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PinturaBiografía

Seurat, Georges Pierre (1859-1891).

Pintor francés nacido el 2 de diciembre de 1859 y muerto el 29 de marzo de 1891.

La obra de Seurat constituye uno de los intentos más renovadores y coherentes de la pintura de su tiempo. Seurat, en los pocos años que duró su actividad, desarrolló una sistematización de los principios del Impresionismo, sometiéndolos al rigor de la ciencia y la teoría. Nacido en París, su formación se inició en 1875 en la escuela municipal de dibujo, bajo la dirección del escultor Justin Lequien. Al año siguiente pasó a la École des Beaux-Arts, siendo admitido en la sección de pintura en febrero de 1878. En la École, Seurat estudió con un discípulo de Ingres, Henri Lehmann, haciendo numerosas copias y estudios de Ingres y de los maestros clásicos al tiempo que, como para la mayoría de los pintores de su tiempo, acudía al Louvre para estudiar la obra de los grandes maestros.

Seurat, aunque fue uno de los grandes renovadores de la pintura moderna, estuvo siempre preocupado por la forma y la lección rigurosa del clasicismo. A diferencia de los pintores académicos, no entendió el arte clásico y de los maestros del pasado como un modelo para imitar y repetir, sino como el fundamento para emprender una renovación de la pintura. Debido a esta preocupación por los fundamentos clásicos de la pintura Seurat fue un incansable lector que buscó en la obra de los teóricos y los científicos la base en que fundamentar su obra. A poco de entrar en la Ecole Seurat se sintió atraído por la lectura de la Grammaire des Arts du dessin de Charles Blanc. Pero fue, sobre todo, el conocimiento de la obra del físico Michel-Eugène Chevreul, La loi du contraste simultané des couleurs y Modern Chromatics de Odgen N. Rood las obras que ejercieron una influencia más profunda en su pintura.

En mayo de 1879 Seurat en compañía de Aman-Jean y Ernest Laurent, con quienes había alquilado un estudio, visitó la cuarta exposición impresionista. Las obras de Pisarro, Degas y Monet les causaron tan viva impresión que decidieron abandonar la Ecole des Beaux Arts. En esto años, Seurat, además de por los impresionistas, se interesó por la obra de Millet, Corot, Courbet y Puvis de Chavannes con quien mantendría una estrecha amistad a partir de 1883. Un año después, su obra Baignade era rechazada en el Salón y Seurat decidía integrarse en el Groupe des Artistes Indépéndants iniciando su amistad con Paul Signac, artista con quien desarrollaría la nueva pintura neoimpresionista.

En 1885, Seurat realizó una de sus obras más representativas: La Grande Jatte. Al año siguiente Seurat, en compañía de Degas, Signac, Lucien y Camile Pisarro, B. Morisot, M. Cassat. Guillaumin y otros participaba en la octava y última exposición de los Impresionistas. Seurat aparecía como el renovador del Impresionismo. Estos años fueron decisivos en la trayectoria de Seurat conociendo a críticos como Feneón y a Charles Henri que había publicado su Introduction a une esthétique scientifique. Hasta su muerte, acaecida el 29 de marzo de 1891 realizó una actividad intensa dejado una serie de obras que, a pesar de su número reducido, tuvieron una relevancia singular en la renovación de la pintura moderna.

Seurat: El picapedrero. Francia. (Óleo sobre panel, 1884).

Seurat partió de las aportaciones del Impresionismo y de la recuperación de los principios clásicos de forma y composición. Para Seurat la pintura era un equilibrio, desarrollado desde la teoría y la reflexión, entre orden y estructura. De ahí, que sus cuadros, profundamente meditados y realizados con una ejecución lenta, fueran lo más contrario a las improvisaciones sensoriales de los impresionistas. A Seurat no le interesó el mundo de las sensaciones puras ni la instantaneidad, sino los valores permanentes de la realidad expresados a través de un sistema codificado que tendría su manifiesto en la obra D' Eugéne Delacroix au neo-impresionisme (1899), que su compañero Paul Signac escribió en su memoria. Según Signac, los neoimpresionistas no puntean, sino que dividen con el fin de obtener todas las posibilidades de la luminosidad del color mediante la mezcla óptica de los pigmentos puros, la separación de los diversos elementos de la pintura, su equilibrio mediante las leyes de contraste y la proporción del toque en relación con la dimensión del cuadro.

