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FilosofíaFísicaBiografía

Born, Max (1882-1970).

Max Born.

Físico y humanista alemán nacido en Breslau (antigua ciudad alemana, perteneciente en la actualidad a Polonia) el 11 de diciembre de 1882, y fallecido en Göttingen (Alemania) el 5 de junio de 1970. En 1954 fue galardonado con el Premio Nobel de Física por sus trabajos de investigación sobre mecánica cuántica, término acuñado por el propio Born.

Cursó sus estudios básicos en la escuela pública de Breslau, donde se mostró más interesado por las Humanidades que por las materias científicas, si bien no llegó a destacar como un alumno aventajado. Pero en su adolescencia comenzó a interesarse vivamente por la Física, las Matemáticas y la Astronomía, por lo que, a los diecinueve años de edad (1901), ingresó en la Universidad de Breslau, donde, en cumplimiento de la voluntad de su difunto padre -que había fallecido sin llegar a ver culminado su deseo de ver al joven Max con el título de bachiller-, se matriculó en numerosas asignaturas de Ciencias.

Pensó, en un principio, en hacerse astrónomo; pero en sucesivos desplazamientos fue conociendo a grandes matemáticos cuyas enseñanzas le orientaron decisivamente hacia esta parcela del saber. Vivió, en efecto, en Heidelberg en 1902, y pasó a Zúrich a año siguiente, para asistir allí a un curso de matemáticas avanzadas sobre funciones elípticas, impartido por Hurwitz.

A su regreso a Breslau, supo que los matemáticos más brillantes de la Alemania de comienzos del siglo XX estaban contratados como profesores en la Universidad de Göttingen, por lo que enseguida se matriculó en dicho Centro, donde fue alumno de algunos maestros tan ilustres -y tan decisivos en la formación académica de Born y otros muchos científicos de su generación- como el alemán David Hilbert (1862-1943) y el lituano Hermann Minkowski (1864-1909).

Hasta tal punto aprovechó Max Born las enseñanzas de estos matemáticos, que en 1905 el propio Hilbert lo eligió como ayudante de cátedra, labor que el joven estudiante compaginó con su debida atención al resto de las asignaturas de su doctorado. Pero sus obligaciones docentes al lado de Hilbert le enemistaron con otros profesores que veían con malos ojos su falta de asistencia a sus clases. Estos roces provocaron que Born fuera abandonando sus estudios de astronomía, materia que, pese a todo, continuó explorando por su propia cuenta o bajo la tutela de otros maestros menos recelosos, como el profesor Schwarzschild.

Finalmente, Born se doctoró en 1907 y dio inicio a una fecunda etapa laboral como profesor universitario. Tras visitar la Universidad de Cambridge para perfeccionar sus conocimientos, regresó a Breslau y, en 1909, pasó de nuevo a Göttingen para iniciar una investigación en colaboración con su antiguo maestro Minkowski (labor que se vio truncada a los pocos días, debido al repentino fallecimiento del matemático lituano).

Tres años después, ya en calidad de profesor titular de la Universidad de Göttingen, emprendió un nuevo proyecto de investigación con el ingeniero de origen húngaro Théodore von Kármán (1881-1963), centrado en el estudio de las estructuras dinámicas. Kármán y Born, utilizando el análisis tridimensional de Fourier(1768-1827) y las condicionantes periódicas limitantes, consiguieron identificar los grados de libertad de un cristal en los modos normales de vibración de los cuerpos.

La brillante trayectoria docente e investigadora de Max Born continuó desarrollándose en la Universidad de Berlín, a la que se incorporó en 1914 para trabajar al lado de algunos científicos de tanto renombre universal como el físico Max Planck (1858-1947). Luego, tras un breve paso por Frankfurt-am-Main, regresó a la Universidad de Göttingen en 1921, ya en calidad de catedrático. En el transcurso de aquel mismo año, Born formuló la primera ley de la termodinámica.

Durante su fructífera etapa docente en Göttingen, Max Born fue profesor de alumnos tan brillantes como Werner Heisenberg (1901-1976), Otto Stern (1888-1969) y Wolgang Pauli (1900-1958), todo ellos galardonados, en diferentes años, con el Premio Nobel de Física (1932, 1943 y 1945, respectivamente). Born, simultaneando las labores docentes con las tareas de investigación, se centró principalmente en el estudio de la Física atómica, las partículas elementales, la dinámica de los átomos en los cristales sólidos y, de forma muy señalada, la Mecánica cuántica.

En 1924, publicó un célebre artículo titulado "Zur Quantummechanik", donde, por vez primera, aparecía impresa la expresión mecánica cuántica, que de inmediato pasó a convertirse en un concepto permanente de la Física. A raíz de una fecunda colaboración con sus alumnos Pauli y, fundamentalmente, Heisenberg (a la sazón convertido ya en su ayudante), pudo fijarse una de las dos formulaciones complementarias de esta teoría.

