Rendón Sarmiento, Manuel (1894-1980).
Pintor ecuatoriano, nacido en París (donde su padre era embajador), el 2 de diciembre de 1894, y muerto en Vila Vicosa (Portugal) en 1980. El talento artístico le venía de familia: su abuela paterna, Delfina Pérez, había participado con sus cuadros en la exposición de 1900 en París, y su padre, además de la diplomacia, había cultivado la literatura y la música. Después de graduarse de bachiller en Filosofía en el Liceo Carnot, comenzó a frecuentar la Academia Libre de la "Grande Chaumière". En 1911 hizo su primera exposición en el "Café de la Rotonda", a la que seguirían muchas otras durante los difíciles años de la Primera Guerra Mundial. Poco a poco, Rendón fue entrando en el grupo de los grandes pintores de la época. Entre 1922 y 1926 vivió en Ecuador, en donde se dedicó a pintar motivos de su tierra. A su regreso a París, las grandes galerías le abrieron sus puertas, pero él dio su obra en exclusiva a la "Leonce Rosenberg", una de las más elegantes de Francia. Allí expuso y vendió junto a grandes maestros de la pintura mundial, como Gris, Picasso, Léger, Gleizes y otros. En 1937 regresó a Ecuador, con su esposa Paulette Everard Kiefer, para atender a su padre enfermo (Paulette escribiría un hermoso diario narrando su viaje a las Galápagos, Galápagos, las últimas islas encantadas, el cual, traducido al español, conocería más de una edición). Pasaron luego a vivir a Cuenca y más tarde a una casita que se fabricaron en el pueblo de San Pablo (Guayas), a orillas del mar. Buscando un clima más apropiado para el asma de su esposa, trasladó su residencia a Portugal, donde vivieron desde 1951 hasta 1967. En 1979 regresó a la península Ibérica para exponer en Madrid, y al año siguiente le sorprendió la muerte en Vila Vicosa (Portugal).
La obra de este gran artista fue expuesta en Washington, Nueva York, París, Sao Paulo y Madrid. Aunque es conocido por sus tendencias indigenistas, es igualmente famoso por sus cuadros de estilo cubista de la década de 1920, así como por una serie de la Sagrada Familia de los años 40. Pintó óleos, pasteles, ceras y acuarelas, con líneas nítidas y siempre con tal dedicación que hasta las miniaturas de sus carboncillos resultan obras maestras. Hombre extremadamente modesto, nada amigo de acaparar riquezas y muy filántropo, recibió la orden Nacional al Mérito, "la cual -dijo- acepto porque a mi padre le habría agradado que la tenga". Es autor también de un famoso poema sobre la destrucción de la Abadía de Montecassino (Italia), y de una genealogía de su familia, en tres tomos, que se conserva inédita.
