A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
LiteraturaBiografía

Castillo, Rafael del (ca. 1835- ca. 1900)

Prolífico escritor de cuya biografía se conocen escasos datos. Juan Ignacio Ferreras le supone nacido entre 1835-1840 y muerto en torno a 1900. En ocasiones firmó con el seudónimo de Álvaro Carrillo. Publicó obras de tema geográfico y militar y colaboró activamente en la prensa. Parece autor de más de una docena de obras dramáticas que fueron representadas en los coliseos de Madrid y Barcelona. Éstas pertenecen a los diversos géneros en boga en su época: dramas de tono sentimental (Pobre ciega, 1850; Los dos cortesanos, 1858; Madrid riendo y Madrid llorando, 1858; Los desposorios de Albano, 1859, redactada en colaboración con Vicente Lalama; Los pobres de Barcelona, 1865; La ambición de una mujer, 1865; Caín y Abel, 1867; Maldita sea la guerra, 1874; María Magdalena, 1893; Los estranguladores), comedias y juguetes cómicos (El calcetín de Marco Antonio, 1860; Un pollo del lugar, 1857), zarzuelas (El convidado de piedra; La bella chiquitita y los padres sin familia, 1893) y el drama histórico Pizarro, conquistador del Perú (1871). Algunos de estos dramas parecen adaptaciones de sus fábulas narrativas, según era habitual en la época.

Pero Rafael del Castillo fue, ante todo, un fecundo escritor de novelas por entregas nacidas en las prensas de Madrid y Barcelona, los dos polos culturales de su acción creativa. Ferreras le atribuye la autoría de entre sesenta y ochenta novelas, gruesos volúmenes en su mayoría siguiendo la moda del folletín. El mismo estudioso, casi el único que se ha aproximado a su obra, define su creación narrativa en los siguientes términos: "Podemos fácilmente deducir que nos encontramos ante un autor especialista capaz de surtir el mercado; Rafael del Castillo no es original, pero es capaz de continuar todas las tendencias del género y constituye también uno de los últimos defensores de la novela por entregas en plena decadencia" (La novela por entregas, p. 183). No es un escritor cuidadoso del lenguaje. Domina las técnicas de la entrega y abusa de ellas con el estilo entrecortado y un diálogo menudo. Según vamos avanzando en el cultivo del folletín sus rasgos van presentándose más estereotipados y las novelas se resienten de originalidad. Fue un profesional de la entrega, para quien la ideología también se puede alquilar a las exigencias de los editores.

Cultivó todos los subgéneros de la novela por entregas. Se inició con la novela histórica, alejada ya del modelo romántico, en Don Rodrigo de Villandrando (1859), narración incluida dentro de la colección "La Nobleza Española", aparece dedicada con grandes elogios al duque de Híjar, antes de contar los "hechos célebres" de Rodrigo de Villandrando, antepasado suyo de tiempos de Juan II. El relato está lleno de prejuicios políticos, tópicos literarios y escenas melodramáticas. Siguiendo el modelo de novela histórica de aventuras que pusiera de moda el maestro Fernández y González, publicó varias obras: El campanero de San Pablo (1862), Roger de Flor o La venganza de catalanes (1864), El rey, el pueblo y el favorito (1867), Hernán Cortés (1898). Sobre el siglo XVIII escribió Los caballeros del amor (1878-79), que con impropia exageración subtitula "Memorias del reinado de Carlos III. Novela histórica", y que fue continuada en La maja de Maravillas (1879), en realidad historias de amor sucedidas en un leve transfondo histórico dieciochesco. De historia casi contemporánea es El honor de España en Marruecos (1859) y El conde de España (s.a.).

El tipo de novelas que frecuentó con mayor dedicación son las denominadas, según el lenguaje de la época, "novelas de costumbres contemporáneas", en todos sus modelos y clases: de ambientes y costumbres madrileñas (El trapero de Madrid, 1861; Los incendiarios de Madrid, 1863), moral-sentimental con escenario actual (El padre de los pobres, 1862; Amor de padre o Secretos de familia, 1864; Consuelo o El sacrificio de una madre, 1878; Los hijos sin madre), con tono más sentimental-lacrimoso (El llanto de una hija, 1879; La falsa adúltera; Martirio de un alma, 1880-85), y sentimental-amoroso en la línea de la futura novela rosa (El primer amor, 1877; Celos de un ángel. Páginas del corazón, 1878; Las víctimas del amor).

Cultivó igualmente el dualismo social, según los modelos de la novela popular de W. Ayguals de Izco, en las novelas tituladas Los misterios catalanes o El obrero de Barcelona (1862), dedicada sin pudor "A la clase obrera de Cataluña" (no confundir con Barcelona y sus misterios, 1860, de Antonio Altadill y Teixidò); Los verdugos de la patria o El grito de libertad (s.a.), Mártir, criminal, absuelta (1890).

Escribió también historias de bandoleros en dos gruesos volúmenes bajo el título de Los bandidos célebres españoles (1882-83). Algunos de estos relatos fueron desgajados de esta serie y arreglados para publicarlos en tomos más breves en una colección denominada "Biblioteca de Barcelona" de finales de siglo, aparecidos todos ellos en 1898: Diego Corrientes, Los siete niños de Écija, Luis Candelas y José María o el rayo de Andalucía.

Rafael del Castillo continúa la moda de la novela por entregas fuera de su espacio literario natural con estructuras anquilosadas, lenguaje acartonado y lleno de tópicos, aunque cumpliendo con su oficio de narrador por entregas con sumisa profesionalidad.

Bibliografía

  • BOTREL, Jean François: "La novela por entregas: unidad de creación y consumo", en AA. VV., Creación y público en la literatura española, Madrid, Castalia, 1974, pp. 111-155.

  • FERRERAS, J. I.: La novela por entregas (1840-1900), Madrid, Taurus, 1972.

  • PALACIOS FERNÁNDEZ, Emilio: "La novela por entregas", en AA. VV., Historia de la Literatura española e hispanoamericana, coord. E. Palacios Fernández, Madrid, Orgaz, 1980, V, pp. 85-119.

  • RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, Tomás: Catálogo de dramaturgos españoles del siglo XIX, Madrid, FUE, 1994, pp. 148-149.

  • ROMERO TOBAR, Leonardo: La novela popular española del siglo XIX, Madrid, Ariel, 1976.

  • ZAVALA, Iris M.: Ideología y política en la novela española del siglo XIX, Salamanca, Anaya, 1971.

EPF

Autor

  • EMILIO PALACIOS FERNÁNDEZ