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PolíticaBiografía

Rúa, Fernando de la (1937-2019)

Político argentino, fue presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), alcalde de la ciudad de Buenos Aires y, posteriormente, elegido presidente del país en las elecciones de octubre de 1999. Nació en Córdoba, Argentina, el 15 de septiembre de 1937 y falleció en Loma Verde, Argentina, el 9 de julio de 2019.

Cursó estudios secundarios en el Liceo General Paz de Córdoba y a los 21 años se licenció en Derecho, con medalla de oro, por la Universidad Nacional de Córdoba. Luego se doctoró en esa misma Universidad con la tesis "Recurso de Casación en el Derecho Positivo Argentino". Militante de la UCR (Unión Cívica Radical) en 1963 se trasladó a Buenos Aires para desempeñar diversas funciones como asesor en el gabinete del Ministerio del Interior del Gobierno presidido por Arturo Illia (1963-66), derrocado por un golpe de Estado que dio el poder al general Juan Carlos Onganía.

Una vez restablecida la democracia en 1973, gracias al respaldo del líder radical Facundo Suárez, De la Rúa consiguió un acta de senador por la Capital Federal. En septiembre de ese mismo año fue candidato a la presidencia de la República, formando tándem con Ricardo Balbín -quien había ganado en las elecciones internas de los radicales a Alfonsín-, pero fueron derrotados por el matrimonio Perón. Continuó en su escaño de senador hasta el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, que derrocó a Isabel Perón de la presidencia de la República y dio paso a la Junta Militar. A continuación realizó estudios y dictó conferencias en Universidades de Estados Unidos, México y Venezuela.

En 1980 entró a formar parte del Congreso Nacional de Educación y Cultura de la UCR y dos años después creó el Centro de Estudios para la República, que luego se convirtió en Fundación para el estudio de temas políticos relacionados con Buenos Aires. En 1983, durante las primeras elecciones presidenciales después de la dictadura militar, luchó por la candidatura de la UCR a la presidencia de la República, pero fue derrotado por Alfonsín, que finalmente se hizo con la presidencia. Ese mismo año, en las legislativas de octubre volvió a conseguir su anterior escaño de senador por Buenos Aires, donde consiguió el 62 por ciento de los votos. Fue uno de los senadores que votó a favor de la "Ley de Punto Final" en diciembre de 1986, por la que se concedía un plazo de 60 días para denunciar a policías o militares involucrados en violaciones de derechos humanos.

Considerado el "hombre fuerte" de los porteños, en las elecciones para un acta de senador por Buenos Aires, celebradas a mediados de mayo de 1989, De la Rúa fue el candidato más votado, pero no se hizo con el escaño al fraguar un pacto en el Colegio Electoral entre peronistas y miembros de la UCEDE, que dio el puesto al peronista Eduardo Vacca.

En plena etapa de dominio peronista en el país, en las elecciones legislativas en la provincia bonaerense del 8 de septiembre de 1991 ganó un escaño de diputado. Días después Alfonsín presentó la renuncia a la presidencia de la UCR y él se perfiló, junto con Eduardo Angeloz, como uno de los tres grandes líderes de la formación.

Además, pasó a presidir el Grupo Radical en la Cámara de los Diputados, el principal grupo de la oposición. De nuevo, el 28 de junio de 1992 se hizo con el escaño de senador por Buenos Aires al conseguir el 52 por ciento de los votos, frente a poco más del 30 que obtuvo Avelino Porto, respaldado por la UCEDE y el Partido Justicialista. Este resultado fue un duro revés para las pretensiones de Menem de reformar la Constitución y presentarse a la reelección presidencial. La balanza de las simpatías electorales se equilibraron al perder la UCR las legislativas de octubre de 1993, la primera derrota en 10 años.

Apoyó a Alfonsín para que recuperara en noviembre de 1993 la presidencia de la UCR, pero se opuso abiertamente a las negociaciones que el líder del radicalismo mantuvo con Menem para propiciar la reforma constitucional. Tras la derrota de la UCR en las elecciones constituyentes de abril de 1994, el partido se sumió en una importante crisis, por lo que en septiembre de ese año retiró su candidatura para representar a los radicales de la UCR en las presidenciales de mayo de 1995, al igual que hicieron Alfonsín y Angeloz, si bien anunció que optaría por la Alcaldía de la capital.

La UCR sufrió en las presidenciales del 1995 sus peores resultados de la historia del partido, al conseguir su candidato Horacio Massaccesi sólo el 15 por ciento de los votos y pasar al tercer lugar. Finalmente, en noviembre de 1995 tampoco optó por hacerse con la presidencia de la UCR, una negativa que también presentaron sus dos más destacados oponentes, lo que permitió a Rodolfo Terragno hacerse con el puesto.

De la Rúa fue elegido primer jefe del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires (alcalde) en los comicios directos del 30 de junio de 1996, una elección que hasta entonces era una prerrogativa del presidente de la República, pero que se modificó en la Constitución del 94. Tomó posesión como intendente (alcalde) el 6 de agosto, fecha en la que se iniciaba el proceso autonómico que culminó en octubre de ese año con la aprobación y jura de la primera Constitución de Buenos Aires.

