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PolíticaHistoriaDerechoBiografía

Figueroa, Rodrigo de (ca. 1471-1515).

Jurisconsulto y administrador colonial español, nacido hacia 1471 en Zamora y muerto en 1515 en Sevilla. Fue juez de residencia y gobernador de la isla La Española tras la salida de los Comisarios Jerónimos. Tuvo una actuación venal por la que fue condenado en muchos cargos.

Tras licenciarse en leyes en Salamanca trabajó como abogado de las Órdenes Militares y en 1518 fue juez de almojarifazgo en Sevilla. Ese mismo año fue enviado como juez de residencia a la isla La Española, con el cometido de averiguar los excesos y abusos cometidos contra los indios, denunciados en la Junta de Salamanca de 1518 y por Las Casas. El nombramiento se hizo en agosto del año 1518, pero se mantuvo en secreto hasta el 9 de diciembre, cuando se expidió el documento que lo acreditaba. Sus atribuciones eran administrar justicia civil y criminal, nombrar alcaldes y alguaciles, investigar el ejercicio de los funcionarios y suspenderlos en caso necesario, fallando sus expedientes. Junto con el nombramiento se dieron tres documentos que reiteraban la libertad a los indios y ordenaban lo relativo a su tratamiento. Debía liberar también los indios de las encomiendas del rey y de altos personajes que residían en la Península (Colón y su mujer, el obispo de Burgos, Lope Conchillos, etc.). En Zaragoza recibió nueva instrucciones, ya que la encomienda no se había suprimido, tales como señalar el número de bohíos de los indios, sus plantaciones de yuca, ajes y ají, etc.

El licenciado llegó a Santo Domingo el 10 de agosto de 1519 con informes negativos sobre el licenciado Zuazo, a los que se añadieron otros nuevas en Indias, pero el juez logró liquidar todos los pleitos a favor de Zuazo, que salió bien del juicio. Zuazo fue entonces a Cuba y Figueroa se quedó como gobernador de Santo Domingo, ya que los Comisarios Jerónimos habían regresado a España. Oviedo afirma que “este juez, como conoscía el de sus obras que no había de permanecer en el cargo que tenía, recogió todo el oro y perlas que él pudo asir, e fuese a España (o mejor decir hicierónle ir, porque su codicia era insaciable...)”.

Consiguió mucha información sobre la colonización; de los 30 pueblos fundados por los jerónimos sólo sobrevivían cuatro. Figueroa fundó otros más, como San Juan de Ortega en Bonao, Villaviciosa en La Vega, Santiago en el río Yaque y Verapaz en Jaraguá. Tuvo que permitir el envío de expediciones por indios a las Lucayas y a la costa de las Perlas, quizá porque no tenía autoridad moral para impedirlo, ya que estuvo implicado en dicho tráfico en complicidad con el alcaide Antonio Flores. Parece que también tuvo negocios con las perlas y se asoció con Juan de Córdoba y Juan de Herrera de Huelva para traerlas desde Venezuela. En La Española tenía intereses en las nuevas minas de Buenaventura, donde poseía una cuadrilla de dos negros y seis indios, así como también en la industria del azúcar de Azúa, donde compartía un ingenio con Gutiérrez de Aguilón. Se asoció además con Juan de León para desarrollar una plantación en el norte de la isla. Al llegar Diego Colón en 1520 se le sometió a juicio de residencia por el licenciado Lebrón, que le condenó por sus muchos abusos, pero apeló al Consejo de Indias. Figueroa volvió a Sevilla y esperó la sentencia de su residencia, que se dio en Toledo en 1525, condenándole pecuniariamente y prohibiéndole tener oficio de juzgado real. Debió quedar en una situación económica poco favorable, pues le pidió un empleo a su amigo y paisano el comendador Francisco de Sotelo, que le dio oficio de letrado de la Casa del Duque de Medina Sidonia, donde murió poco después.

Bibliografía

  • FERNÁNDEZ DE OVIEDO, G. Historia General y natural de las Indias. Madrid, Atlas, 1959, 5 t.

  • LAS CASAS, B. Historia de las Indias. t. I y II de las Obras completas de..., Madrid, Atlas, 1957.

  • THOMAS, H. Quién es Quién de los conquistadores. Edición castellana por Salvat Editores, 2001, Diccionarios Salvat.

MLS

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