Todo esto surgió como un intento de integración del arte con la ciencia en un momento en el que los impresionistas se habían dispersado y el baluarte académico era un reducto sin vigencia. Por su parte, los simbolistas realizaban un arte basado en supuestos literarios más que en la experimentación de los problemas específicos de la pintura. En este contexto, Seurat y Signac plantearon una renovación acometiendo un retorno al orden desde las leyes y principios propios de la pintura.

Une baignade á Asnieres (Londres. National Gallery) es una de las obras de Seurat que exponen con toda claridad su método y objetivos plásticos. Seurat comenzó a trabajar en la pintura en 1883 realizando numerosos bocetos que seleccionaba, componía y ordenaba en su estudio. En esta pintura Seurat definió unos principios de orden, armonía, inmovilidad, equilibrio y rigor compositivo que rompían con las tendencias imperantes en la época.

En La baignade Seurat recuperó los mencionados principios clásicos para someterlos a un nuevo sistema de representación que tuvo su inmediata proyección en otras obras del pintor como Un dimanche a l'aprés midi a la grande Jatte (Chicago. Art Institute), que realizó entre 1884 y 1886. Durante la ejecución de esta pintura, una de las más complejas del pintor, Seurat realizó igualmente numerosos estudios preliminares que luego recomponía y seleccionaba en su estudio. En la composición definitiva Seurat reafirmó su método basado en la división del color y su aplicación en puntos aislados. La composición, para la que utilizó elementos vistos desde diferentes puntos, se desarrolla desde una perspectiva plurifocal iniciadora de la ruptura con la visión perspectiva monofocal que tendrá lugar en la pintura de la primera década del siglo XX. Con ello, Seurat, transmitía una acumulación de vivencias en una página inolvidable de vida cotidiana reducida a una dimensión atemporal.

La grande Jatte constituye una de las obras culminantes del método y de la técnica divisionista de Seurat, de su arte basado en el estudio y la investigación, en la reflexión minuciosa en torno a la estructura de la composición. Puede decirse que en La grande Jatte Seurat inaugura un nuevo clasicismo bajo el signo de la renovación y de la conjunción de la ciencia y los valores plásticos de la pintura que tiene su continuación en Las modelos (Barnes Foundation. Merion. Pennsilvania), en la que frente al plenairismo concibe el cuadro en un interior. La parada del Circo (Nueva York. Metropolitan Museum), realizada entre 1887 y 1888, en unos momentos críticos para el impresionismo, Seurat reafirmará su convicción en los valores plásticos de la geometría, el orden y la construcción conjugados con la descomposición y división en puntos de colores de las superficies.

Para Seurat, estos valores se definían en composiciones basadas en un riguroso esquema geométrico que convertía en una arquitectura estática a los componentes de la representación. Algunos paisajes, como El muelle de Honfleur y La Dàrsena de Honfleur (Otterlo. Rijkdmuseum Kröller-Müller), ambos de 1886, o El puente de Cour-Bevoie (Londres. Courtauld Institute), pintado en 1887, son claros exponentes de como la pintura sigue el imperativo de las normas de un método. Una estructura compositiva geométrica, una división de la superficie de color aplicando pigmentos puros y un efecto de estaticidad. A través de ello Seurat se muestra, al igual que Cézanne, como un pintor obsesionado por la recuperación del orden y el rigor de la forma. Pero, a diferencia de Cézanne, sin hacerlo al margen de la lección del impresionismo, sino como una sistematización y codificación de algunos de sus principios.

El efecto de estaticidad a que hemos hecho mención aparece en las principales obras de Seurat. Solamente en algunas de sus obras finales como Le chahut (Otterlo. Rijkdmuseum Kröller-Müller), en que se representa una escena de cabaret, o El Circo (París. Musée d'Orsay) Seurat se sintió atraído por el movimiento y la acción. La influencia de Seurat en la pintura posterior fue muy notable. Su proyección se produjo, más que por las formas de su pintura, por el valor conferido al método y a su preocupación por fundamentar el ejercicio de la pintura en la teoría.

Obra

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Bibliografía

  • CHASTEL, A., MINERVINO, F.- La obra completa de Seurat. Barcelona-Madrid, Noguer. 1972.

  • REWALD, J.- El Postimpresionismo. Madrid. Alianza. 1982.

Autor

  • Víctor Nieto Alcalde