Ostermeyer, Micheline (1922-2001).
Atleta francesa, nacida en Rang-du-Fliers el 23 de diciembre de 1922 y fallecida el 17 de octubre de 2001 en Rouen, que fue campeona olímpica en los Juegos Olímpicos de Londres '48 en las pruebas de lanzamiento de peso y disco, además de obtener el bronce en salto de altura. Esta mujer constituyó un caso insólito en la historia, ya que combinó su dedicación a la música con la práctica de varias disciplinas atléticas y en ambas facetas, a pesar de las aparentes diferencias, consiguió destacar.
Comenzó a tocar el piano a los cuatro años influida por la tradición familiar, ya que era sobrina del compositor Lucien Paroche e hija de una intérprete, y al llegar a la adolescencia su estatura de casi 1,80 metros le empujó en un principio a la práctica del baloncesto, que después abandonó por el atletismo. Tras permanecer con su familia en Túnez durante la Segunda Guerra Mundial, a su término regresó a Francia y en 1945 se proclamó campeona nacional de dos pruebas muy distintas como el lanzamiento de peso y el salto de altura, títulos que repitió en los dos años siguientes. Por si fuera poco, a ello añadió en 1948 el título nacional de los 60 metros y una tercera posición en lanzamiento de disco que motivó a última hora su inscripción en dicha prueba para los Juegos Olímpicos de Londres. Ante el asombro general,Ostermeyer ganó su primera medalla de oro en disco en la capital inglesa con un magnífico lanzamiento de 41,92 metros -nuevo récord de Francia- sin apenas haber tenido tiempo de entrenar; en la prueba de peso se presentaba como una de las favoritas, y con un lanzamiento de 13,75 metros en su primer intento no tuvo más dificultades en lograr su segundo oro; finalmente, afrontó el concurso de altura en el que, pese a igualar el récord francés con un salto de 1,61 metros, sólo pudo obtener un tercer puesto en el podio.
Se dijo de ella que el sentido del ritmo adquirido con la música le ayudó a mejorar las técnicas de lanzamiento y que esto fue la clave de sus triunfos, aunque también hay que señalar que se vio beneficiada por la ausencia de las atletas soviéticas, poseedoras de los récords mundiales en ambas diciplinas: disco y peso. Sus éxitos deportivos no menoscabaron su brillante trayectoria musical, fue graduada con honores en el Conservatorio de París, y daba frecuentes conciertos, muchas veces después de haber competido, para celebrar una victoria. Tras abandonar la carrera deportiva en 1950 siguió dedicándose a la música.
MAH
