Prieto, Abel E. (1950-VVVV)
Narrador, ensayista y político cubano, nacido en Pinar del Río en 1950. A pesar de la brevedad de su obra (conformada, hasta el año 2000, por una narración extensa, tres volúmenes de relatos y un libro de ensayo), está considerado como uno de los grandes maestros de la literatura hispanoamericana contemporánea dentro del difícil género de la narrativa breve. Volcado, además de al cultivo de la creación literaria, a la vida política de su pueblo, simpatizó desde su juventud con el gobierno castrista y desplegó, dentro de la administración pública cubana, una brillante trayectoria que le condujo, en 1997, hasta el cargo de Ministro de Cultura de la isla antillana. También ha desempañado el puesto de Presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
Cuento
En su faceta de escritor, Abel E. Prieto se dio a conocer a comienzos de la década de los ochenta con la publicación de una colección de relatos titulada Los bitongos y los guapos (1980), obra en la que conjugó sabiamente grandes dosis de amor e ironía para abordar algunos temas cotidianos que, desde el enfoque crítico del autor de Pinar del Río -en muchas ocasiones, mordaz hasta convertirse en corrosivo-, sobrepasan ampliamente los límites del costumbrismo para ofrecer una panorámica simbólica de la actual juventud cubana.
Tres años después, Abel E. Prieto volvió a los anaqueles de las librerías con una nueva recopilación de relatos que, bajo el título de No me falles, gallego (1983), mantenía alguna de las constantes de su obra anterior -como el enfoque humorístico y la preocupación por los temas amorosos- pero aportaba, además, nuevas dimensiones profundamente enriquecedoras, como el empleo de personajes y argumentos fantásticos (así, v. gr., en la pieza que cuenta los amores entre el taquillero de un cine y una campesina de un planeta desconocido) que conviven con asombrosa facilidad junto a otros asuntos extraídos directamente de la vida cotidiana (como, por ejemplo, los conflictos generacionales). En realidad, el narrador recurre aquí a esta peregrina mezcla de realidad y ficción para ahondar en una de las obsesiones que anima cada uno de los relatos de todo el libro: la indagación sobre el conocimiento de la verdad.
Todavía dentro del decenio de los ochenta apareció la tercera entrega cuentística de Abel E. Prieto, titulada Noche de sábado (1989). Se trata de un volumen que recupera a una serie de personajes de muy variada procedencia y los lanza a la calle para que, en contacto directo con la vida cotidiana, sufran analizándola, indaguen sobre su propio destino, se interroguen sobre el porvenir que les aguarda y, en definitiva, ayuden al lector reconstruir una sociedad cubana contemporánea en la que se advierten éxitos y fracasos, pero sobre todo un afán de subsistencia muy cercano a lo que en todas las esferas de la vida pública del país se conoce como "picaresca nacional". En líneas generales, la producción cuentística de Abel E. Prieto recogida en los tres volúmenes de relatos que ha publicado hasta la fecha (2000) puede contemplarse como una aproximación tierna e irónica -a veces, como ya se ha indicado, excesivamente corrosiva- a la vida cotidiana y las aspiraciones e inquietudes inmediatas de sus contemporáneos, en un intento de analizar una realidad que, tras la corteza de rutina y mediocridad que la envuelve, esconde numerosos detalles de emoción y belleza. En justa coherencia con este trasfondo temático, el lenguaje literario empleado por el autor en la elaboración de estos relatos busca también el contraste entre lo bello y lo feo, tanto en los registros cultos como en los niveles populares del castellano empleado en su Cuba natal.
Ensayo
En su faceta de ensayista y estudioso de las Letras cubanas contemporáneas, Abel E. Prieto publicó, en medio de sus ediciones de cuentos, una muestra antológica de los escritos ensayísticos del gran autor habanero José Lezama Lima, aparecida bajo el título de Confluencias (1988). En esta obra, el escritor de Pinar del Río ofrece una valiosa y penetrante interpretación del pensamiento del autor de Paradiso, quien, junto con el poeta y ensayista Roberto Fernández Retamar, constituye uno de los ejes centrales del discurso crítico de Prieto, siempre empecinado en descubrir y poner de manifiesto la coherencia interna de las obras de dichos autores. En esta línea de trabajo, el quehacer ensayístico de Abel E. Prieto muestra también un vivo interés por los grandes procesos históricos y culturales (y, muy especialmente, por la evolución de la crítica literaria durante los años de la Revolución), al tiempo que apunta al estudio de grandes bloques globales y desdeña la fijación obsesiva en el mero análisis textual de pequeños fragmentos.
Su gran aportación al género ensayístico dentro de las Letras cubanas contemporáneas es el libro titulado El humor de Misha: la crisis del socialismo real en el chiste político (1996), un agudo y original estudio sobre las diversas tendencias seguidas por el humor político en la Unión Soviética y en otros países de la Europa del Este. Según el autor, los testimonios humorísticos que dieron pie a su estudio sirven para acreditar el evidente retroceso cultural e ideológico que se produjo en dichos países en los últimos años del siglo XX, retroceso que permitió la fragmentación de los valores surgidos al socaire de los nuevos tiempos, hasta hacer posible la aparición masiva de traidores, oportunistas, simuladores y mafiosos que introdujeron los peores vicios del capitalismo consumista. La importancia y el interés de este ensayo de Abel E. Prieto propició diferentes ediciones suyas en varios países de América y Europa, como Argentina, Italia y Portugal.
Novela
En su faceta de novelista, Abel E. Prieto ha dado a la imprenta una única narración extensa, titulada El vuelo del gato (1999). Se trata de una proteica y abigarrada amalgama de elementos tan dispares como, en lo puramente genérico, la novela y el ensayo, o, en lo relativo a los temas y contenidos, la risa y el llanto; pero, a la postre, lo que triunfa en esta obra por encima de situaciones y personajes es la "Risa Cubana", esa capacidad isleña para hacer del humor un instrumento capaz de asimilar y acabar endulzando todos los aspectos más agrios de la realidad. Conviven, así, dentro de la amena y enriquecedora mezcolanza de estas páginas los vivos, los muertos, los hippies, los exorcistas, los espiritistas, los pícaros y, en general, todos los tipos humanos que pueden contribuir a configurar el deslumbrante y colorido panel del sincretismo cubano.