En efecto, la teoría de Heisenberg no habría llegado a buen puerto sin la dirección y colaboración directa de Born. Al aparecer la teoría complementaria, formulada por el austríaco Erwin Schödinger (1887-1961), Max Born fue el primero en advertir que la función de onda de la ecuación formulada por éste tiene una interpretación física relacionada con la probabilidad de que la partícula de que se trate (por lo común, el electrón) se encuentre en un estado determinado. Born reconoció que las aportaciones de Heisenberg sobre mecánica cuántica correspondían a matrices algebraicas, y propuso la sustitución, en la formulación original de su discípulo, de la visión que se tenía del electrón como partícula, para reducirlo a una mera descripción matemática que representaba con mayor exactitud su comportamiento observado.

Dicho de otro modo, Born sugirió que el único aspecto observable de la función de onda era su cuadrado, y no la función de onda (o wavefunction) en sí misma. Sostuvo por ello que la interpretación correcta de la función de onda era que el cuadrado en un punto dado en el espacio era proporcional a la probabilidad de encontrar la partícula en ese punto en el espacio. Y dio el nombre de densidad de la probabilidad a dicho cuadrado, mientras que reservó el de amplitud de la probabilidad a la propia función de onda.

Al margen de estas imprescindibles aportaciones a la mecánica cuántica y la teoría de Heisenberg, Max Born también colaboró activamente con el físico estadounidense Robert Julius Oppenheimer (1904-1967) en el cálculo de la estructura electrónica de las moléculas.

En 1933, con la llegada de los nazis al poder, Max Born, que era judío, fue separado de su cátedra. Ante el peligro que corría su propia vida, se vio forzado a salir de su país natal para refugiarse durante un breve período de tiempo en el norte de Italia. Pasó luego a impartir clases en la Universidad de Cambridge (Gran Bretaña) hasta que, en 1936, obtuvo una cátedra en la de Edimburgo (Escocia), donde creó a su alrededor un sólido círculo de profesores y doctorandos que, como él, habían tenido que emigrar a causa de las persecuciones nazis y, más adelante, de la II Guerra Mundial (1939-1945).

Perfectamente integrado en la vida social y cultural de la capital escocesa, Max Born no regresó a Alemania hasta 1953, fecha en la que, tras jubilarse en sus labores docentes, se estableció en Bad Pyrmont, población cercana a Göttingen. Un año después, el Premio Nobel -que compartió con su compatriota Walter Wilhelm Bothe (1891-1957)- vino a reconocer sus meritorias aportaciones a la Física, iniciadas en 1915, cuando publicó un interesante trabajo sobre la dinámica de las redes cristalinas, en el que desarrollaba una nueva teoría sobre ellas y sobre la estructura del cristal.

Además del Nobel, Max Born fue honrado con otros muchos galardones y reconocimientos, como el nombramiento como miembro de la Royal Society (1939); la medalla Hughes (1950); la medalla Stokes, otorgada por la Universidad de Cambridge; y el nombrado como miembro honorario de las academias científicas de Rusia, la India, Rumanía, Perú, Irlanda, Escocia, Dinamarca, Suecia y los Estados Unidos de América.

Autor de más de trescientas cincuenta publicaciones -entre libros, ensayos y artículos- centradas en diversos aspectos de la Física y destinadas a estudiantes y expertos en dicha materia, fue también un buen divulgador científico entre los lectores menos especializados. Entre sus obras de investigación y divulgación cabe citar las tituladas Dinámica de los retículos de los cristales (1915), Teoría atómica del estado sólido (1923) y Mecánica atómica (1925); además, dio a la imprenta Ciencia y conciencia en la era atómica, una colección de artículos y conferencias entre los que, junto con sus propios escritos, figuran textos de su esposa, Hedwig Ehrenberg Born.

Max Born, cuyo trabajo permitió en gran medida la comprensión de la teoría cuántica.

En la última etapa de su vida, Max Born recuperó la vocación humanista de que había hecho gala en su temprana juventud y se entregó a la redacción de una serie de obras de carácter filosófico moral. En ellas, abogaba por el pacifismo y defendía la necesidad de limitar la aplicación de los nuevos descubrimientos de la Física (a la que tanto había aportado él mismo), para que no fueran utilizados en la creación de armas nucleares de ingente capacidad destructora. Entre sus obras filosóficas de mayor calado, conviene recordar El poder de la física (1943), Filosofía natural de la causa y del azar (1949) y La física y nuestro tiempo (1956).

Falleció en su residencia de Bad Pyrmont (Göttingen) a finales de la primavera de 1970.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.