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LiteraturaBiografía

Ortiz Guerrero, Manuel (1894-1933).

Poeta y dramaturgo paraguayo, nacido en Villa Rica del Espíritu Santo (denominación antigua de la ciudad actual de Villarrica) el 16 de julio de 1894, y fallecido en Asunción el 8 de mayo de 1933. A pesar de su breve existencia -falleció prematuramente antes de haber cumplido los cuarenta años de edad-, dejó una interesante producción poética que, enmarcada en la mejor tradición popular de la lírica paraguaya, le convierte en una de las figuras literarias más queridas y recordadas de su nación.

Vino al mundo en la popular barriada de Ybaroty, de Villarrica, donde aprendió a la perfección el guaraní, idioma en el que habría de construir una parte considerable de su obra en verso.

La dimensión romántica de su figura comenzó a forjarse, de un modo trágico, en su temprana juventud, cuando contrajo la grave enfermedad que habría de llevarle irremediablemente a la tumba. La lepra, en efecto, configuró en torno a su peripecia vital un halo de fatalismo y marginación que, con el paso del tiempo, acrecentó su figura hasta otorgarle una proyección de mito nacional; sin embargo, la soledad y el sufrimiento que le acompañaron durante buena parte de su existencia no dejaron huella en sus versos, traspasados, la mayor parte de ellos, por un gozo de vivir que se resuelve en cánticos de alabanza a la vida y a la condición humana.

Inclinado desde su niñez a la lectura y la composición de versos, leyó con auténtica voracidad los versos de Rubén Darío, poeta que se convirtió en su referente literario más inmediato. No es de extrañar, por ende, que la poesía de Manuel Ortiz Guerrero, sin adscribirse plenamente a lo que hoy en día puede definirse como Modernismo canónico, presente innumerables rasgos expresivos plenamente modernistas. Al mismo tiempo, el vate de Villarrica -que acostumbraba a firmar sus composiciones con sus dos apellidos, prescindiendo de su nombre de pila- se interesó profundamente por el rico acervo tradicional que aprendió en las coplas y canciones de las gentes del pueblo, y llegó a asimilar sus temas y recursos expresivos con tal maestría que, con el paso del tiempo, sus propios versos quedaron incorporados a esa misma cultura popular que se transmite de generación en generación.

Fuertemente condicionado por la gravedad de la lepra que padecía, quiso encauzar su limitada actividad profesional por el mismo sendero por el que transitaban sus aficiones literarias; y así, alcanzó a fundar un modesto taller de imprenta que, además de garantizarle a duras penas su sustento, le permitió publicar sus poemas y piezas teatrales. Defensor acérrimo del guaraní como vehículo de expresión literaria, se hizo célebre por sus composiciones poéticas escritas en esta lengua, muchas de las cuales alcanzaron enorme difusión entre la gente del pueblo al ser musicadas por el gran maestro de la canción popular paraguaya José Asunción Flores, creador de la guarania (un género musical típico de Paraguay, caracterizado por un ritmo lento, de seis por ocho, que tiene su antecedente en el purahéi asý).

Flores, que conoció a Ortiz Guerrero en 1928, se entusiasmó con los versos del desafortunado poeta de Villarrica y utilizó muchas de sus composiciones como letras de sus populares melodías. Al parecer, fue el propio Ortiz Guerrero quien sugirió el nombre de “guarania” para bautizar el género musical creado por José Asunción Flores, dando a entender con ello que estaba destinado a convertirse en una de las formas de expresión artística más representativas del pueblo guaraní.

El poema de Ortiz Guerrero titulado "Nde rendápe ayú" ("Vengo a tu encuentro") se convirtió en una de las letras más populares de cuantas cantó, con ritmo de guarania, José Asunción Flores. Y, en castellano, la composición “India”, escrita también por el poeta de Villarrica, llegó a ser tan conocida que, en 1944, fue declarada oficialmente “Canción Nacional”. No es de extrañar, por ende, que una gran parte de la crítica literaria hispanoamericana considere a Ortiz Guerrero el poeta paraguayo más popular del siglo XX.

"Panambi vera" es otro de los poemas en guaraní de Ortiz Guerrero que alcanzaron notoriedad nacional merced a la música de Flores. Ajeno a los alardes modernistas que impregnaban sus versos en castellano, el poeta leproso supo captar, en sus textos en guaraní, la genuina forma de expresión de sus paisanos, dotada de una sencillez que le confiere una intensa belleza. De ahí que sus escritos en lengua nativa hayan pasado a formar parte de la cultura popular, donde parecen proceder de un remoto tronco folklórico que se confunde con el origen mismo de dicho grupo étnico.

En castellano, bajo la ya mencionada influencia de Rubén Darío y otros modernistas hispanoamericanos, Manuel Ortiz Guerrero compuso numerosos poemas que, con grandes apuros económicos, logró recoger en varios poemarios editados en su propia imprenta. El negocio apenas hubiera permitido la supervivencia de un propietario que lo hubiese explotado en perfectas condiciones físicas, así que malamente podía sostener a alguien aquejado por la cruel enfermedad que padecía el poeta desde su juventud. A pesar de ello, Ortiz Guerrero logró sacar a la luz la mayor parte de su obra, haciendo gala en todo momento de una dignidad y un afán de superación verdaderamente encomiables (de hecho, quienes le conocían de cerca llegaron a afirmar que su mejor poema era su propia vida).

Dichos poemarios en castellano vieron la luz bajo los títulos de Eirete (1921), Surgente (1922), Nubes del este (1930) y Pepitas (1930), todos ellos recogidos más tarde en el volumen poético de sus Obras Completas (1952). Siete años después de la publicación de esta obra recopilatoria vio la luz un segundo volumen que recogía la producción de teatral de Ortiz Guerrero, compuesta por El crimen de Tintalia (1922) y La conquista; drama de la conquista española en tierra y alma guaraní (1926).

En el momento de su muerte, el malogrado poeta de Villarrica estaba trabajando en un poemario que no llegó a ver impreso. Se trata de Arenillas de mi tierra, que vio la luz, inconcluso, en 1969.

Bibliografía

  • APPLEYARD, José Luis. “Manuel Ortiz Guerrero”, en rev. Alcor (Asunción), nº 12 (1961), págs. 1-9.

  • BERNARBÉ, José. “Manuel Ortiz Guerrero. El lirismo del poeta y el dolor del hombre”, en Revista de Turismo (Asunción), mayo de 1943, págs. 5-7.

  • DUARTE PRADO, Bacon. “Manuel Ortiz Guererro: el hombre y el artista”, en Revista de Correos y Telégrafos (Asunción), diciembre de 1942, págs. 11-15.

  • ROA BASTOS, Augusto. “Manuel Ortiz Guerrero: su vida, pasión y muerte”, en Revista de Turismo (Asunción), mayo de 1944, págs. 15-17.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.