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LiteraturaCineBiografía

Élisée, Max (1947-VVVV).

Narrador, actor, productor y director de escena francés, nacido en Macouba (población perteneciente a la isla antillana de Martinica, que forma parte del Departamento de Ultramar de Francia) el 26 de abril de 1947. Es uno de los autores franco-parlantes más relevantes de la literatura antillana contemporánea, así como uno de los principales animadores culturales del cine y el teatro francés de nuestros días.

A muy temprana edad se sintió atraído por la Literatura y, en general, por cualquier forma de expresión artística, por lo que, al cumplir los trece años de edad (1960), viajó a Francia para recibir una esmerada formación humanística en los mejores centros de enseñanza de la metrópolis. La intención de sus progenitores era que estudiase alguna materia que le permitiera labrarse un futuro prometedor dentro de la Administración pública; pero el joven Max, atraído por el Arte de Talía, despreció la idea de convertirse en un gris funcionario y, en 1963, se matriculó en una escuela de Arte Dramático.

Ya en plena juventud, al tener que hacer frente a las cargas familiares que precozmente había asumido en Francia, empezó a trabajar como contratista de obras, oficio en el que, merced a su innata sensibilidad artística, pronto destacó como restaurador y decorador de casas antiguas. Fue así como entró en contacto con el mundo del cine, que recurrió a él a la hora de localizar edificios y escenarios representativos de una época determinada.

En efecto, a finales de los años sesenta el cineasta Jacques Deray y la productora para la que estaba trabajando requirieron los servicios de Max Élisée para el rodaje de Borsalino (1970), una violenta película de cine negro, ambientada en la Marsella de los años treinta, y protagonizada por Jean-Paul Belmondo y Alain Delon. El artista martiniqués, lejos con conformarse con el papel de localizador y restaurador de interiores, se convirtió en asistente del realizador; a partir de entonces, su presencia en el ámbito de la cinematografía francesa habría de ser tan constante como fructífera: recurriendo a sus grandes dotes para la escritura creativa, firmó un buen número de guiones para las principales productoras del país, creó su propia productora y, aprovechando los estudios de Arte Dramático que había cursado a su llegada a Francia, trabajó como actor en varios filmes (tanto de media duración como largometrajes). Además, en su faceta de decorador y escenógrafo, Max x Élisée se introdujo en el mundillo del teatro y llegó a dirigir la puestas en escena de diferentes obras.

El director, productor y guionista Claude Chabrol reparó en la calidad del trabajo del artista martiniqués y, al pedirle permiso para estudiar sus proyectos, quedó fascinado por un texto que Élisée acababa de escribir, titulado "Chabin, mon frère" ("Chabin, mi hermano") y concebido como hilo argumental de una puesta en escena. Chabrol convenció a Max Élisée para que transformase su escrito en un guión cinematográfico que él mismo se propuso dirigir; pero, finalmente, una acumulación de problemas financieros impidió que la película se rodase.

Lejos de caer en el desánimo, Élisée convirtió entonces su guión en una espléndida novela, opera prima que, publicada bajo el título de Memoires d'un Chabin (Memorias de un "chabin", 2000), cosechó de inmediato un éxito rotundo entre la crítica y los lectores. Ambientada en la Martinica de 1935, esta excelente narración cuenta la extraña historia de Frédéric, un miembro de una familia local -los Edgar- que presenta una curiosa anomalía: es "chabin" de nacimiento, es decir, posee una piel totalmente blanca, a pesar de que sus padres son negros y todos sus ancestros pertenecen a esta raza. Su condición de "bicho raro" se va acentuando a medida que crece, pues es maltratado por las mujeres, despreciado por un padre autoritario y violento, e ignorado por un hermano rebelde al que Frédéric admira en secreto. Huyendo de tanto menosprecio, el "chabin" se refugia en la literatura y el mundo de los sueños, sin renunciar por ello a la búsqueda de sus orígenes, que acabará llevándole hasta Saint Louis (Senegal).

Tras el éxito arrollador de esta primera novela, Max Élisée volvió a los anaqueles de las librerías al cabo de dos años con una segunda narración extensa, titulada Un jour, je te dirai... (Un día, yo te diré..., 2003). Ambientada en la región francesa de Cévennes -situada en el Macizo Central, y limitada por valles y afluentes del Ródano-, esta nueva novela vino a demostrar que el acierto de Élisée en su opera prima no había sido fruto del azar, pues ahora volvía a quedar patente que, aun cambiando radicalmente de género, objetivos, ambientes y caracteres psicológicos de los personajes, el escritor martiniqués era capaz de ofrecer otro texto deslumbrante, adornado por ese bellísimo estilo que había sorprendido gratamente a críticos y lectores en Memoires d'un chabin.

Escrita en sus últimos meses de estancia en París, Un jour, je te dirai... se adentra audazmente en el género policíaco para jugar con la misteriosa desaparición de Isabelle Dutanton y de su padre. Poco antes de que esta novela saliera a la calle, Élisée abandonó la capital gala y se instaló en Vaucluse, un departamento del sureste francés, perteneciente a la región de Provence-Côte-d'Azur. Allí encontró la inspiración para su tercera novela, Le Kishkanu Noir (2005), un relata alucinante plagado de esoterismo y elementos sobrenaturales, que se desarrolla entre los pinares de Mont-Ventoux (Vauclus3) y los manglares de la Montagne Pelée (Martinique).

Además de su trabajo como asistente de realización en la película Borsalino, Max Élisée desempeñó la misma labor en los Filsm de la Pléiade (1971), de Jean Aurel, y triunfó como director de escena con el montaje de Le dernier quartier de pomme, de Jean-Pierre Vaguer (llevado a cabo en Montpellier en 1982). En su faceta de productor cinematográfico, se asoció con Ody Ross para co-producir 44, ou les Récits de la nuit (1981), filme realizado por Moumen Smihi, y Pieds nus dans les étoiles (1989), rodado por el propio Ody Ross. Además, el artista martiniqués fue co-productor, junto al citado Ross, de algún cortometraje (como La prochaine fois, peut-être) y de varios espacios televisivos realizados entre 1979-1982.

En su faceta de actor cinematográfico, Max Élisée trabajó en las películas Je vous ferai aimer la vie (1978), de Serge Korber; Mon curé chez les nudistes (1982), de Robert Thomas; Le Zéro (2001), de Georges Sebag; y Nuit noire (2002), del cineasta Daniel Colas.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.