Pérez Quintana, José María (1789-1857).
Político español, nacido en Murcia el 10 de junio de 1789, y fallecido en Madrid el 7 de septiembre de 1857.
Era hijo de Eugenio José Pérez Cortés y de Basilia Quintana López Moreno. Fue administrador de las fábricas de salitre y luego meritorio sin sueldo en la contaduría de la administración de salitres, de la que más tarde fue oficial primero. Una hermana mayor, pendolista y luego religiosa, le enseñó su arte, pero sobre todo fue su maestro fray Miguel de San José, que secularizado se llamó Miguel Sánchez y Casas. Estudió filosofía y lengua castellana, latina, francesa e italiana; además, cursó estudios en las cátedras de la Sociedad Económica de historia natural y economía política. Allí preparó sendos discursos; uno sobre la importancia de la división del trabajo en la perfección de las manufacturas y otro sobre la utilidad del estudio de las ciencias naturales (este último leído el 4 de noviembre de 1807).
Con la Guerra de la Independencia recibió el encargo de liquidar los fondos de la Caja de Amortización y el de llevar la contabilidad de una fábrica de fusiles de chispa que se estableció en Murcia; además, asumió la dirección de las fábricas de afinación de Elche y Alicante. Al evacuar Murcia los franceses en enero de 1812, volvió a la contaduría de salitres y, en 1813, fue nombrado secretario de la intendencia. En 1814 fue nombrado secretario perpetuo de la Sociedad Económica y colaboró en El Observador del Segura, por lo que sufrió algún incomodo, pero ello no fue obstáculo para que en julio de 1815 fuese llamado a las oficinas centrales de la Corte. En noviembre de 1819 fue nombrado secretario de la Junta encargada de examinar las reformas de Hacienda. Ingresó entonces en la Económica matritense, que le encargó varias redacciones y le nombró vicesecretario, contador y censor, mientras la de Zaragoza le nombraba socio correspondiente en 1815, la de La Habana en 1817, la de Toledo en 1818 y la de Alcaudete también en 1818. Fue alcalde de la Huerta de Murcia por el estado noble en 1819, y secretario del Colegio de Sordomudos entre 1819 y 1820.
En 1820 fue nombrado oficial quinto primero del Departamento de Fomento del Reino. Entró también a formar parte de la Sociedad patriótica de Amantes del Orden Constitucional (7 de junio de ese mismo año) y en diciembre ocupó el cargo de secretario del Rey con ejercicio de decretos; ese mismo año fue también diputado suplente a las Cortes, aunque no llegó a ir al Congreso. Se le concedió la gran cruz de Carlos III en febrero de 1822, y en 1823 siguió a las Cortes y al Gobierno a Sevilla y Cádiz. Perseguido en 1824 en virtud de las excepciones a la amnistía, tuvo que refugiarse en Gibraltar. Fue absuelto a mediados de 1825, y pudo volver al habérsele levantado el embargo de bienes que se le había decretado. Ayudó al general Rodil en la creación de los carabineros (1829-1830). Luego fue intendente de provincia (mayo de 1830) y trabajó en varias juntas de Hacienda, hasta que en mayo de 1832 fue nombrado Director de Rentas interino.
Fue hecho miembro de la Academia Greco-latina en 1833; de las de Ciencias Naturales y de San Fernando en 1834, y de la de los Sagrados Cánones de San Isidro y la de Medicina de Murcia en 1835. Ese mismo año ejerció de consejero de Hacienda y se le concedió la gran cruz de Isabel la Católica. Dos años más tarde fue subsecretario de Hacienda (agosto de 1837), y en octubre ministro interino de Hacienda, cargo que ocupó hasta 1840, aunque finalmente dimitió. Fue senador por Jaén en ese mismo año. En 1842 fue vocal de la Junta directiva de la Caja de Ahorros de Madrid y contador de la Asociación de propietarios territoriales de España, y en 1843 ejerció de senador por Lugo. Luego fue contador general del Reino. El 21 de abril de 1845 sufrió un ataque cerebral que le impidió mantener su ritmo de actividad hasta entonces, pero aún fue consejero Real. Se jubiló en 1854, tres años antes de su fallecimiento en Madrid.
Bibliografía.
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Necrología del Excmo. Sr. D. José María Pérez, Madrid, 1858.
A. GIL NOVALES.
