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PinturaBiografía

Zegri, Daniel (1894-1931).

Caricaturista colombiano, nacido el 11 de junio de 1894 en Rionegro (Antioquia), y fallecido el 28 de octubre de 1931 en Santafé de Bogotá. Su verdadero nombre era el de Ricardo Rendón Bravo. Su infancia transcurrió en su pueblo natal y su iniciación en el dibujo se dio en una larga convalecencia derivada de un disparo que recibió accidentalmente siendo aún niño. El muchacho, para combatir su aburrimiento, empezó a dibujar sentado en la ventana de su casa. Ante las magníficas cualidades que demostró para el dibujo, se trasladó a Medellín, donde estudió en la Escuela de Bellas Artes.

Inició su carrera como caricaturista colaborando en publicaciones artísticas y literarias, tales como: Pánida (1914), revista Semana, el Suplemento Literario de El Espectador, El Correo Liberal y El Colombiano. Deseoso de viajar a La Habana (Cuba), se trasladó a Santafé de Bogotá, donde se estableció definitivamente. Allí colaboró en algunos diarios y revistas. En 1923 se vinculó como profesor de la Escuela de Bellas Artes de Santafé de Bogotá. Los temas caricaturizados que más trabajó Rendón durante la década de 1920-1930 fueron la negligencia administrativa, el imperialismo, la violencia social, la crítica al clero, la opresión y el servilismo del pueblo, que lo convirtieron en el crítico más implacable del gobierno. Su principal obra se publicó con la colaboración de la revista Cromos: El Álbum de las Cajetillas, álbum en dos volúmenes, con una selección de sus mejores caricaturas acompañadas de la explicación de los acontecimientos que les dieron origen. Este álbum, el primero de su género en Colombia, contiene 200 caricaturas. Produjo también las ilustraciones para la Compañía Colombiana de Tabaco, y particularmente el conocido diseño del indio para las cajetillas de cigarrillos "Pielroja", así como también una serie de dibujos, acuarelas y óleos titulada El jardín zoológico. Rendón puso fin a sus días en el Café La Gran Vía, sitio obligado para la tertulia bogotana de aquella época. Pidió una cerveza y poco después se oyó un disparo; a su lado estaba la pistola y en el interior de la bandeja donde le habían servido la cerveza, sus últimas palabras escritas: "Suplico que no me lleven a casa".

Autor

  • CCG.