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HistoriaBiografía

María Teresa de Braganza. Princesa de Beira (1793-1874).

Infanta portuguesa, primogénita del rey Juan VI de Portugal (1816-1826) y de la reina Carlota Joaquina, hermana de Fernando VII de España (1814-1833). Nació en Lisboa, en el año 1793, y murió en Trieste (Italia), en el año 1874. Fue hasta su muerte una defensora a ultranza del bando tradicionalista y del Antiguo Régimen.

En el año 1810, la infanta contrajo matrimonio con don Pedro Gabriel de Borbón, infante de España e hijo de don Gabriel. Tras dar a luz a un hijo al año siguiente de su matrimonio, al que llamó Sebastián, en el año 1812 se quedó viuda y se trasladó a la Corte de Madrid, donde residían sus dos hermanas, doña María Isabel de Braganza, segunda esposa de Fernando VIII, y doña María Francisca de Braganza, casada con el infante español y pretendiente al trono don Carlos María Isidro, a la sazón hermano del monarca español.

Desde Madrid, la joven y bella princesa portuguesa se dedicó a la alta política palaciega conspirando contra todos los que se pusieron en su contra y ayudando económicamente —y también diplomáticamente— a su hermano Miguel para que éste restableciera el absolutismo más intransigente en Portugal. Tanto ella como su hermana María Francisca se mostraron las más fieles y fanáticas protectoras de la política del bando conocido como apostólico, grupúsculo cortesano que apoyaba las pretensiones al trono español en favor del hermano de Fernando VII, don Carlos María Isidro. Al negarse a reconocer a la heredera al trono, la princesa-niña Isabel II (1833-1868), la princesa Beira acompañó a su hermana y al pretendiente carlista en su exilio portugués en el año 1833. Nada más estallar la guerra civil, la primera de las Guerras Carlistas, María Teresa se mostró como uno de los personajes más activos a la hora de fomentar y propulsar el ideario del pretendiente carlista al trono.

Después de morir su hermana en el exilio inglés, en el año 1834, María Teresa se hizo cargo del cuidado de sus sobrinos y regresó a España, instalándose en la zona carlista, donde prosiguió con su labor propagandística en apoyo a la causa de su cuñado, con el que acabó casándose en el año 1838 y acompañó en su campaña de las Vascongadas.

En el año 1839, una vez acabada la primera guerra carlista con la victoria de las tropas realistas lideradas por el general Baldomero Espartero, María Teresa de Braganza se eclipsó en el panorama político español hasta su regreso en el año 1861, fecha en la que, tras morir su hijastro Montemolín (Carlos VI para los carlistas), intervino con energía en el bando tradicionalista para criticar y sancionar sin paliativos la actitud marcadamente liberal y moderada en exceso del nuevo pretendiente carlista don Juan. María Teresa, sin pensárselo dos veces, dio publicidad a una durísima recriminación contra don Juan en una carta larguísima que tituló Contra los españoles, en la que afirmaba, sin ningún margen de dudas, la total compatibilidad del carlismo con el liberalismo.

Cuando ya la lucha dinástica por el trono español parecía haberse relegado al olvido entre las filas de los carlistas, la princesa Beira siguió manteniendo contactos con sus jefes y reafirmando su adhesión a los principios tradicionalistas. Fue labor suya el renacimiento de las apetencias al trono español en el nieto del primer pretendiente, Carlos María de los Dolores, duque de Madrid, quien, ante los tumultos ocasionados por la Revolución de 1868 que acabó expulsando del trono a Isabel II, se proclamó rey de España con el nombre de Carlos VII. María Teresa consiguió aglutinar en un frente común a moderados e integristas neocatólicos, aunque todos sus esfuerzos fueron inútiles por ver a un carlista en el trono, ya que murió en el año 1874, liderando en la sombra la facción más reaccionaria e intransigente del conservadurismo español de finales del siglo XIX.

Carlos Herráiz García

Autor

  • Carlos Herraiz García