Mejía Godoy, Carlos (ca. 1935-VVVV).
Compositor, instrumentista múltiple y vocalista nicaragüense, nacido en la segunda mitad de la década de los años treinta, en cuyas canciones siempre ha estado presente un fuerte compromiso social y político.
Nacido en la ciudad de Somoto, en el departamento de Madriz (situado al norte de Nicaragua), creció en una familia de músicos y artistas con gran arraigo en el folclore y la cultura tradicional de aquel país. Carlos se inició pronto también en el mundo de la música popular. Nicaragua era un país pobre, exprimido desde la década de los años treinta por el clan Somoza, y Carlos Mejía Godoy supo desde joven al lado de quién debía estar su música.
Por todo esto, se involucró activamente en el proceso revolucionario nicaragüense que dio al traste con la tiranía de Anastasio Somoza, más conocido como Tachito Somoza. Pero debido a esta colaboración con las fuerzas clandestinas de la izquierda nacional, Carlos Mejía Godoy tuvo que marcharse del país, y fue entonces cuando recaló en España, recién fallecido el dictador español Francisco Franco. Su primera colaboración musical en este país fue la inclusión en el álbum Carabina 30-30, de Massiel, de la canción "María de los Guardias", un soberbio tema de Carlos Mejía que salió a la luz en 1976. Poco más tarde apareció en el mercado nacional junto a otros tres compatriotas con el nombre artístico de Carlos Mejía Godoy y los de Palacagüina.
La relación de Carlos con los de Palacagüina venía de tiempo atrás, puesto que había pasado junto a ellos gran parte de los últimos treinta y cinco años. Pero antes de relatar sus éxitos en España, es justo hacer un repaso a la etapa de su vida y de su carrera que transcurrió antes de su estancia en este país. A lo largo de la década de los años setenta, plasmó su apoyo a la revolución nicaragüense en extraordinarias composiciones, fieles retratos de la vida de su patria. Siempre en tono de denuncia, a veces con una extraordinaria ironía, este período de su carrera nos dio extraordinarias canciones como "Nicaragua, Nicaragüita" (versioneada incluso por Billy Bragg). Esos años marcaron el inicio de la temática social y la estética revolucionaria de sus composiciones, como en los temas "Las campesinas del Cuá", "La tumba del guerrillero", "Señor Juez de Mesta", "Clodomiro el Ñajo", "Chinto Jiñocuago" o "Panchito Escombros", entre muchas otras. Muchos de estos temas, tiempo después, le darían reconocimiento internacional en países como España, Costa Rica, México e incluso en los Estados Unidos. Carlos Mejía Godoy y los de Palacagüina han sido, sin duda alguna, los más conocidos embajadores del folclore nicaragüense más allá de sus fronteras.
Merece también especial mención su trabajo La Misa Campesina. Antes de partir exiliado, Carlos Mejía Godoy estuvo trabajando en el Taller de Música Popular de Solentiname, una comunidad cristiana que estaba situada en el lago Nicaragua. En ese período, escribió una misa campesina en la que se fundían la liturgia cristiana, el lenguaje misquito (propio de los indígenas más numerosos de la parte atlántica del país, véase misquito) y la música tradicional. Este trabajo se editó en 1975; el tema "Cristo de Palacagüina", incluido en este álbum, fue muy popular en España en la voz de la cubana de nacimiento Elsa Baeza. Primero fue el éxito de Massiel, más tarde el de Elsa Baeza y, ese mismo año de 1977, un tema suyo ganó el festival de la OTI: "Quincho Barrilete", que fue interpretada en esa ocasión por Eduardo González.
Los éxitos de Carlos Mejía Godoy como compositor se sucedían con rapidez; fue entonces cuando se decidió a intentarlo con su grupo, los de Palacagüina. El sello CBS Records les fichó de inmediato y se editó un primer sencillo titulado "Son tus perjúmenes, mujer", canción de extraordinario éxito que arrasó las listas de ventas españolas. A este primer gran éxito se sumaron otros como el ya citado "Clodomiro el Ñajo", y volvió a grabar una versión más "pop" de su Misa Campesina, acompañado de grandes voces de la música del momento como Víctor Manuel y Ana Belén, Sergio y Estíbaliz, Laredo, Elsa Baeza y un joven Miguel Bosé. A pesar de su exitosa carrera en España, cuando estalló la revolución nicaragüense en el verano de 1979 Carlos Mejía Godoy cogió su maleta y volvió a su país, al lado de su gente que tanta ayuda iba a necesitar a partir de ese momento.
Durante mucho tiempo estuvo involucrado en el desarrollo social y político de su país, uno de los más pobres de América, puesto que Nicaragua se transformó en un auténtico solar tras la marcha de los Somoza y el estallido de la revolución popular. Los últimos años de la década de 1970 fueron muy duros para el país, que además tuvo que sufrir un devastador terremoto. Carlos Mejía Godoy, junto con sus hermanos (entre ellos Luis Enrique, otro gran cantautor nicaragüense) y otras personalidades nacionales crearon la Fundación Mejía Godoy, organización civil dedicada a solventar problemas sociales y a contribuir al desarrollo cultural y humano del país. Desde esa misma fundación, ya a finales de los años noventa, Luis Enrique y Carlos compusieron una canción para la lucha contra el SIDA y en solidaridad con los afectados.
Carlos Mejía Godoy ha trascendido todas las fronteras del arte y ha recorrido un largo camino hasta convertirse en un polifacético personaje popular. Este incansable creador ha conjugado en su carrera diversas facetas como la literatura, la danza y la pintura, además de la música. Desde hace muchos años, Carlos y Luis Enrique son propietarios de La Casa de Mejía Godoy, un café de artistas situado en Managua, la capital del país. Allí muchas noches se puede escuchar "Nicaragua, Nicaragüita" en la voz de su propio creador, en actuaciones interminables repletas de humor, alegría y música que se alargan a veces durante más de tres horas. Al lado de sus tres inseparables compañeros, los de Palacagüina, Carlos Mejía actúa en La Casa Mejía Godoy siempre que sus compromisos artísticos se lo permiten. El cuarteto todavía actúa con asiduidad en multitud de países, aunque su actividad discográfica internacional es algo limitada. A comienzos de los noventa editaron Azúcar y Pimienta, álbum que consiguió algo de renombre en España. No obstante, en el mercado nicaragüense han ido apareciendo algunos registros de Carlos con o sin su grupo. Uno de los últimos es Los Cantos de Cifar, con letras del poeta nicaragüense Pablo Antonio Cuadra.
Discografía básica
Misa Campesina Nicaragüense (1977).
Sol Nuestro de Cada Día (1977).
La Nueva Milpa (1978).
Éxitos (1979).
Moninbo (1980).
Abril en Managua (1984).
Regresamos pues (1987).
Azúcar y Pimienta (1991).
Los Cantos de Cifar (1999).
Cantos de esperanza (2000).
En concierto (2000).
JRD
