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Ingeniería y tecnologíaBiografía

Alonso de Herrera, Gabriel (ca. 1480-ca. 1539).

Naturalista español nacido en Talavera de la Reina (Toledo) cerca de 1480 y muerto alrededor de 1539. Se conocen pocos datos de la biografía de Herrera, llegó a Granada hacia 1492 donde estudió para sacerdote y practicó la horticultura durante una década. En 1502-1503, ya bachiller, fue empleado por el marqués de Mondéjar para administrar algunos huertos en Granada. Entre 1503 y 1512 viajó constantemente por España, Francia e Italia, para estudiar las prácticas agrícolas, posiblemente a expensas del cardenal Francisco Jiménez de Cisneros. Su Obra de agricultura se publicó en junio de 1513 y el propio Herrera dirigió personalmente las revisiones sucesivas, hasta la de 1539. Dicha obra esta dividida en seis libros. El primero se ocupa de las generalidades, así como de las calidades de suelos, pero esta dedicado principalmente al cultivo de cereales de secano; el libro II es un tratado sobre los viñedos; El libro III, sobre los árboles; y el IV, sobre hortalizas. Están ordenados alfabéticamente, lo que muestra la intención de Herrera por publicar una obra de referencia. El libro V trata de los animales de granja y sus enfermedades. El último libro es un calendario breve del año agrícola, inspirado en Paladio.

La obra de Herrera es una compilación, no un tratado original, o, más bien, la originalidad reside en la forma en que está concebida la compilación. Herrera mezcla citas extensas de fuentes antiguas, medievales cristianas y musulmanas con sus propias observaciones, introducidas para apoyar y ocasionalmente para refutar las afirmaciones hechas por sus fuentes. La mejor forma para evaluar la obra de Herrera consiste en identificar áreas de acuerdo y discrepancia entre los antiguos y las tradiciones islámicas y ver después su propia posición en los contextos específicos.

Así, las peculiaridades de Herrera deben buscarse en el balance de las fuentes, porque hay poco de original en el contenido. Las fuentes antiguas más citadas son Plinio (602 citas), Paladio (529), Columela (517), Teofrasto (262), Varrón (165) y Aristóteles (93); entre los cristianos medievales, Pietro Crescentino (888 citas) y el De propietatibus rerum de Bartolomé Anglico (89); las autoridades musulmanas citadas son Ibn Sina (Avicena, 147 citas) y Ibn Wafid (Abencenif, 102).

Herrera justifica su confianza en los autores antiguos al afirmar la unidad geográfica y climática de la cuenca mediterránea, hecho que él mismo había observado en sus viajes. Su teoría agronómica es clásica y aristotélica. El balance de las cuatro calidades (calor, frialdad, humedad y sequedad) que predominan en una región dada, debe compaginarse con las cualidades de las plantas allí cultivadas para que la agricultura prospere. El hombre puede introducir el agua para alterar en su favor el equilibrio natural.

Se ha aceptado generalmente que Herrera fue un seguidor renacentista de la tradición medieval de la agronomía árabe andaluza, sobre todo desde que José M. Millás Vallicrosa demostrara que el Abencenif citado por Herrera era de hecho Ibn Wafid, autor sobre temas agronómicos del siglo XI en la Toledo islámica, y que Herrera tuvo acceso a la traducción castellana del Libro de agricultura de Ibn Wafid. Millás ofrece numerosos ejemplos de similitudes en los textos; la capacidad de la semilla de col para producir nabos y viceversa; que los rábanos crecerán hasta la medida del diámetro del agujero en que se plantaron; que las cebollas deberían almacenarse en paja de cebada, y así sucesivamente.

Sin embargo, las desviaciones de Herrera respecto a la práctica en al-Andalus son más significativas. Por ejemplo, los andalusíes pensaron que la calidad del suelo era el elemento más importante en la agricultura; Herrera asigna al agua el primer lugar. Los mulsumanes eran partidarios de una gran flexibilidad en el ajuste del número de surcos a la calidad del suelo; Herrera sigue la prescripción de Varrón de hacer solamente tres. Los andalusíes pensaron que los fertilizantes eran el medio principal para adaptar los suelos a la cualidad necesaria para recibir los cultivos. Por consiguiente, prestaron una meticulosa atención a las cualidades individuales de una amplia gama de fertilizantes animales. Herrera prefirió las cenizas al estiércol, minimizó las diferencias entre tipos diversos y pensó que las exigencias de riesgo controlaban el uso de fertilizantes.

La obra de Herrera alcanzó una amplia difusión en el siglo XVI. Al parecer, Cisneros costeó la primera edición y la distribuyó entre los agricultores (según el hermano de Herrera, Hernando: "le ovo desparzido por mano de todos en aldeas, villas y lugares, a grand sabor de las gentes"). Las veintiocho ediciones castellanas que tuvo hasta 1862 constituyen una muestra de la popularidad de la obra de Herrera. Además, los lugares de publicación de las mismas dan una indicación de su gran ámbito de difusión: Alcalá de Henares, Toledo, Logroño, Valladolid, Medina del Campo, Pamplona, Madrid. En resumen, parece que la experiencia práctica de Herrera en Talavera pesó más fuertemente sobre sus lectores que sus años en Granada. Su libro encontró la mejor acogida en las áreas productoras de trigo de Castilla la Vieja, en los distritos vinícolas como La Rioja (recuérdese que el libro II de la Obra está dedicado por completo ala viticultura) y en los huertos de Toledo que utilizaron las norias para el riego.

Bibliografía

Fuentes

Obra de agricultura copilada de diversos auctores (Alcalá de Henares, Arnao Guillén de Brocar, 1513). Además de veintiocho ediciones castellanas, se publicó en francés (1596) y en italiano (seis impresiones entre 1557 y 1608). Entre las reediciones actuales, precedidas de estudios históricos, citaremos la de José Urbano Martínez Carreras (Madrid, Atlas, 1970), y la facsímil de la de 1513 con introducción de Thomas F. Glick (Valencia, Hispaniae Scientia, 1979).

Estudios

MILLÁS VALLICROSA, José M.: El "Libro de la Agricultura" de Ibn Wafid y su influencia en la agricultura del Renacimiento, Al-Andalus, 8, pp. 281-332, 1943.
BOLENS, Lucie: Les méthodes culturales au moyen-âge d'après les traités d'agronomie andalous: Traditions et techniques. (Ginebra, Médecine et Hygiène, 1974).
BEUTLER, Corinne: Un chapitre de la sensibilité collective: La litérature agricole en Europe continentale au XVe siècle. (Annales, 28, pp.1280-1301, 1973).
GLICK, Thomas F.: Agronomía y medio ambiente en la Obra de la Agricultura de Gabriel Alonso de Herrera. Introducción a la de. Facsímil citada, pp. 13-59. (Valencia, Hispaniae Scientia, 1979).

Thomas F. Glick

Autor

  • T.G. Piñero