Su trayectoria como alcalde de Buenos Aires le llevaron a ocupar el primer puesto para optar a la candidatura radical para las presidenciales de 1999. Una vez alcanzado, en agosto de 1997, el acuerdo entre la UCR y el FREPASO para constituir la Alianza, con la que él estaba de acuerdo, esta coalición derrotó a los justicialistas en las legislativas de octubre de ese año, perdiendo el partido gobernante la mayoría absoluta. Poco después, en noviembre, Alfonsín lo respaldó para hacerse con la presidencia de la UCR y para ello contó con el consenso alcanzado entre los diversos sectores. Sucedió en el puesto a Terragno. A continuación, el 3 de abril de 1998 su partido lo proclamó candidato presidencial. La coalición Alianza presentó el 10 de agosto de ese año el documento "Carta Abierta a los Argentinos", en el que anticiparon lo que sería su plan de gobierno si ganaban en 1999, y que pasaba por mantener la estabilidad económica, luchar contra la corrupción y el desempleo y corregir las injusticias sociales.

Consiguió, el 29 de noviembre de 1998, la candidatura a la presidencia por la coalición Alianza, derrotando a Graciela Fernández Meijide. De la Rúa obtuvo el 66 por ciento de los votos frente al 33 por ciento de la diputada del FREPASO. Con ese mayoritario respaldo y las encuestas a su favor, de la Rúa consiguió vencer al candidato peronista Eduardo Duhalde en la elecciones presidenciales del 24 de octubre de 1999, y proclamarse nuevo presidente de Argentina.

Recibido como una gran esperanza para el país por muchos argentinos cansados de la larga década menemista, la popularidad de De la Rúa cayó en picado poco después de cumplirse su primer año de gobierno. Acusado de incapacidad para resolver el déficit galopante y el consiguiente endeudamiento del Estado, la gravedad de la situación económica del país provocó una crisis política que, en menos de tres semanas, le costó el cargo a dos secretarios de Estado y dos ministros de Economía. Finalmente, De la Rúa confió la polémica cartera financiera a Domingo Cavallo, candidato de Acción por la República en las presidenciales de 1999 que sólo obtuvo el respaldo del 10% de los votos. Pero el hombre que fuera motor del crecimiento del país en el primer Gobierno del peronista Menem tuvo que admitir, a las pocas semanas, su incapacidad para resolver la crisis. El hundimiento irremediable de la economía argentina desató el pánico en los mercados y De la Rúa propuso a la oposición la creación de un Gobierno de unidad nacional para evitar el caos.

Celebradas en octubre de 2001 las elecciones legislativas para renovar los 72 escaños del Senado y 127 de las 257 actas de diputado del Congreso, la UCR de Fernando de la Rúa sufrió una severa derrota en favor de la causa peronista del Partido Judicialista, que logró la victoria en una convocatoria caracterizada por el alto índice de abstención y votos nulos y en blanco; interpretado por los analistas como una clara expresión del rechazo ciudadano hacia la clase política del país. La amenaza de quiebra financiera planeó con intensidad en el país a finales de año y las nuevas medidas bancarias adoptadas por Cavallo, que limitaban drásticamente el uso de dinero en efectivo a los ciudadanos, fueron contestadas desde las organizaciones sindicales con una nueva convocatoria de huelga general, la séptima contra el Gobierno del presidente De la Rúa. La jornada, precedida por numerosas manifestaciones de protesta, estuvo salpicada de incidentes y logró paralizar el país el 13 de diciembre, en un claro reflejo del profundo malestar de la sociedad argentina.

Una semana después se produjo la inevitable explosión social. Cientos de personas, espoleados por el hambre, la creciente pobreza, el impago de sus salarios, las restricciones bancarias y, sobre todo, por una sensación generalizada de desamparo, se lanzaron al asalto y saqueo de tiendas y supermercados en las principales ciudades del país. Desbordado totalmente por los acontecimientos más graves de la última década, la noche del 19 de diciembre el presidente decretó el estado de sitio. La caída de su Gobierno se aventuraba como inmediata y los acontecimientos se precipitaron en este sentido. Los incidentes en la calle se cobraron más de una veintena de muertos y el ministro económico Domingo Cavallo abandonó el cargo mientras, en un último intento por reconducir la situación, De la Rúa ofrecía a sus rivales políticos del Partido Justicialista la formación de un Gobierno de unidad nacional. El peronismo contestó de forma negativa a la propuesta presidencial para forzar una convocatoria adelantada de las elecciones y, el mismo 20 de diciembre, De la Rúa presentó su dimisión y abandonó en helicóptero la Casa Rosada. A falta de vicepresidente, dimitido un año antes, el presidente del Senado, Ramón Puerta, asumió el cargo de forma provisional. Unas horas después, el presidente dimisionario regresó a su despacho para adoptar su última decisión de gobierno; la derogación del estado de sitio.

Tres años después de abandonar la primera magistratura del país, la justicia argentina inició contra él un proceso por malversación de caudales públicos y embargó sus bienes, como medida cautelar.

Autor

  • Isabel Sánchez Calvo