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HistoriaBiografía

Nectánebos II o Nekhetherhebet II (359-341 a.C.).

(Nkht-Hr-Hbt) Tercer rey de la XXX dinastía egipcia, que reemplazó a su tío Teos en el trono después de aceptar la oferta que le hizo su propio padre, el General Tjahepimu, (hermano de Teos), que había sido dejado como regente por el propio Teos cuando este marchó a guerrear en zonas asiáticas. Nectánebos II (en egipcio Nekhetherhebet y que Manetón leería como Nectánebos), que como nombre de coronación tomó primero el de Senedjemibre Setepenineher -y que luego cambiaría-, pudo deshacerse de un competidor, que desde Mendes se había sublevado cuando él había reemplazado a su tío que tuvo que huir a Persia. Incluso pudo salvar su vida con la ayuda de Agesilao y sus tropas espartanas que, como mercenarias, colaboraron con él. Consolidado en el trono, pudo establecer una paz general en el país, que fue, sin embargo, alterada por varias ofensivas del persa Artajerjes III Ochos. Si bien, Nectánebos II pudo contenerlo en el primer ataque (invierno del 351-350 a.C.), gracias a las tropas de mercenarios griegos con que contaba, no lo logró en el segundo ataque persa (343-342 a.C.), dirigido por el Gran rey en persona y con la ayuda de los estrategos Bagoas y Mentor de Rodas. A pesar del abultado número de hombres de que disponía Nectánebos II (140.000 hombres entre nativos y mercenarios griegos y libios), fue incapaz de resistir a los persas en Pelusium, viéndose obligado a huir a Menfis y desde aquí al Alto Egipto (Baja Nubia), en donde se mantuvo aún dos años en el poder. Durante su gobierno, Nectánebos II desplegó una gran actividad constructora por todo el país, así como una política benefactora hacia los templos, lo que le valdría un posterior culto mantenido hasta época ptolemaica. Su figura aparece representada en la magnífica Estela Metternich, de 83'5 cm. de altura, hoy en el Metropolitan Museum de Nueva York, de contenido mágico tanto en su texto como en su plástica. Se desconoce cómo acabó Nectánebos II sus días. Su sarcófago se halló en Alejandría, después de haberse destruido su tumba. Tras él un tal Khababash, faraón efímero, tomó la sucesión de Egipto (Estela de Nastesen del Museo de Berlín). Este personaje, del que se conoce muy poco, actuaría más con carácter de eponimato que como persona con poder efectivo.

Autor

  • Federico Lara Peinado.