nunca riquezas ni honores, y encontró la felicidad en la vida tranquila.

Escribió numerosas composiciones, muchas perdidas posiblemente por el celo moralista de la iglesia griega (especialmente de san Gregorio Nacianceno) y bizantina, defensoras de la moralidad, o por las invasiones bárbaras y el paso del tiempo en general. Resulta difícil precisar el número de poesías que compuso Anacreonte, pues editores y traductores no coinciden. El corpus poético de Anacreonte lo componen unas 55 odas (algunas más según algunos recopiladores), además de sátiras, elegías, himnos, poemas bélicos, epigramas... Son poesías frívolas, de pasatiempos, galanteos, declaraciones de amor... Llevan al lector a un mundo de paz, tranquilidad, armonía, ensueño, lleno de sensualidad: colores, olores, que incitan al goce. Los temas son sencillos: el vino, el amor en todas sus facetas, la mujer, la naturaleza..., todos ellos relacionados con una filosofía optimista y una visión placentera de la vida, con el hedonismo y el epicureísmo. No falta, sin embargo, una meditación profunda sobre el hombre y algunos motivos más serios (las riquezas, el tiempo, la amistad). Sin embargo, la vida de Anacreonte no debió de ser agradable, ni estar llena de riquezas y lujos, pues, debido al dominio que ejercían los monarcas persas sobre todos los núcleos griegos de la costa asiática y las islas, tuvo que huir de Teos a causa de la invasión, de Samos cuando asesinaron a Polícrates, de Atenas por la muerte de Hiparco. Pero en la obra conservada no hay ninguna alusión dramática, quizá debido a su temperamento personal, su sentido estoico de la vida y al distanciamiento idealizador con el que supo contemplar todas las cosas del mundo. El estilo de Anacreonte está en relación con los temas que trata, aunque en general es sencillo y llano, sin grandilocuencia ni apasionamiento, en ocasiones reiterativo y monótono. Métricamente son poemas cortos, a veces de una sola estrofa, de versos también cortos, en los que se sucede con monotonía el dímetro yámbico cataléctico.

Anacreonte fue un poeta de renombre en la literatura universal. Su obra se difundió desde su muerte hasta el siglo X después de Cristo. Su imagen decayó durante la Edad Media, época en la que el predominio de la cultura eclesiástica no favorecía la presencia del espíritu placentero y pagano del poeta griego. Resurgió potenciado por el Humanismo del Renacimiento, en que sus poesías se difundieron por todas las naciones europeas cultas, especialmente Francia e Italia antes de llegar a nuestro país.

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