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PeriodismoLiteraturaBiografía

Nieves y Bustamante, María Manuela (1861-1947).

Escritora y colaboradora de prensa peruana, nació en la ciudad de Arequipa en la casa n° 102 de la calle de San Pedro, el 12 de abril de 1861, hija mayor de cuatro hermanas (Celia, Livia y Sara). Su padre era don Emilio Nieves Calderón -profesor de Farmacia- y su madre doña Manuela Bustamante y Ponce de León. Inicialmente sus padres tuvieron un varón que nació muerto y prometieron a la Virgen que si el siguiente hijo vivía y era mujer la llamarían María. Sus padres cuidaron con mucho celo a sus hijas, hasta el extremo de que la madre las instruyó inicialmente y luego contrataron profesores conocidos para completar su educación.

María mostró pronta predilección por los estudios filosóficos, teológicos, historia y literatura. Contaba con 18 años cuando, junto a sus hermanas, acompañó a su madre a las multitudinarias ceremonias fúnebres del héroe Miguel Grau en la Catedral de la ciudad. Las imágenes de dolor de la guerra le impactaron tanto que la indujeron a escribir una carta a su padre, que se hallaba trabajando en el Cuzco, para contarle los acontecimientos: “Desde el acaudalado ciudadano hasta el humilde obrero, desde la respetable matrona hasta la infeliz mujer, acudieron a depositar como ofrenda su dinero, sus joyas, sus ahorros, su pan cotidiano, para contribuir a la compra de un poderoso buque blindado que reemplazase al 'Monitor' y este llevara el nombre del héroe Miguel Grau". La preocupación de la ciudadanía era inmensa ante el avance inevitable e incontenible de las tropas chilenas en el territorio peruano. El padre mostró a varios amigos -arequipeños residentes en el Cuzco- la carta y ellos le propusieron publicarla y así fue impresa y repartida como volantes u hojas sueltas en las calles; sería su primer escrito, publicado anónimamente con el título de Noticias de Arequipa (Carta de una niña a su Sr. padre, residente en esta ciudad).

La joven María se convertiría en corresponsal anónima del periódico cuzqueño La Ley en 1879 y un año después publicó un artículo en el cual incitaba a la ciudadanía a la defensa de Arequipa contra el ejército chileno. Posteriormente colaboró con los periódicos El Eco del Misti -en el que escribió por tres años seguidos la sección "Revista de Arequipa", la cual es una completa crónica de los acontecimientos habidos en la ciudad durante la guerra -, El Eco de Arequipa, La Bolsa (el 5 de mayo y 23 de julio de 1888, fecha en que escribió la necrología de Isabel Talaya y Esther Vargas: "Isabel era una hermosa novicia a quien su propia fragilidad mató" (se trataba de la mejor amiga de María Nieves). La Libertad, aparecidos en su ciudad natal; Perlas y Flores, El Perú Ilustrado (semanario limeño de propiedad de Peter Bacigalupi & Co.; en su número 106, aparecido el sábado 18 de mayo de 1889, homenajeaba a la escritora y colaboradora colocándola en la primera página) y finalmente El Picaflor, de Lima.

Su único libro la ubica entre las mejores novelistas del Perú, y figura entre Clorinda Matto y Mercedes Cabello de Carbonera. Jorge o el hijo del Pueblo se publicó en 1892, la segunda edición apareció en 1940, hubo dos ediciones en 1958 y hay una edición de 1997 de la Universidad Nacional de San Agustín. Su novela es de tipo histórico y mezcla personajes románticos con otros reales, como Ramón Castilla, Vivanco, San Román y el poeta Bonifaz. En su novela da a conocer la sociedad arequipeña del XIX y enfoca el problema del destino no sólo de la ciudad sino también de la nación mestiza. Jorge Flores es hijo de una aldeanita de Yanahuara que se dejó seducir por un joven rico de la ciudad, se casan apresuradamente y luego sobreviene el olvido. El mérito particular de la novela de María Nieves está en que liga el sueño de legitimidad del protagonista con la realidad profunda del mestizo. En su libro revela su espíritu contrario a los prejuicios sociales, enalteciendo y dignificando el valor, la honradez y el sacrificio de los hijos del pueblo.

La influencia del romanticismo es manifiesta. Las Revoluciones de Arequipa del deán Juan Gualberto Valdivia Cornejo fue su obra de consulta y asidero histórico. Además, obtuvo detalles de testigos presenciales. La tendencia de la autora es la reiviindicación del héroe de la calle, el combatiente anónimo, el desconocido defensor de la barricada, que aunque no tiene sentido político en las revoluciones, defiende los ideales de su pueblo. Las revoluciones de 1851 y 1858 sirvieron de fondo para narrar el idilio truncado y apuntar interesantes observaciones de carácter local.

La revista Escocia, en su número 9 del primero de setiembre de 1929, le rinde homenaje junto a la municipalidad. El 16 de marzo de 1933 se instala la Unión Femenina de Letras y Artes de Arequipa figurando como socia de honor y el 21 de octubre obtuvo un premio por participar en la Primera Exposición del Libro Peruano. El 25 de diciembre de 1940 el Jockey Club de Arequipa le organiza un homenaje al que asistieron autoridades, el grupo Arequepay y los Rotarios. El discurso de presentación estuvo a cargo del historiador Francisco Mostajo, que pidió al Consejo Provincial concediera una pensión vitalicia a la escritora por sus méritos.

Fue destacada socia de la Unión Católica, del Club Literario de Arequipa y de varias organizaciones musicales, pues era aficionada al canto de óperas; llegó a integrar un celado dúo con su hermana menor Sara. Perteneció a sociedades piadosas y caritativas. El 13 de agosto de 1947 en sesión solemne el Consejo Provincial de Arequipa rindió un homenaje a la mujer arequipeña representada por María, tras lo cual el alcalde la condecoró con el Escudo de Armas de la ciudad y anunció la incorporación de su retrato a la galería de ilustres hijos de la ciudad. El último día de ese mes la escritora sufrió una terrible caída mientras paseaba por la calle de Jerusalén y fue llevada a su casa en la avenida Olímpica 208 IV Centenario. Murió el 28 de octubre de 1947 de un paro cardíaco, a los 86 años.

Había escrito otra novela histórica titulada La sombra de Morán, en la que había incluido datos comprometedores de familias arequipeñas. Tristemente, posición social y escritura no encajaban completamente. Su familia la presionó tanto para que no publicara esa obra que un día la quemó en el patio de su casa. Nuestro personaje, de carácter dulce y sencillo, no se casó debido a su vocación religiosa.

Autor

  • César Salas