Nazarbayev, Nursultan A. (1940-VVVV).
Político kazajo, presidente de la República de Kazajstán desde el 1 de diciembre de 1991, nacido en Chemolgán, en la región de Almá-Atá (ahora Almaty) el 6 de julio de 1940.
Siguió cursos de Tecnología Superior en el Monopolio Metalúrgico de Karaganda y en la Escuela Superior del PCUS, partido en el que ingresó en 1962. Trabajó en la planta metalúrgica de Karaganda entre 1960 y 1969, año en que fue nombrado secretario del Partido Comunista Kazako (PCK) en el Comité Municipal de Temirtau, función que desempeñó hasta 1984. De 1973 a 1977 ocupó igual puesto en el Monopolio de Karaganda, y de 1977 a 1979 ejerció de primer secretario del PCK en este distrito. En 1979 ascendió a secretario del Comité Central del PCK, y cinco años después pasó a presidir del Consejo de Ministros de la República Socialista Soviética de Kazajstán. Ocupó este cargo hasta 1989, cuando fue elegido para el Congreso de Diputados Populares de la URSS y primer secretario del Comité Central del PCK. El 24 de abril de 1990 fue votado para el puesto de presidente del Soviet Supremo, y el 1 de diciembre de 1991 fue elegido, por sufragio directo, presidente de la República con el 98,7% de los votos, en virtud a su única candidatura. Tomó posesión para un mandato quinquenal nueve días después, en una sesión del Soviet Supremo en la que se aprobó retirar también las denominaciones "socialista" y "soviética" de la República.
Cuando se produjo el golpe de Estado en Moscú en agosto de 1991, Nazarbaev se mantuvo en compás de espera, y el 22 de agosto, un día después del fracaso de la involución, ordenó la conversión del PCK en Partido Socialista y suspendió al PCUS en Kazajstán. Fue el último aliado de Gorbachov en su defensa del mantenimiento de la Unión, entendida ahora como una verdadera federación de Estados Soberanos, pero tras la declaración por los presidentes ruso, ucraniano y bielorruso de la defunción de la URSS (8 de diciembre), el 13 de diciembre solicitó, junto a sus cuatro colegas centroasiáticos, la ampliación de esta comunidad eslava al resto de repúblicas y el 16 de diciembre declaró la independencia (la última república soviética en hacerlo). El 21 de diciembre acogió en Alma-Atá la cumbre de once presidentes (todos excepto el georgiano y los bálticos) por la que se constituyó la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
Nazarbaev ha tratado desde entonces de sacar adelante el Kazajstán independiente, tarea en la que, dados los múltiples factores en juego, ha demostrado moderación y pragmatismo. En la CEI ha venido colaborando con el poderoso vecino ruso (no sin reticencias, pero forzado por la absoluta dependencia de este país en los capítulos comercial, de seguridad y comunicaciones), suscribiendo los sucesivos acuerdos para dotar de contenido institucional e integrador a esta endeble entidad. No hay tampoco que olvidar que los rusos constituyen el 38% de la población kazaja (los kazajos étnicos son sólo el 40%), lo que constituye un poderoso instrumento de presión de Moscú. Como contrapeso Nazarbaev ha tendido múltiples puentes de colaboración con Turquía (a la que le une laicismo musulmán y filiación lingüística), Irán, China, Japón, EE.UU., Europa Occidental y el resto de las repúblicas centroasiáticas, en especial Uzbekistán, con la que estableció el 1 de febrero de 1994 una unión aduanera. No obstante, ha tenido que aparcar sus aspiraciones de liderar una confederación genuinamente centroasiática, por la persistencia de la calamitosa coyuntura económica y las presiones de Moscú, que se ha esforzado en implicarla en sus proyectos integracionistas, como la unión aduanera a tres con Bielorrusia (20 de enero de 1995) y el proyecto de mercado común a cuatro con Kirguizstán (29 de marzo de 1996).
Occidente apreció la buena disposición de Nazarbaev para deshacerse del arsenal nuclear estratégico heredado de la URSS (1.410 cabezas, distribuidas en 104 misiles SS-18 y 370 unidades en bombarderos). El 23 de mayo de 1992 su ministro de Exteriores subscribió el protocolo de Lisboa, por el que Kazajstán accedía a asumir sus obligaciones en lo que le tocaba del tratado START-I y a desnuclearizarse totalmente como adherente al Tratado de No Proliferación nuclear (TNP), a cambio de recibir garantías de seguridad de EE.UU., Reino Unido y Rusia, país que además le extendió su "paraguas" nuclear. En efecto, Kazajstán ratificó el START-I el 2 de julio de 1992 y se adhirió al TNP el 13 de diciembre de 1993. La última carga nuclear fue destruida el 31 de mayo de 1995.
En política interior, Nazarbaev se ha afianzado en el poder y ha dado muestras de un inquietante autoritarismo. Tras obtener los candidatos a él favorables (tanto no adscritos como partidistas) la mayoría en las elecciones del 7 de marzo de 1994 al nuevo Kengues Supremo -comicios que fueron calificados de "no democráticos" por los observadores de la CSCE-, el 29 de abril de 1995 hizo aprobar en referéndum (95,4% de "síes") la extensión de su mandato presidencial, que concluía en 1996, hasta el año 2000. Las nuevas legislativas del 9 y 23 de diciembre de 1995 para una nueva Asamblea (Mazhilis) registraron nuevas acusaciones de fraude y dieron la mayoría a los partidos pro-Nazarbaev: Democrático, de la Unidad Nacional, de la Cooperación y del Renacimiento Nacional. Además, la nueva Constitución y sucesivos decretos han reforzado sus poderes presidenciales.
La explotación de los campos petrolíferos de Tengiz, a orillas del Mar Caspio, fue uno de los caballos de batalla de su mandato. No quiso depender exclusivamente de la red de oleoductos y gaseoductos que pasan por Rusia y se empeñó en construir nuevas líneas de exportación a Occidente por las rutas georgiana y azerí-turca. Por otro lado, claudicó ante Moscú en el reparto del petróleo del Mar Caspio (12 de noviembre de 1996), al aceptar la consideración del mismo como lago, lo que supone adjudicar a los países ribereños un sector nacional de 45 millas desde la costa y reservar el grueso del lecho marino para su explotación conjunta.
En las elecciones presidenciales celebradas el 10 de enero de 1999 resultó nuevamente elegido, con el 79,78% de los votos. Renovó su mandato para un nuevo periodo de siete años tras los comicios celebrados el 4 de diciembre de 2005, con el respaldo del 91,1% de los votos, según los resultados oficiales. La abrumadora victoria del ex líder comunista, se vio ensombrecida por el informe de los observadores de la OSCE que denunciaron anomalías en el proceso; una circunstancia habitual en las últimas consultas electorales del país.
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