A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
FilosofíaBiografía

Teofrasto (ca. 372-286 a.C).

Filósofo griego, cuyas fechas de nacimiento y muerte no se conocen con exactitud, aunque se supone que vino al mundo en la marítima villa de Eresus, en la isla de Lesbos, y que vivió entre el siglo IV y principios del III a.C. Marchó a Atenas muy joven para estudiar bajo la dirección de Platón y de Aristóteles, de quien llegó a ser uno de los más dilectos discípulos y amigos, y quien, al parecer, cambió el nombre primigenio de su tutorando (Tirtamo), por el de Theophrastus, que significa 'de habla divina'. A la muerte de su mentor, con el que coincidía no sólo en su afición por el estudio, sino también en ideas, deseos y aptitudes científicas, Teofrasto se convirtió en cabeza visible de la escuela peripatética ateniense, ciudad en la que se ganó el respeto de los helenos por su noble carácter y su agudeza de ingenio.

Él se erigió en responsable de preservar la mayoría de los trabajos de Aristóteles, y otros muchos que habían dejado los presocráticos. De entre los escritos de este autor que han llegado hasta nuestros días, se conserva una obra muy interesante, titulada Los caracteres morales, que describe hasta treinta tipos morales basados en los estudios de Aristóteles, trazados con fino humor, y que durante mucho tiempo fue lo único que se conoció de este filósofo; sin embargo, resulta difícil responder de la completa autenticidad de la obra, porque ha llegado a nosotros tremendamente mutilada. Pero además, su extensa producción abarca los siguientes campos: histórico-filosófico, como queda reflejado en Opiniones de los físicos; lógica, donde desarrolló la teoría del razonamiento disyuntivo e hipotético, ampliando el número de los silogismos; físico, como el tratado Sobre el fuego, donde Teofrasto reelabora la teoría de los cuatro elementos; científico y biológico: Causas de las plantas, que estudia la fisiología de las plantas, e Historia de las plantas, tratado sistemático en el que da noticias sobre cultivos y distribución geográfica de la flora con un rigor científico y un estudio del detalle muy apreciado actualmente. También hay que destacar en Teofrasto el criterio metodológico, que valora sobre todo el conocimiento analítico.

Es importante, además, el fragmento que se conserva de su Metafísica, porque revela la personalidad independiente del autor que se permite criticar la doctrina de su maestro en dos puntos: por una parte, rechaza la teoría del primer motor como origen del movimiento universal, reafirmando la actividad y el movimiento como cualidades originarias e intrínsecas a todo objeto natural, tanto terrestre como celeste; por otra parte, basado en la precariedad de las condiciones para el nacimiento y la nutrición de los animales, así como en otras irregularidades que se observan en la naturaleza, pone en duda el carácter universal del principio teleológico que opera en la misma. Por eso, Teofrasto previene contra el abuso de este principio, abuso que podría poner trabas a la comprensión científica del mundo.

Por último, cabe reseñar que los últimos capítulos de Laercio reproducen un supuesto testamento de Teofrasto.

Autor

  • lu.